Capítulo 1.

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Me levanté gracias al sonido de mi alarma. Me desperté muy temprano ya que sería mi primer día de escuela. Nueva ciudad, nueva casa y ahora nueva escuela.

Mientras me desperezaba, me di un baño como de media hora ya que era muy relajante con la música a todo volumen. Regresé a mi cuarto para cambiarme y bajé las escaleras para tomar el desayuno.

Y como era de esperarse mi madre no estaba, era increíble que en uno ciudad o en otra, ella se pasaría trabajando. Pero no es que trabajaba al máximo por falta de dinero, al contrario, ella tenía un estupendo trabajo pero que la tenía ocupada la mayoría del tiempo pero con tal de tener una buena posición social a ella no le importaba. A ella le importa demasiado lo que la gente diga y esa era una de las cosas que más odiaba de ella

A veces me gustaría que pasara más tiempo conmigo, aunque a veces era insoportable estar con ella. Mi madre tiene como una especie de obsesión a la perfección, y todos los que estamos a su alrededor, especialmente yo, sufrimos las consecuencias. Estoy casi segura que si ella estaba esta mañana aquí, me abría observado de pies a cabeza para estudiar mi atuendo y debía esperar su aceptación para salir e ir al instituto. De lo contrario, si ella decía que no le gustaba mi cabello, o mis pantalones no se veían bien, debía subir arriba y cambiarme. Lo sé, soy bastante mayorcita como para que mi madre me diga que vestir o hacer, pero nadie quería discutir con mi madre, si no quería desatar el infierno.

Extrañaba demasiado a mi papá. Mis padres se habían divorciado, y esa era una de las razones por las que nos habíamos mudado. El era todo lo contrario que mi madre, amable, risueño y le encantaba pasar el tiempo conmigo. El y mi madre no se entendían lo suficiente, siempre se la pasaban peleando y gritando. No se sería correcto decir esto pero después del divorcio me sentía feliz que todos los gritos y discusiones hayan terminado. Ambos estuvieron de acuerdo con el divorcio, entonces todo fue muy rápido. Puede decirse que mis padres terminaron en buenas condiciones, el aún la sigue llamando y ella también. Un poco absurdo, pero cierto.

Bajé las escaleras de mi nueva casa, y debía de admitir que mamá tenía un muy buen gusto. Esta casa era hermosa. Era la casa más grande de toda la cuadra. Era de esperarse de mi madre que compré una casa en uno de los barrios más lujosos de la ciudad, me sorprendería si no lo hubiera hecho.

Terminé de bajar las escaleras y ahí estaba mi abuela que ya me había preparado el desayuno.

Mi abuela es la persona más increíble que había conocido jamás. Ella siempre me aconsejaba, me cuidaba .Es de esas personas que con solo verlas te ilumina el día. Ella siempre estaba ahí para consolarme y tenerla a mi lado a pesar de todo me hacía muy feliz.

 -Buenos días Abby, ven y dale a esta vieja un abrazo.-  Dice al verme con una cálida sonrisa y extiende su brazo que yo la abraze.

- Buenos días abuela- Digo caminando hacía ella y abrazándola.

- Y que tal te sientes para tu primer día?- Me suelta del abrazo.

-Bien. Tengo mucha curiosidad por saber como es mi nueva escuela.-  Dije aunque sabía que todas las escuelas al fin y al cabo era iguales. Chicos populares, nerds, deportistas, idiotas. Lo único diferente eran los rostros y listo.

- Todo saldrá bien cariño, ya sé que es un enorme cambio para ti, también lo es para mí y para tu madre, pero tranquila, todo estará bien- Trata de consolarme mi abuela

- Ojala- digo y empiezo a comer mi desayuno rápidamente. No quería llegar tarde el primer día

Al terminar mi desayuno me despido de mi abuela y voy camino a la escuela

Caminé como unas 6 cuadras, no sabía exactamente donde quedaba ubicado el colegio, y es ahora donde me abofeteo mentalmente por no haberle preguntado a mi madre el camino exacto a la escuela y lo que menos quería era perderme en mi primer día.

Mientras me maldecía a mi misma no me di cuenta que ya la tenía enfrente.

Esta era mi nueva escuela.

Ahora si estaba nerviosa, tenía miedo antes, pero ahora sí que estaba nerviosa. Traté de parecer lo más tranquila posible, y fue adentrándome de a poco, y sin darme me cuenta me estaba quedando sin uñas de tanto mordisquearlos. Es una costumbre, estar nerviosa o asustada para mí, es quedarse sin uñas, lindo. 

Al parecer era una escuela muy bonita, era bastante amplia. Mientras que estaba admirando mi nueva  escuela, no me dí cuenta que me había quedado parada en una zona de aparcamiento y todo lo que pude oír fue un fuerte ruido del freno de un auto.

Stay {Harry Styles} PAUSADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora