-¡Le voy a decir a mamá! –resonaban los gritos burlones de la chiquilla por los pasillos de la casa, seguidos del sonido de pisadas apresuradas.
Exhausto, nuestro héroe principal soltó un resoplido.
-Aura, cierra la boca. Mamá no está en casa. –respondió, tendido en el sofá de la sala de televisión. Aura usualmente recurría a mamá sólo cuando quería hacer que Regulus terminase castigado.
-¿Qué está pasando aquí? –interrumpió la voz y la presencia del hermano mayor de la casa, el primogénito de la familia y un lamebotas profesional; Argo, de 21 años.
-¡Regulus me arrebató el control de la televisión y me dijo que me largara! –dijo Aura, la más pequeña de la casa y la única fémina, excluyendo a su madre, por supuesto.
-¡Eso no es cierto, yo ya estaba aquí, y como no accedí a darle el control empezó con sus pataletas!
-¡No es cierto!
-¡Por supuesto que---!
-¡Suficiente! –alzó la voz su hermano mayor, extendiendo las palmas frente a él.
Probablemente hay algo que debas saber sobre los Marlowe. Son una familia encantadora, sí, pero tienen un secreto que no comparten con nadie. Hace muchas, muchas generaciones, una antepasada de la familia de los Marlowe, Lady Vivienne, contrajo matrimonio con un personaje icónico en la historia; Merlín el Mago. Por lo tanto, los primos Marlowe, los tíos Marlowe y hasta los abuelos Marlowe tienen capacidades asombrosas y mágicas.
Por eso es que cuando Argo extendió las manos frente a sí, Regulus y Aura flotaron en el aire.
-¡¡Argo!! –Se quejó Regulus- ¡¡Mamá dijo que nada de magia sin supervisión!!
Argo sonrió arrogantemente.
-Eso sólo era para ustedes. Mamá sabe que yo soy lo suficientemente mayor—no... lo suficientemente inteligente y apto como para practicar magia cuando quiera. Porque yo, a diferencia de ti, Reg, soy un mago decente.
Tras esas palabras, bajó los brazos y Regulus aterrizó en el suelo, justo sobre su trasero. Aura cayó de pie, pero eso no la hacía más contenta.
-¡Mamá se enterará de esto!
Argo, quien al igual que todos en la casa, temía a su madre, se apresuró en convencer a su hermana menor.
-Eso... -carraspeó- No será necesario. Oye, ¿no habías dicho que te interesaba aprender más sobre magia con animales? Quizás yo podría enseñarte algo, pero... lástima que vas a decirle a mamá. Ella no me lo permitiría.
Aura no iba a tomar el anzuelo tan fácilmente.
-Por diez lo olvidaré.
Argo dejó de ser tan complaciente y sacó un montón de billetes de su bolsillo trasero, los cuales le entregó a la pequeña con cara de pocas pulgas. La niña se atrincheró en su cuarto, el único recinto enteramente rosa en toda la casa, después de decir:
-Un placer hacer negocios contigo, hermano.
Argo soltó un gruñido y se giró para bajar a la cocina, haciendo que su coleta de cabello obscuro levitara por unos segundos.
Regulus jamás iba a admitir que Argo tenía razón, o al menos para él. Después de todo, Regulus era el inadaptado, el idiota, el que no tenía control de sus habilidades. La oveja negra de la familia. Incluso haber nacido sin poderes, como su hermano mayor; Corvus, hubiera sido mejor que eso.
Argo había manifestado su potencial casi al mismo tiempo que aprendió a caminar, y sus padres; Rea Marlowe (quien le había pasado el poder mágico a sus hijos) y Andrew Reed, (quien era un humano común) se pusieron orgullosos. Fueron la comidilla de toda la familia por unos cuantos años. Cuando nació Corvus y no manifestó síntoma alguno de ser un mago, sus padres no se inquietaron mucho. La magia tendía a hacer eso, de todas formas. Además, era común tener un hijo mago y otro no en los tiempos presentes, ya que encontrar magos de otras familias era muy difícil. Sin embargo, si un hijo entre mago y no-mago nacía con poderes, se le consideraba como un mago completo. Cuando nació Regulus y no hizo nada que pudiese indicar que fuera un mago, de igual manera, sus padres no le dieron mucha importancia. Esto es, hasta que cumplió tres años, la edad límite en la que se sabe si un niño tendrá poder o no, y para asombro de muchos miembros de la familia que ya se habían hecho a la idea de que había otro no-mago en la familia, Regulus logró convertir un tazón de cereal en un perrito, o al menos a medias. Aura fue una historia completamente diferente, porque si Argo fue un chico precoz y Regulus uno tardío, Aura quedó completamente en el medio, dejando a Corvus como el único no-mágico en la familia. Uno pensaría que el chico se sentiría mal al respecto, pero estaba bastante en paz con ello. Después de todo tenía a su papá, quien tampoco era mágico para nada.
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Todopoderoso: La Historia del Mago Primo
General FictionRegulus Marlowe no era la clase de persona con quien alguien se detuviese a hablar. A lo mucho le dirigirían un "perdón" si se chocaba con él en los pasillos de la escuela, pero por mucho que su apariencia lo contradiga, posee una... particularidad...