Agitado. Era la palabra que me podia describir en ese momento.
Tanto estres... ¿y dónde están mis motivos para vivir?
Ah... Acostado en la cama en plena oscuridad, mirando al techo sin ningun propósito pero pensando en alguien. Bueno, ya es hora de presentarme, ¿no?
Mi nombre es Valentín, L. Valentín Gutierrez Silva, los que me conozcan bien me dicen "Ron" "Jrieta" y más apodos pendejos (como yo). Tengo 17 años y soy dulce, callado, timido... No.
Tengo el cabello algo largo y alborotado (tampoco de metalero we) tipo emo pero la diferencia es que si se ven mis dos ojos, soy delgado y mido 1.70 por ahí.¿Les cuento algo?
Bueno pues, hace unas horas era de madrugada, 1 AM para ser exactos, estaba en una fiesta, así estilo como los antros con putas y drogas. La fiesta era de un compañero de la preparatoria en su casota, su nombre es Javier y es el chico con más dinero, ¿por qué vergas se metió a nuestra prepa de clase caca? Ah, y todavía lo que más risa me da es que una de las profesoras asisitió. LoL
Como mis padres la mayoría del tiempo trabajan o salen de viaje pues hago lo que se me da la gana, ya se que no me quieren pero... ya me acostumbre.
El caso es que, entre toda la multitud había un chico que me llamó la atención; tenía una sudadera azúl marino junto a unos jeans negros, su piel era pálida y su cabello negro. Sostenía un gorro del mismo color que su sudadera y tenía una mascara que cubría su boca y ojo izquierdo, como el pendejo de Kaneki solo que sin la boca pedorra esa.
El imbécil se quedaba parado en medio de la gente sin hacer nada, ¿se cree un pinche ghoul o que vergas?
Se quedó así un momento, hasta que por fin se movió y se apartó de entre toda la multitud.
-- ¿A dónde vas, Valentín? -- Me preguntó una chica, que venía junto a alguien mas.
-- ¿Ah? Oh, hola Kitzia y...
Se me está perdiendo de vista
-- Ella es Abilene -- Respondió Kitzia
-- Un gusto, luego nos vemos...
-- ¡Hey esper...!
Me adentré en la multitud, mierda ya lo perdí.
Oh, espera, ¿está saliendo de la casa?Lo seguí y también sali del lugar yendo detrás de él
-- ¡Oye!
-- ...
Se volteó y no dijo nada, me acerqué más hasta quedar lo suficientemente juntos como para apreciar sus lindos ojos. Bueno, su ojo.
Nos miramos un momento y cuando estaba por decir algo, se marchó corriendo.
¿Quién era?
¿Por qué lo seguí?
Eso y mucho más pensaba sin poder dormir, en mi jaula de almohadas donde nadie me presiona.