Los Prat eran una de las familias más unidas y amigables del barrio, asistían a prácticamente todos los cumpleaños que realizaban sus vecinos, siempre eran los primeros en ayudar cuando se planeaba hacer celebraciones en comunidad como El día del niño, Navidad y El día de acción de gracias; y también era costumbre verlos preocupados por hacer sentir a gusto a la gente que llegaba de otros lados, sin embargo, todo esto cambió un día, cuando Charlie Prat, el padre de familia, iba caminando con la pequeña Indira Prat por un tranquilo sendero que había a unos quince kilómetros de su hogar mientras recogían margaritas y platicaban de lo bien que le estaba yendo a la pequeña en clases. De repente, de la nada, apareció un Nissan March Drive a cerca de ciento treinta kilómetros por hora, conducido por un joven de unos treinta y cuatro años con aspecto de haberse emborrachado, al ver que Indira estaba en medio de la calle a punto de ser atropellada por ese imprudente conductor, Charlie se movió rápidamente y sin pensarlo, arrojó lejos a la pequeña hacia el otro lado de la calle, pero cuando él iba a ir con ella, ya se encontraba frente al automóvil y éste no dudo en pasar por encima de él, para después continuar su camino dejando a la niña en medio de la nada.
Luego de ver cómo su padre moría atropellado por un alcohólico, la muchacha se encontraba en una incertidumbre total y como era la primera vez que iba para allá, no tenía idea de cómo llegar a casa, así que empezó a caminar por instinto hacia adelante y se puso a parar cuánto vehículo pasaba por ahí, de este modo estuvo la chava por cerca de tres horas, pues no solían pasar muchos coches por ahí y los que pasaban; seguían de largo, hasta que de repente pasó una joven de unos veinticuatro años estrenando su nuevo Jeep y al ver a la niña sola a un lado de la calle, con aspecto de inocencia e incertidumbre, Maia no dudó en subirla en el asiento del copiloto, dejando el cuerpo de Charlie votado a un lado de la calle; y como sus padres la habían hecho repetir una infinidad de veces su nombre completo y la dirección de su casa, no fue un problema llegar al hogar de la pequeña y devolverla a la dueña de casa, que de paso la invitó a comer pie de limón, ya que pesar de que estaba desesperada por saber de su amado; no quería hacer el loco y ser descortés con la amable muchacha.
Luego de que se fuera Maia, Caliope partió rápidamente con sus hijos, Joe e Indira a buscar a su marido al lugar en donde él le había dicho que estarían y con las indicaciones de la niña rápidamente lograron llegar al lugar, pues había estado viendo las calles y carreteras que salían por ahí mientras la adolescente le preguntaba datos acerca de sus familiares y la razón por la cual estaba ahí sola, la cual se sorprendió cuando escuchó que habían dejado tirado el cuerpo del padre en medio de un camino por el cual rara vez pasaba alguien, sin embargo, era demasiado tarde para devolverse y de este modo se quedó con cargo de conciencia por el resto de su vida.
Un año después...
Joe no ha podido vivir tranquila y despreocupadamente como un niño normal, pasó de ser un chico extrovertido y jovial a uno esquivo y reservado; incluso le costaba confiar en su mamá, pues decía que ella no lo entendía, él se la pasaba con insomnio todos los días y por ende, se dormía en clases, así que el inspector general solía llamar a su madre para decirle que iba más a dormir que a estudiar y por esto ella constantemente le daba largos sermones. Un día fueron al psicólogo y luego de unas visitas, le recetaron unas pastillas para dormir que detestaba.
El primer día había llegado y debía tragarse una de esas asquerosas pastillas, así que se las tomó con los ojos cerrados y posteriormente se tragó una pastilla con sabor a naranja para quitarse ese mal sabor de la boca, luego se fue a descansar y después de mucho tiempo, logró conciliar el sueño, pero se sorprendió al estar en un extraño desierto en donde habían unas plantas ya marchitas en un terreno que a simple vista parecía el ideal para plantar, pero que en realidad estaba infertil y luego de caminar un poco, se dio cuenta que al fondo se alzaba una montaña con una gran cumbre en donde se encontraba sentada una peculiar sirena con cola gris y melena que estaba de espaldas a él que le asustó ese extraño ser que se le había presentado en su sueño y se despertó espantado, llegando a saltar de la cama y provocando que su mamá fuera rápidamente a ver qué le ocurria. Sin embargo, el chaval se levantó pusilánime y a diferencia de otras veces, nadie se dirigió la palabra durante la comida debido al cansancio que se veía en la mirada del rapaz, así que los jóvenes se fueron a la escuela más callados que nunca, pues Indira no se decidía a hablarle a su hermano, ya que estaba muy raro desde la mañana y ni siquiera su madre se había atrevido a decirle más que un: "Hola, que te vaya bien" y él era quién siempre sacaba temas de conversación y solía jugarle bromas, siendo ella la que simplemente se reía de sus payasadas y lo apoyaba en sus locuras, así que la fue a dejar a su sala y le dio un afable beso en la frente, luego se fue a su sala y dado que prácticamente no había logrado conciliar el sueño en toda la noche, se durmió en la clase de Física y como nunca había sido muy sociable, al menos en su curso, nadie le avisó que se había quedado dormido y finalmente fue el profesor Baker quien lo despertó dando un fuerte golpe con un palo de madera en la pizarra, logrando que saltara espantado de su banco y por haberse dormido, se ganó una citación al apoderado para hablar de la interrupción que tuvo que hacer el maestro a la clase por culpa de Joe y además por haber estado algo ido durante toda la jornada; como ella sabía que su hijo había tenido una pesadilla, dejó todo así y no le dijo absolutamente nada.
Al otro día en la escuela estaban haciendo una votación para decidir el lugar a donde irían a fin de año y como todos los años, la disputa estaba entre ir al campo o a la playa, así que como de costumbre, votó por el que llevaba un voto menos que el mayoritario para así obligar a la profesora Boudelaire a decidir y de paso llevarse el rencor de los que estaban del otro lado, pues desde el segundo año de primaria que se llevaban mal por la tendencia a hacerse la víctima que adoptaba la susodicha en las reuniones de apoderados que solían organizar en el colegio todos los meses y en donde solían destacar los hermanos Prat, cada uno en su respectivo grado y por costumbre Caliope les llevaba berlines para endulzar la cena como una forma de incentivo, así que los adolescentes esperaban entusiasmados la llegada de su madre a casa mientras la joven solía quedarse leyendo libros de fantasía y el chaval veía documentales de Astronomía o de animales en el Discovery.
Faltaban sólo dos días para que empezaran los exámenes finales en el colegio de sus pequeños, así que les dejaba tiempo a solas para que pudieran prepararse bien y sin interrupciones, salvo cuando no entendían algo, aunque normalmente Joe le enseñaba a Indira y el muchacho rara vez se quedaba con alguna duda en clases. Era un joven rápido y autodidacta que a veces ni siquiera necesitaba ir a clases, ya que podía aprender a partir de los libros de texto o de videos en youtube donde ciertos sujetos explicaban lo mismo que los profesores en clases, con la diferencia de que así podía aprender incluso mientras descansaba en su habitación y no tenía que soportar las superfluas conversaciones de sus compañeros de colegio sobre lo importante que era ir al estadio para alentar a sus equipos de fútbol favoritos y coleccionar las láminas de los albumes que salían de sus ídolos, pues esas charlas las encontraba sin importancia y por ende, poco interesantes.
Los chavales se encontraban estresados, pues al otro día les tocaban exámenes de Química y era la clase que más complicaba a los cursos en general, pues los profesores, más que explicar las cosas, decían prácticamente lo mismo que salía escrito en sus libros de texto y era difícil entender de esa manera. Al levantarse por la mañana, Joe estaba con un tic nervioso en el cuello e Indira lucía muy insegura, además ambos estaban medio alelados a la hora del desayuno y se tuvieron que lavar dos veces la cara para poder despertar del todo y así partir bien al colegio, finalmente la madre les introdujo los almuerzos a sus respectivos morrales para que pudieran salir de casa; en el camino Joe le fue preguntando cosas a Indira sobre lo que iba a entrar en su examen y viceversa, pese a que la muchacha no sabía las respuestas correctas de lo que le preguntaba, sin embargo el joven no necesitaba más de ella y se separaron para que cada uno fuera a su respectiva clase. Luego de que terminaran sus exámenes, ambos se juntaron en el pequeño negocio que estaba instalado en el centro del patio del complejo educacional y de esta forma se instalaron en una mesa para platicar sobre cómo se habían sentido y de paso pronosticar más o menos la calificación que podrían obtener, ulterior de esto, cada uno volvió a clases y no se vieron hasta la hora de almuerzo que era cuando ambos sacaban sus respectivas viandas en el casino de la escuela.
Al llegar la noche, el chaval volvió a tener el mismo sueño en donde veía a la sirena dándole la espalda en la cumbre de la montaña, pero notó una leve rotación hacia la izquierda y por instinto se escondió bajo una roca, pensando que la imponente mujer se giraría por completo y lo vería ahí; justo en ese momento su hermana dio el agua de la llave, causando que éste saltara estrepitosamente de su camastro y su madre y hermana corrieran a ver qué había ocurrido en la habitación del ahora hombre de la casa, lo que hizo que la joven madre se preocupara aún más de la situación de su hijo y hablara con él, pues eso había dejado de manifiesto que no se había estado tomando las pastillas para dormir y como ella no sabía qué hacer en ese caso, empezó a preguntarle todas las noches si se había tomado el medicamento para tenerlo controlado y así no volviera a tener insomnio; lo que inmediatamente provocaba un cambio de humor, una dejadez en clases y nuevamente una citación para hablar sobre el comportamiento de su hijo, incluso Indira estaba ayudando a controlar a su hermano de esta manera, pues quería mucho a su hermano mayor y por lo tanto, no le gustaba verlo infeliz.
Al terminar la tarde, Indira se iba a juntar a estudiar con unas amigas de su clase, así que Joe podría pasar a otro lugar y fue con un viejo amigo a escalar la montaña Katzú que se encontraba a unos treinta minutos de la ciudad; le pidió permiso a su mamá y se subió al automóvil de su amigo, al llegar, ambos se pusieron sus respectivos bolsos de escalada y estuvieron alrededor de cuatro horas escalando hasta que llegaron a la cima de la montaña más alta del lugar; luego de esto ambos se sentaron y compartieron las galletas que habían comprado en el centro de la ciudad.