Día 9

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Estaba en la esquina nuevamente esta mañana. No reaccionó cuando desperté.

Aún cuando no quería observarlo de nuevo, continuó estando ahí por una hora, hasta que me diera cuenta de que estaba esperando que me levantara. En su lugar jale la sabana contra mi y me pegue a la pared, y enfureciendolo en el proceso acercó su largo antebrazo y clavó sus garras en mis sabanas, quitandomelas en un pequeño movimiento de su muñeca.

No se como lo hizo, no tenia musculos, pero fue tan fuerte que la velocidad con que me las arrebató, me hizo una quemadura por fricción. 

Con mi corazón pulsando violentamente en mi pecho y siempre atenta a cualquier movimiento de su parte, me moví al borde de la cama y pese a su inexistente respuesta, de alguna forma sentí que se emocionó.

Cuando al fin me pare continuo viendome, lo hizo desde mis pies hasta la cabeza, luego sonrió y se fue.

No me gusta su mirada.

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