¿Es una Confesión?

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Salí caminando algo acelerada. Creo que disminuí la velocidad, porque Thiago me alcanzo y apoyo su mano en mi hombro derecho caminando a la par conmigo. Me sentí rara, se podía decir que el estaba mucho mas cariñoso de lo normal y no era eso lo raro, lo raro era que yo se lo correspondía. Como se pueden imaginar, corrí su mano enojada y lo mire desafiante.

-¿Que no ves que no quiero cariño? ¡Creí que me conocías mucho mas, tarta!-así le apodaba yo y el me decía relleno. Solo lo decíamos cuando estábamos solos, o al menos yo. Esto me salió con una voz ronca y deprimente. Me largue en una catarata de llanto y me dio tanta vergüenza, no quería que me consolase ni mucho menos darle pena, así que aunque no sea muy rápida, corrí y me di cuenta que no me seguía ¡Ven que mi vida no es para nada cliché! Ojo, tampoco quiero ser rayita.

  No deje de correr, pero si disminuí la velocidad y mis lagrimas dejaron de caer. Sigo diciendo que no esta bien llorar en publico por mas de que digan "Ay que desahogarse, llorar esta bien" y todas esas cosas. Además casi todos en el barrio me conocían, y no es que sea presumida, pero es cierto.

Me senté en la esquina de una cuadra, me di cuenta de que fui en la dirección contraria a mi casa, pero que importaba, no quería ir. Todavía no se porque estaba llorando, creo que era una mezcla de todo. Que Matías haya vuelto, que ya no soporto a Mecha, que Thiago me de la razón, cuando me pone nerviosa que lo haga. A todo esto que mis papás se vayan por 3 meses a Europa por trabajo y que me tenga que quedar con mi tía ya que no pudo faltar al colegio este año, la verdad, era algo frustrante. Sentí unas ganas terribles de llorar otra vez, pero me contuve. Nunca fui mucho de la iglesia, solo estaba bautizada y punto. Mi mama quería que tomase la comunión, pero como mi papa es ateo, algo que sigo sin comprender, no lo hice. Esto realmente no es importante, pero como no tenia con quien hablar, como hace mi mama, me fui a hablar con el cura Daniel.

La iglesia no quedaba muy lejos de la casa de Thiago, así que hice lo posible por no pasar por esas veredas. Cuando llegue solo estaba el cura y dos mujeres que creo son las "Ayudantes". Como deben notar no se mucho del tema, pero fue tanto el ataque de angustia, que no tuve mas opción. El padre me saludo, fuimos como a una cajita y le conté todo lo que me hacia sentir mal, me dijo que rezara cuatro "Aves Marías", pero como solo se el Padre Nuestro, no me quede y las iba a rezar en mi casa con mi mama. La verdad no me cambio mucho su opinión desde la perspectiva de Dios y todos sus santos pero igual, se sintió bien contarle mis problemas a alguien, por mas insignificantes que sean, y que me los escuche con tanta atención.

   Ni bien llegue a la puerta de casa alguien me tapo los ojos, no me di cuenta quien era, pero solo sabia que su tacto se me hacia conocido. Me susurro al oído algo que no logre entender, yo solo le saque las manos de mi cara y, estuve apunto de gritarle, per me detuve. Lo mire a los ojos y el también a mi, nunca nuestras miradas se conectaban, pero hoy si. Ahora si le grite, como creo que nunca antes.

-¡Queres explicarme que te pasa!-este es el momento en el que Thiago bufa a ver que sigue, siempre pasa lo mismo, y esa cara me enfurece mas-¡No solo que me das el susto de mi vida sino que venís a mi casa sin ningún apuro! ¡No te importa lo que me pasa! ¡Ni siquiera quería verte! ¡¿Sabes cuanto odio esto no?!-a todo esto empecé a pegarle pequeñas piñas. No para que le duelan, si no para sacar mi enfado, mientras seguía insultándolo

-¿Te das cuenta de que no me duele ni un poco , no?-me pregunto con un deje de arrogancia-pensé que me recibirías mejor. No me molesta que te desquites, me imagine que estarías furiosa ¿Podemos entrar o preferís que vayamos a otro lugar?-Me conocía bien. No me gustaba estar con gente en mi casa, asi que caminamos a la plaza en silencio que estaba a dos cuadras de la mía.

En esas cortas cuadras no pude dejar de pensar en que excusa pondría, no podía explicarle todo así como así. No prestaba atención a lo que me decía, yo no nací para consolar, ni ser consolada. Yo nací para comer milanesas, esto no era lo mío. Al final nos sentamos en un banco al costado del monumento y me dispuse a hablar. esto iba a ser demasiado incomodo

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Hola! Espero que les guste, es un poco mas largo de lo normal pero me gustaba así, ojala que a ustedes también.

Pd: A diferencia de nuestra prota, yo si me se el Ave Maria (*Facepalm*)

El Rompecorazones [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora