Capitulo 7

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Narra Logan.


—¡Logan! ¡Hermoso! —Chilló Summer.

—¿Qué? —Me volteé furioso, ésta chica es insoportable.

—Es una fiesta. —No.. ¿En serio?, me dije sarcástico— ¡Vamos a bailar! ¿Sí? —Suplicó colgándose de mi cuello.

—Encuentra a otro chico, no quiero bailar contigo. —Respondí.

—Eres un amargado —Bufó cerca de mis labios, diablos. Estaba ebria.

—Estás ebria, será mejor que vuelvas a casa. —Dije tomando asiento en una de aquellas banquetas que se encontraban en el jardín, a su lado había alcohol.

—Logy.. —Se montó sobre mí— No seas aburrido, ¿Qué ha ocurrido con aquel Logan Fyler que conocí?.

—Está muerto. —Confesé— Quítate, no quiero permanecer toda la noche a tu lado. —Dije duro.

—Quiero sexo. —Susurró a mi oído y comenzó a frotarse sobre mí. Maldita sea.

Volteé mi mirada para encontrarme con algo no muy agradable, Samanta tomaba de la mano a un chico, castaño y alto. No mentiré, mi cuerpo ejerció una furia incontrolable, quería golpear a ese tipo, nadie se acerca o toca a Samanta, mí Sam.


Iba a aclarar algunas cuentas con él pero Summer tomó de mis mejillas y plantó un beso sobre mis labios. 

Asco. 

Eso sentía, odiaba el sabor u olor a alcohol cuando una chica lo poseía, pero por estúpido mental que soy lo seguí; perfecto Logan, eres un genio.

No cerré mis ojos, los mantuve abiertos y al notar que aquel guarro rodeaba con sus brazos a Samanta, anhelé golpearlo.

Rápidamente me puse de píe y me dirigí a ellos.

—¡¿A dónde crees que vas?! —Chilló. Diablos, como la odiaba.

—No es tu problema. —Contesté cortante mientras limpiaba mis labios con mi derecha.
Me concentré más en la "parejita" y noté que Samanta lloraba, demonios. ¡No!, odiaba ésto, verla derramar lágrimas por algo o alguien. El chico la apartó unos centímetros e hizo entrega de un pañuelo a sus delicadas manos. —Mierda Logan, hablas como un gay de primera— pensé.

—Vamos a una habitación.. —Susurró Summer mientras rodeaba mi espalda con ambas extremidades.

—Diablos, ¡No! —Exclamé furioso.

—Diré tu secretito. —Sonrió triunfante— Sé que la amas y nadie lo sabe porque temes que tu reputación de "chico malo" se vaya al retrete. Diré todo eso y más tu maldito desorden de alcoholismo a tu madre, si se entera seguro fallece de paro cardíaco. —Mierda, si que sabe controlar.

—Eres una maldita zorra. —Dije entre dientes— Solo una puta noche, nada más, ¿Entiendes?.

—Claro. —Respondió como si nada. Tomé de su mano y la llevé a la primera habitación que hallé.

Ocurrió lo que tenía que ocurrir, la vestimenta de cada uno fue desapareciendo, exceptuando mis pantalones obscuros y mi boxer. 

Ella se encontraba desnuda y yo, bueno, "calentaba el ambiente" mientras adentraba uno que otro dedo en su feminidad, pero todo acabó cuando la ví, de pie sobre la puerta con lágrimas en sus ojos rojos. Le miré atónito, ¿Qué diablos hacía Samanta aquí dentro?.


Se veía dolida y lástimada, su maquillaje estaba corrido, pero eso no impedía que su belleza se borrase. 

Sin más, dió un portazo que resonó en toda la habitación. Maldición, esto es malo.

Tomé mi camisa clara y la corbata que le adornaba, las coloqué sobre mi cuerpo y con zapatos en mano, me dirigí a la puerta.

—¿Me dejarás así? —Cuestionó Summer fingiendo estar ofendida.

—Sí. —Respondí y me dirigí abajo, busqué a Sam entre la multitud de personas que se encontraban allí— ¿Y Samanta? —Cuestioné a Landon cuando noté que estaba a un lado mío.

—No lo sé, debe estar con George. —Contestó mientra bebía un vaso de ¿Pepsi?, ¿Qué demonios?, es una fiesta. Nadie bebe algo que no sea alcohol.

—¿George? —Pregunté y le observé extrañado.

—Sí George, serás sordo. —Dijo con cierto tono de furia— Jay los presentó hace unas horas, tal vez están en casa o quizás donde. —Habló con indiferencia.

—¿No te importa Samanta? —Cuestioné enfadado— Es tu hermana imbécil.

—¡Hey, hey, hey!, nada de insultos que yo no tengo la culpa de que lágrimas cubran su rostro por tu culpa. —Remarcó la palabra 'tú'.

—¿Mí culpa?.

—¡Basta de preguntas! ¡Me estás enfureciendo! —Gritó y se alejó de mí.

¿Mi culpa?, ¿Yo era el responsable de todas esas lágrimas que Samanta derramaba?. Jamás me lo perdonaría si fuera verdad, pero.. ¿Por qué por mí?, ¿Qué diablos hice yo para que sufriera de aquella manera?.

—Se fué con George. —Una voz femenina me sacó de mis pensamientos. Volteé a ver de quién se trataba, claro. April.

—Gracias.

—Descuida —Sonrió.

No perdí más tiempo valioso y a toda velocidad, me marché a su hogar.
Al llegar, bajé rápidamente del vehículo y rodeé la casa buscando alguna luz encendida.

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