No hay mejor remedio para todo, que el tiempo.
Ese mismo tiempo del cual nos quejamos, que lo apuramos, y sobre todo no valoramos, ese es el mismo que nos abraza con paciencia y nos enseña a ver más allá de todo nuestro poder.
El aliado para sanar,
Tu cómplice para empezar amar.
Y con el tiempo,
Me abrazaste con todo tu amor y ahora no puedo soltarte,
Ahora eres como mi pulmón derecho.
Me envolvíste con tu piel, el cual lo hice un hogar,
Te envolví con mis manos y lograste lealtad.
Hermoso los días que veo tus ojos,
Inexplicable las noches que toco tus labios.
Juntos en el tiempo, agarrados de la mano, caminando hacia un lugar el cual nunca tiene fin.
Un viaje a tu alma donde pueda tener vacaciones permanentes a lado tuyo,
llegando a tiempo para poder explorar cada lunar de tu espalda.
Y por si llegamos tarde a nuestro encuentro, no importa, el tiempo empieza cuando este contigo. Siempre contigo.
