❝Eres la fantasía que todo hombre desea y solo te queremos para nosotros cuatro.❞
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2 de agosto de 2018.
Pennsylvania, Estados Unidos.
8:00 p.m Hora local.
Diamond es una maldita y peligrosa obsesión.
Verla bailar sobre esa tarima, es como una condena para mi juicio y razonamiento. Sus caderas y movimientos sensuales son mi castigo por todas las veces que desee ese pecaminoso cuerpo.
Todas las veces que desee tenerla a mi lado, y que no se apartará nunca de mí.
Porque su mayor error fue dedicarme esa pequeña mirada meses atrás
💎💎💎
Llegar a infame club es una rutina que establecí hace ya aproximadamente doce meses, en los cuales no he hecho más que admirar y desear de manera insana a aquella rubia de ojos hechiceros.
Lo primero que mis ojos notan al entrar, es que está más lleno que en los días habituales. Y con justa razón, hoy se presenta el diamante más brillante que tiene Infame.
Diamond es el pecado andante para los mortales sin moral como yo.
Varias chicas ya reconocen mi presencia en el lugar, por lo que una de las camareras se acerca con toda la amabilidad posible, para ubicarme en mi tan esperado reservado.
Tan cerca de la tarima cómo sea posible.
Siempre quiero tener la dicha de mirar de cerca a la mujer que me vuelve loco de éxtasis. Quiero tener los mejores ángulos de ese pecaminoso cuerpo.
—Buena noche, señor... —saluda la chica un poco intimidada. Sin embargo, no deja que su impresión la paralice mucho tiempo—. ¿Desea ordenar lo mismo de todas las noches?
Asiento con una sonrisa de boca cerrada.
No todos los días se encuentra a un espécimen como yo en un lugar como este.
Y no es para menos su reacción, pues, sus clientes más frecuentes son tipos deplorables que apestan a alcohol o viejos mañosos que aprovechan cualquier oportunidad para sobrepasarse con las chicas del lugar.
