Estoy para ti

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Capitulo 16

Un león corre hacia mi, tratando de devorarme, y yo corro con la acción que me gusta, pero esta vez corro por mi vida, casi me alcanza el león, pero logro esconderme y despistarlo, el león rugiente cada vez mas enfadado porque no logra encontrarme, pero viene un chico, caminando hacia mi, no tiene rostro, solo se ve que es alto, viene a protegerme, del león. Es Jeremias el chico. Pero el león ahora viene hacia el, y me toca protegerlo. Nos protegemos el uno al otro, eso es lo que pasa en el sueño, el me protege y yo lo protejo.

Despierto con ganas de cerrar los ojos y continuar con la historia, el sueño que me produjo un poco de acción.

Si, ya es la mañana, sale el sol. Por primera vez veo el sol como algo bonito, como un signo de que muchas cosas pasan pero la vida sigue, y todo lo de la vida sigue. Si... el sol siempre sale, porque es de ley. Menos en tiempos de frío, lo tapan las nubes. Las nubes son como los problemas, pero amo ver el sol apenas saliendo porque las nubes lo quieren tapar pero no pueden. El sol lucha por salir y lo logra, al menos un poco pero lo logra. El sol ve el lado bueno de las cosas.

Como no puedo levantarme le grito a mi papa:

-Papa!! Llevame abajo a comer, por favor

Viene me da un beso de buenos días, y me carga como si no pesara.

Tiene preparado mi desayuno, eso me alegra mucho, se ve que le importo.

-Gracias papi!

-De nada, Marty- sonríe felizmente.

Hot cakes y naranjada, ¿que mas puedo pedir?

-Papa, Jeremy me llevara al doctor a las 2:00

-¿Jeremy? ¿Porque?

-Se ofreció a llevarme, para ver la razón de porque no puedo caminar

-Ah... tu crees que estés grave?

-No... la verdad no creo, me siento bien, ya no siento dolor- solo siento parestesias en mis pies- y la verdad no creo que pase algo solo por una caída en las escaleras

-Espero Marty, cualquier cosa me llamas.

-Claro papa

Me sigo tomando mi naranjada. Soy de las personas que comen lento.

Falta una hora para que venga Jeremy. Mientras leo Un paseo para recordar, si Jeremy lo leyó es que esta bueno.

Falta media hora, dejo el libro sacrificadamente  porque en realidad esta muy interesante. Y mi papa me sube a mi cuarto.

No puedo cambiarme, porque no puedo pararme, y no quiero que mi padre me cambie, así que estoy decidida en irme en pijama. Mi papa otra vez me baja, es increíble la paciencia que tiene, y me prepara mi silla de ruedas.

Jeremías toca el timbre. Mi papa le abre, y le dice que me tendrá que cuidar muy bien o si no lo mata. Jeremías me dice

-¿En serio te sientes bien?

-Si- sonriendo felizmente

-Okey, entonces yo también

Agarra la silla de ruedas, y cuando llegamos a la puerta de su auto, el me saca extremadamente cuidadosamente de la silla de ruedas y me mete a su auto.

La silla de ruedas la pone en la cajuela, y se mete al auto.

-Gracias Jeremy, ¿con que doctora iremos?

-Iremos con una internista, muy amiga de mi mama

-Ah, entonces es de confianza

-Si

-A cual hospital iremos

-Ocean Medical Center

El hospital donde murió mi mama.

Trago saliva, mi estomago recibe imaginariamente un puñetazo y se me vienen las ganas de llorar. Solo parpadeo para que no se me salgan las lágrimas y suplico de que no vaya a llorar.

-Okey.

Me duele la cabeza. Tengo ganas de vomitar, y me trago el vomito. Ni loca vomito en el hermoso y elegante auto de Jeremy.

Jeremy me nota un poco rara en el transcurso al hospital

-Marty ¿te encuentras bien?

-Si, es solo que recordé a mi madre, pero eso me pasa siempre

-Piensa en algo bonito de ella, a veces eso me ayuda ¿sabes?... también piensa que ella estaría muy orgullosa de ti

-Okey, si.

Trato de recordar algo bonito.

Mi mama bailando con mi papa en la boda de unos amigos suyos. Ella quería bailar, pero ni mi papa, ni mi hermana, ni yo, quisimos. Ella se paro de la mesa y

empezó a bailar muy bonito, se le movía el pelo rizado y pelirrojo como si fueran olas de mar. Y luego me dijo que me parara y que bailara, acepte y yo fui la única que bailo con ella. Bailaba con ella muy feliz, como si fuera el ultimo día en nuestras vidas. Mi madre y yo eramos iguales, pero a la vez diferente, ella tenia la misma personalidad que yo, pero ella si disfrutaba de la vida, ella no merecía morir.

Me pongo feliz porque ella si era feliz conmigo. Supongo que me quería mucho, que era la niña de sus ojos, su hija amada, eso me obligo a pensar.

Estoy para tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora