Capitulo final...

640 25 7
                                    

El cuerpo de Dante me expulsó rápidamente, sentí como si hubiera sido arrojada desde un automóvil en movimiento. Mis manos se agarraron a la hierba, en busca de algo sólido en un mundo que giraba, volcándose y rondando sobre sí mismo. A medida que el mareo se desvanecía, miré a mí alrededor buscando a Dante, lo olí antes de verlo.

Su piel se había oscurecido como el color de un moretón, su cuerpo empezaba a inflarse. Su cuerpo purgaba fluidos, su sangre con devilcraft se filtraba en la tierra como algo vivo, como algo que se escondía lejos de la luz solar. La carne desapareció, deteriorándose como el polvo. Después de pocos segundos todo lo que quedaba de Dante era sus huesos secos y aspirados.

Estaba muerto. El devilcraft se había ido.

Lentamente me empujé sobre mis pies mis pies. Mis pantalones estaban hecho jirones y manchados, con franjas de hierba esparcida en mis rodillas. Lamí la herida de mi boca, degustando la sangre y el sabor salado del sudor. Caminé hacia Scott, con pasos pesados y lágrimas calientes en mi rostro, mis manos flotaron inútilmente por su cuerpo.

Cerré los ojos obligándome a recordar su sonrisa de medio lado. En mi mente reproducía su risa burlona. Recordé su calor en los toques accidentales y los golpes juguetones, sabiendo que su cuerpo se pudría incluso mientras me aferraba a los recuerdos.

—Gracias —tartamudeé, diciéndome que en algún lugar cercano, él podría escuchar mi voz—. Salvaste mi vida. Nunca te olvidaré, ese será mi juramente para ti. Nunca —le prometí.

Bultos extraños cubrían el cementerio, y mientras me acercaba vi lo que realmente eran, cuerpos de ángeles caídos, o lo que se podría decir que quedaba de ellos. Al igual que Dante su carne desaparecía en segundos.

Un líquido azul manaba de sus cadáveres, e inmediatamente era absorbido por la tierra.

—Lo hiciste.

Me di la vuelta, instintivamente endureciendo mi agarre en la daga. El detective Basso metió sus manos en los bolsillos, con una sonrisa triste jugando en su boca. El perro negro que había salvado mi vida solo hace unos días estaba sentado incondicionalmente en sus tobillos. Los salvajes ojos amarillos del perro me miraban pensativamente. Basso se agachó, frotando la piel sarnosa entre las orejas.

—Es un buen perro —dijo Basso—. Una vez que me haya ido, él necesitará un buen hogar.

Di un cauteloso paso hacia atrás.

—¿Qué está pasando aquí?

—Lo hiciste —repitió—. El devilcraft ha sido erradicado.

—Díme que estoy soñando.

—Soy un arcángel. —Las comisuras de su boca se torcieron, casi, pero no del todo, solo tímidamente.

—No sé que se supone que deba decir.

—He estado en la tierra durante meses, trabajando de encubierto. Sospechábamos que Chauncey Langeais y Hank Millar, estaban pidiendo

devilcraft y mi trabajo era mantener una estrecha vigilancia sobre Hank Millar, sus relaciones, su familia... incluyéndote.

Basso. Arcángel. Trabajando de encubierto. Sacudí mi cabeza.

—Todavía no estoy segura de lo que está pasando aquí.

—Has hecho lo que estaba tratando de hacer. Deshacerme del devilcraft.

Digerí esto en silencio. Después de lo que había visto en las últimas semanas, esto no debería de sorprenderme tanto. Pero ciertamente lo hizo. Era bueno saber que todavía no estaba completamente hastiada.

Hush Hush Finale_ Final alternativo (#EscribeloYa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora