Estaban destinados a encontrarse, pero... ¿Quién dijo que estarían juntos?
¿Casualidad? ¿Destino? ¿Karma? No lo sé.
Pero lo que sí sabemos es que el camino de su pasado ha sido un poco difícil, las personas no siempre son lo que aparentan ser.
Un...
Soy un hombre de pocas palabras, mi vida no es para nada emocionante, vivo en Orlando con mis abuelos, pues mi mamá me dejó con ellos cuando apenas era un niño. ¿Amigos? Pocos, no me gusta confiar en las personas. ¿Qué si soy guapo? El chico más guapo, ardiente y con el autoestima más grande qué podrán ver, no lo digo yo, lo dicen las chicas de mi instituto, todas están detrás de mi, no las culpó, mi belleza sé nota a kilómetros. ¿Novia? No voy con eso, solo las chicas qué están para el rato, además tengo de esas por todos los lugares.
Mi cama a está hora era muy cómoda, pero como el mundo conspira contra mi, tocaron mi puerta, como pude me levanté y abrí, vi a mi abuela al otro lado.
-Buenos días bello durmiente, tu madre llamó hoy, dijo qué si la podías ver en el centro comercial en una hora, dijo que debían de hablar algo importante- Dijo con cara de confusión, claramente ella no sabía de lo que quería hablar mi madre, ni yo tampoco.
–Eh gracias abue, me visto y bajo a desayunar– dije sonriendo un poco
Cerré mi puerta y me dirigí hacía el baño. Hice mis necesidades y salí con una toalla que cubría solo la parte de mi cintura, busqué mi atuendo, que consistía en unos shorts, camisa polo roja y tenis blancas.
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Baje a desayunar encontrándome a mis abuelos, salude y me puse a desayunar.
Luego de unos minutos, salí de la casa en mi auto Mitsubishi Lancer gris, me dirigí hacía el centro comercial, cuando entré vi a mi madre y me acerqué a saludarla.
–Hola mamá
–Mi bebé que grande estás y muy guapo por cierto– dijo mirándome raro y con orgullo, yo reí, se veía divertida.
–Gracias mamá, tu no te quedas atrás– era cierto, iba muy guapa
–Hijo gracias, bueno, te preguntarás el por qué estás aquí. Quería decirte qué el lunes vamos de viaje, tus abuelos también vienen, será una sorpresa el lugar al qué iremos, qué te parece?
–Oh qué bueno mamá, por fin de vacaciones, ojalá sean muy buenas– dije sonriendo pícaro
–Espero divertirnos, serán las mejores
Algo me dice que sí, serán las mejores y más locas vacaciones.
***
Luego de un tiempo en el centro comercial fui a un parque qué estaba cerca de casa, me baje y me senté en un banco viendo hacía un árbol, pasaron los minutos y sentí qué alguien se sentó a mí lado, volví a ver y vi una chica muy guapa, era bajita, con él pelo castaño, con ojos un poco grandes pero hermosos, me miraba fijamente.
–¿Hola?– dije un poco confundido por la manera en la que me miraba
–Oh, hola, me llamo Nicole, mucho gusto– dijo sonriendo y extendiendo su mano qué con gusto la tomé
–Lindo nombre, me llamo Marco– sonreí, está chica si me hace sonreír
–Gracias, mm quieres ir a comer un helado?– dijo un poco sonrojada, jamás rechazaría a está bella dama
–Claro, conozco una heladería aquí cerca, es mi favorita
–Bueno, vamos?
–Vamos– dije levantándome y caminado hacía la heladería, ella me siguió, íbamos en silencio, pero no era incómodo.
Cuando llegamos pedí por ambos, vainilla para mi y fresa para Nicole. Salimos de la heladería, caminamos hasta donde estábamos antes, nos sentamos y ella rompió el silencio.
–Uh, cuéntame de ti– pidió con una sonrisa que no me molestaba
–No hay mucho que contar, me gusta el color azul, soy un poco delicado con las comidas, me gustan los videojuegos, en serio amo muchísimo el fútbol, me gustaría ser futbolista, vivo con mis abuelos, me gustan las fiestas, no se que más decirte... Cuéntame de ti– dije volviendo a verla
–Bueno pues, amo Harry Potter y todas sus películas, creo que el amor y yo no nos llevamos– dijo riendo un poco– me gusta cantar, me gusta mucho el inglés, tengo un sobrino al qué amo y me molestan por el tamaño de mis ojos, de alguna manera ya me acostumbre, algunas personas me llaman fisgón– ambos reímos
–Pienso que tus ojos son hermosos, no deberías de hacer caso a esas personas– vi como se sonrojó por lo qué dije
–Sabes, eres un chico muy dulce, espero volverte a ver
–Créeme linda, no será la última vez que nos veremos– le guiñe un ojo, tome un poco de mi helado y lo puse en su mejilla, luego de eso le di un beso en el mismo lugar
–Oyeee, ¿porqué hiciste eso?, ahora me lo quitas– dijo molesta pero a la vez divertida
–Lo hice porque quería, y no es problema para mi– dije y acerqué mi boca a su mejilla, lamí todo él helado qué había en su mejilla, se apartó rápidamente y me miró
–Que atrevido, por qué lo hiciste?- sonrió un poco
Me encogí de hombros y dije – Quería hacerlo y por lo que vi, no te molestó– la mire con picardía
–Ajá claro– luego de dos segundos ambos sonreímos
–Está oscureciendo, debería irme ya– dijo lista para irse
–Si quieres te llevó– dije señalando mi auto
–Esta bien, gracias
Caminamos hasta mi auto, le abrí la puerta como el caballero que soy, subí y me puse en marcha, hacía la dirección que me dijo Nicole, supuse que era su casa. El camino era en silencio, no me gustaba estar en silencio, así que puse la radio, cuando llegamos ella se despidió y yo me dirigí hacía casa algo cansado y con sueño, deseaba dormir.
