AVISO, EN ESTE CAPITULO SOLO CAMBIA UNA PEQUEÑA PARTE, EL FINAL CAMBIADO QUE ESPERAMOS PASA EN EL CAPITULO FINAL, AVISO POR SI QUIEREN SALTEARSE ALGUNOS, DEBIDO A QUE DICE CASI LO MISMO QUE EL LIBRO... gracias por leerme...
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*Patch y Nora deben salvar las plumas de los ángeles caídos, si caen en manos equivocadas sera el fin de todos ellos...*
Se han separado para poder acabar con esto mas rápido, Nora no ve la hora de terminar con toda esta locura para estar con su ángel, pero lo que pasara a continuación, acaba con toda su paciencia...
Narrado por Nora
Mi parte del trabajo era ir en busca de Pepper, pero por seguridad llamé a Scott para que me ayude.
Oí el Barracuda de Scott retumbar en el camino hacia mí mucho antes de que las luces brillaran en la turbia oscuridad. Le hice señas y giró en el asiento del pasajero.
—Gracias por venir.
Maniobró el coche en reversa y lo dejó hacia la misma dirección de la que había venido.
—Fuiste muy breve cuando llamaste. Dime lo que necesito saber.
Le expliqué la situación lo más rápido, aun ampliamente, como era posible. Cuando terminé, Scott dejó escapar un silbido de asombro.
—¿Pepper tuvo todas las plumas de ángel caído, siempre?
—Surrealista, ¿cierto? Se supone que debe reunirse con nosotros en el estudio de Patch. Él no dejaría las plumas sin vigilancia —murmuré principalmente a mí misma.
—Puedo hacerte llegar a salvo por debajo de Delphic. Las puertas del parque están cerradas, así que vamos a entrar en los túneles usando los ascensores de carga. Después de eso, vamos a tener que usar mi mapa. Yo nunca he estado en la casa de Patch.
Con los «túneles» se refería a una red subterránea de pasadizos laberínticos complicados, que operaban como las calles y barrios debajo de Delphic. No tenía idea que existían hasta que conocí a Patch. Servían como
residencia principal de los ángeles caídos que viven en Maine, y hasta hace poco, Patch había vivido entre ellos.
Scott dirigió el Barracuda por un corto camino de acceso a la entrada principal del parque. El camino abierto a una plataforma de carga con rampas de camiones, y un almacén. Entramos en el almacén por una puerta lateral, atravesamos un espacio abierto apilado pared a pared con cuadros, y por fin llegamos a los ascensores de carga. Una vez dentro, Scott ignorando los botones normales que indican pisos uno, dos y tres, y presionó un pequeño botón, sin marcas de color amarillo en la parte inferior del panel. He sabido que había entradas a los túneles en todo Delphic, pero ésta era mi primera vez usando ésta en particular.
El ascensor, que era casi tan grande como mi habitación, resonó más y más, finalmente chirriando hasta detenerse. La pesada puerta de acero se elevó, y Scott y yo salimos a un muelle de carga. El suelo y las paredes eran de tierra, y la única luz provenía de la única bombilla arriba oscilando como un péndulo.
—¿Por dónde? —pregunté, mirando hacia el túnel por delante.
Estaba agradecida de tener a Scott como un guía a través de las entrañas del Parque de Atracciones Delphic. De inmediato fue evidente que recorría los túneles con regularidad; nos condujo a un ritmo apresurado, recorriendo los húmedos corredores como si los hubieran memorizado hace mucho tiempo. Nos guiamos por el mapa, usándolo para hacer nuestro camino bajo el Arcángel, la montaña rusa más nueva de Delphic. A partir de ahí, me hice cargo, echando un vistazo por los pasillos al azar, hasta que por fin llegamos a lo que reconocí como la entrada a la vieja vivienda de Patch.
La puerta estaba cerrada por dentro. La golpeé.
—Pepper, es Nora Grey. Abre. —Le di unos momentos, y luego volví a intentarlo—. Si no estás abriendo porque sientes a otra persona, es Scott. Él no va a darte una paliza. Ahora abre la puerta.
—¿Está solo? —preguntó Scott en voz baja.
Asentí.
—Debería estarlo.
—No siento a nadie —dijo Scott escépticamente, inclinando su oído a la puerta.
—Apúrate, Pepper —grité.
Todavía sin respuesta.
—Vamos a tener que romper la puerta —dije a Scott—. A la cuenta de tres. Uno, dos... tres.
Al unísono, Scott y yo descargamos contundentes patadas a la puerta.
—Una vez más —gruñí.
Continuamos conduciendo nuestras suelas en la madera, golpeándola hasta que se astilló y la puerta se golpeó hacia el interior. Crucé el vestíbulo y a la sala, buscando a Pepper.
El sofá había sido apuñalado varias veces, arrojando relleno de cada incisión. Los marcos que habían decorado las paredes una vez yacían destrozados en el suelo. La mesa de centro de vidrio estaba inclinada sobre su costado, con una grieta ominosa en el centro. Ropa del guardarropa de Patch había sido sacada y desparramada como confeti. Yo no sabía si esto era evidencia de una lucha reciente, o sobrantes de la salida precipitada de Patch hacían casi dos semanas, cuando Pepper había contratado matones para destruir el lugar.
—¿Puedes llamar a Pepper? —sugirió Scott—. ¿Tienes su número?
Marqué el número de Pepper en mi teléfono, pero no contestó.
—¿Dónde está él? —exigí airadamente a nadie en particular. Todo estaba montado en su parte del trato. Yo necesitaba esas plumas, y las necesitaba ahora—. ¿Y qué es ese olor? —pregunté, frunciendo la nariz.
Me acerqué más en el salón. Efectivamente, detecté un olor desagradable y acre flotando en el aire. Un olor a podrido. Un olor casi como alquitrán caliente, pero no del todo.
Algo se estaba quemando.
Corrí de una habitación a otra, tratando de encontrar las plumas. No estaban aquí. Yo abrí la puerta del viejo dormitorio de Patch y fui abrumada inmediatamente por el olor de la quema de material orgánico.
Sin detenerme a pensar, corrí a la pared del fondo de la habitación, la que se abrió para revelar un pasadizo secreto. En el momento en que abrí la puerta corrediza, un nubarrón de humo negro rodó en la habitación. El hedor grasiento y carbonizado era insoportable.
Sellando mi boca y nariz con el cuello de mi camisa, le grité a Scott: —Voy a entrar.
Él caminó por la puerta detrás de mí, batiendo el humo con su mano.
Yo había estado por el pasadizo una vez antes, cuando Patch había detenido momentáneamente a Hank Millar antes de que yo lo matara, y traté de recordar el camino. Cayendo de rodillas para evitar lo peor del humo, me arrastré rápidamente, tosiendo y teniendo arcadas cada vez que respiraba.
Por fin mis manos golpearon una puerta. Buscando a tientas por la manija, tiré de ella. La puerta se abrió lentamente, enviando una nueva ola de humo ondulante al pasillo.
La luz de una hoguera atravesaba el humo, las llamas saltando y bailando como un exquisito espectáculo de magia: bronce, dorado y naranja fundido y grandes plumas de humo negro. Un horrible crujido y chasquido resonó en mis oídos mientras las llamas devoraban la colina masiva de combustible debajo de ella. Scott sujetó mis hombros protectoramente, forzando su cuerpo delante del mío como un escudo. El calor del fuego abrasando nuestros rostros.
Solo me tomó un momento aullar de completo terror.
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Hush Hush Finale_ Final alternativo (#EscribeloYa)
FantasyLuego de todo lo que ha pasado, luego de tanto dolor, no podríamos tener, al menos, a uno de los personajes de los cuales nos encariñamos, ¿hasta el final?