Celos y peleas

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Esa noche decidí subir al tejado, ver las estrellas antes de dormir sería el final perfecto de mi día. Como todas las noches, Marcos ya estaba ahí observando el cielo, ese parecía ser un pasatiempo importante para él. Esta vez su rostro estaba contraído en una mueca extraña, su ceño estaba fruncido, por lo que se veía totalmente molesto, lleno de una ira inquietante de ver, en ese momento se veía realmente peligroso. Algo malo había sucedido y no estaba segura de si debía molestarlo. Me quedé estática por más de un minuto entero preguntándome si hacerle notar mi presencia o, por el contrario, irme de una vez.

—¿Qué tal están las estrellas hoy? —dije con incomodidad cuando finalmente me decidí a acercarme, solo para que supiera que yo estaba ahí.

Él no respondió, no me miró siquiera, sus ojos continuaban fijos en el cielo, su comportamiento parecía cada vez más extraño, pero era posible que él no me hubiera escuchado. Si no era ese el caso, él se estaba comportando como un maleducado, ¿dónde se encontraba al chico que me llevó a ver las estrellas hacía pocos días? ¿Por qué de pronto parecía estar tan furioso? Pensé que tal vez yo estaba exagerando, que me estaba tomando las cosas demasiado a pecho, él podía estar furioso con cualquier cosa, y no necesariamente era conmigo, quizá solo necesitaba estar un tiempo solo para distraerse de algo más y yo lo estaba importunando. Pero entonces preguntó, con voz ácida y grosera:

—¿Qué tal tu cita? 

—Supongo que bien —respondí dudando de lo que debía decir, sin saber bien por qué.

Él me miró finalmente, con un profundo rencor en su mirada. Me asusté ante sus ojos furiosos y dí un paso atrás con temor. ¿Qué era lo que estaba pasando? Toda la emoción por mi cita con Andrew se esfumó en un instante, así de fácil era para él jugar con mis emociones, colo una mirada y toda mi felicidad se evaporaba, algo en ella me decía que estaba en verdaderos problemas.

—Creo que mejor me voy a estudiar. —Di media vuelta dispuesta a huir cuanto antes, no quería seguir en un sitio que me resultaba peligroso y aterrador.

—Él solo está jugando contigo, ¿sabías? —dijo con un gruñido.

—No entiendo de qué hablas —dije volteando a verlo, frunciendo el ceño, no tenía ni idea de hacia a dónde estaba yendo esa conversación. ¿Quién jugaba conmigo? ¿Por qué y a qué?

—¿Ahora crees que serán novios y vivirán felices por siempre? —soltó con odio en su voz, alzándola incluso más de lo normal.

—¿De qué hablas? —pregunté definitivamente no estaba entendiendo nada en ese momento y él parecía creer que sí—, solo fue una cita. No es como sí...

—Te estoy diciendo que ese tipo te hará sufrir, no vengas llorando cuando te rompan el corazón.

Quedé aturdida por unos segundos, mis lentes rodaron por mi nariz, los acomodé rápidamente y volví a dar media vuelta sin decir nada. Nada de lo que sucedía tenía sentido para mí, seguir discutiendo con Marcos no traería nada bueno, él estaba en un estado de animo en el que no escucharía a nadie, solo quería gritar y desahogarse. Eso estaba bien, podía hacerlo, pero no conmigo, yo no había hecho nada malo. Volví a mi habitación aún tratando de entender lo que acababa de pasar. Marcos era una persona extraña y peligrosa, que cambiaba su manera de ser de un momento a otro como mejor le pareciera; fue durante mi cita con Andrew que caí en cuenta que éramos hermanos, ahora Marcos era de mi familia y debíamos actuar como una familia. Ser unidos, cercanos, llevar una relación tranquila en el que nos pudiéramos contar todo, no una en la que él me gritara solo por salir con un chico. Debía hacer lo posible por hacérselo ver a Marcos cuando estuviera más calmado.

Abrí el libro de biología intentando leer la ultima clase vista, pero por alguna razón no podía concentrarme, lo que acababa de pasar con Marcos me desconcertó más de lo que pensé. Me acosté molesta por no haber podido estudiar a causa de las tonterías de Marcos. Algo extraño pasaba conmigo, últimamente me costaba estudiar y hasta me habían sacado del salón de clases. Los chicos solo traían problemas.

¿Hermanos? (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora