A veces me pregunto cómo debe vivir el resto del mundo que no tiene playa ni las vistas que nos regala nuestra isla. Se me hace imposible pensar en un día sin mi isla. Sin pisar la suave y oscura arena que la rodea. Su naturaleza, sus palmeras, su agua… Adoro el mar. Es mi modo de supervivencia. Si estuviera un solo día sin tocar la playa acabaría muerta, seguro.
No somos muchos los jóvenes que vivimos en Lanai, una de las islas más pequeñas del archipiélago de Hawaii. Y para nuestra suerte o desgracia, el turismo no está muy desarrollado tampoco aquí. Tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Ventajas que sabes en quién debes confiar y en quién no. E inconvenientes… que siempre vemos a los mismos personajes y prácticamente estamos destinados a mantener alguna relación con el vecino de al lado o el de un poco más allá.
Mi familia podría decirse que está entre la clase media/alta de la isla, aunque la familia de mayor prestigio son los Trümper. Esos sí que tienen pasta. Tienen dos hijos gemelos. Tom y Mara. Tom es el típico chuleta que se piensa que por ser rico y ser el que suele ganar en las competiciones de surf ya es el tío más guay del mundo. Estúpido. No lo trago. Ni él a mí tampoco, y menos desde que participo, para su desgracia, en dichas competiciones. He luchado varios años porque me admitan, debido a que soy la única chica que lo practica en la isla, no podía haber una categoría femenina, y siempre me negaban el participar. Este año va a ser el primero y pienso darle una paliza al engreído ese de Tom Trümper y sus amigos. Son todos de mi edad, y bueno de la de Bill, que es mi mellizo.
- ¡Mamá me voy a la playa! – grito con un par de magdalenas en la mano y una metida en la boca y el pomo de la puerta en la mano ya.
- ¡Cariño! – dijo apareciendo de pronto de vete tú a saber dónde - ¿no dijiste que hoy me acompañarías a comprar? – dice alzando las cejas.
- ¿Hoy? ¿Tiene que ser hoy? Debo ir a practicar para la competición – lo mismo si incluyo algún que otro puchero le doy pena y me deja ir.
- Bueno puedes ir después de volver.
- ¿No te puede acompañar Bill? – qué tío más vago joder.
- Bill está estudiando.
- ¬¬ ¿En verano?
- Tiene los exámenes dentro de poco.
- ¡Oh por favor! – Dejo la toalla sobre el respaldo de la silla y me cruzo de brazos mientras mastico con rabia otro trozo de magdalena - ¡Está bien! ¡Pero date prisa que no tengo todo el día!
- Gracias mi niña.
- Gracias mi niña – repito burlona y cabreada mientras desaparece hacia el salón – hoy el día es genial, deben haber unas olas excelentes y yo tengo que perder media mañana en ir de compras… Puag. Eso le pega más a Bill y no a mí.
- Pero te comprometiste a ir tú con ella – responde sonriendo mientras entra tranquilamente en la cocina – bocazas.
- ¿Bocazas yo? Si tú no estabas por la labor, mirabas la tele.
- Bueno pero cuando dijiste de ir tú, yo estaba a punto de decirle a mamá que iría con ella. Siempre hablas cuando menos necesario es Mery.
- Te odio ¿lo sabías no?
- Sí, pero he aprendido a convivir con ello, es fácil – no era cierto. Lo quería muchísimo pero cuando algo interfería entre mi tabla de surf y yo… Malo.
- Ogh.
- Bueno ya estoy lista ¿nos vamos?
- Sí claro – respondo de mala gana.
- ¿Te has tomado un descanso cielo? – se dirige al engreído de mi hermano.
- Sí – me mira y me guiña un ojo. Que morro tiene el cabrón.
- Mamá, vámonos ya por favor.
- Ay sí hija, vamos.
Cuatro horas de suplicio aguantando a mi madre mientras se queja porque todo ha subido de precio. Bla, bla, bla, bla. Y ni te cuento cuando se encuentra a alguna de las cacatúas de sus amigas y se ponen a parlotear de cualquier estupidez. Yo no hago más que mirar el reloj, viendo como se me pasan las horas. Un momento, ¿esa no es la señora Trümper… con… su hijo? Oh madre mía, esto sí que es bueno. Comienzo a sonreír a medida que veo que la mujer se acerca a mi madre para saludarla. Son muy amigas. Todo lo contrario entre el imbécil de su hijo y yo.
- ¡Violeta! – mira ya no me parece tan mal estar perdiendo el tiempo en el súper cuando sé que el tonto éste no está practicando tampoco.
- ¡Oh Margaret! – vale, las dos con nombres de flores… Increíble pero cierto. Aunque el de mi madre me gusta más. Violeta es un nombre guay.
- Hijo ¿no las saludas? – sí eso mariquita Tom, ¿no nos saludas? Jajaja qué bueno. Venga, venga salúdanos. Él le dedica una mirada fulminante a su madre mientras que a la mía le pone ojitos tiernos. Que cínico.
- Hola señora Kaulitz, ¿qué tal? – si hasta parece educado.
- Muy bien Tom – yo espero con los brazos cruzados mirándolo desafiante, mientras ellas dos comienzan a parlotear a un lado nuestra. Vamos que pasan de nosotros.
- ¿Y a mí Tom, no me saludas? – digo con un tono borde.
- No. Yo no les dirijo la palabra a mocosas impertinentes como tú.
- Oh ¿Cómo? ¿Así como lo estás haciendo tú ahora?
- Estúpida.
- Deberías arrodillarte ante mí porque este año quedarás como un auténtico mariquita cuando te gane en la competición. Y depende de cómo te portes pues… seré mejor o peor contigo en la humillación ante tus amigos.
- Eso ni lo sueñes. Antes muerto que dejarme ganar por una chica.
- Tom, es imposible que lo intentes disimular… - me acerco a su oreja y le susurro – te mueres por mí – me mira con odio, se da la vuelta y se marcha. Me encanta cabrearlo.
- Siento molestaros, pero… mamá… ¿recuerdas que yo tengo cosas que hacer…?
- Oix sí, dichosa competición Margaret. Me tiene la cabeza loca – A ver perdón ¿¡Qué!? O sea me arrastra literalmente hasta la mierda del supermercado este y encima ¿¡le tengo la cabeza loca!?
- No me hables que a mí el mío también me tiene harta – se acerca a mi madre y comienza a susurrarle – y sobre todo desde que este año tú hija también compite.
- ¬¬ Os estoy escuchando – dice apareciendo de repente.
- ¡Hijo! ¿Nos vamos? – intenta disimular la mujer.
- Adiós Tom – le digo con una sonrisa maliciosa. Él me mira y rueda los ojos.
…
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Bueno ahí está el primer capi. Normalmente en el primero siempre es un poco explicativo y lento... os aseguro que los siguientes están cargados de emoción!!! :-)
Ahora espero que comentéis y me digáis qué os ha parecido!!!
Maiko.
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Es Gibt Kein Züruck (No hay vuelta atrás)
FanfictionEsta es la historia de Mery, cuyo sueño es convertirse en campeona nacional de surf. Puesto que es la única chica en la isla de Lanai (Hawaii) que practica este deporte, ha luchado por que la dejen competir en la categoría masculina. Este va a ser s...