Capítulo 2- Telephone.

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-Melissa-
Eran las 7:00 am cuando me econtraba en un tráfico terrible para llegar a mi preciado trabajo. Podría morir por un café y un analgésico, sólo a las idiotas como yo nos gusta ir a trabajar los sábados e irse por la calle mas transitada de la ciudad; mi teléfono suena por quinta vez cuando me inmutó a ver quien llamaba. Número desconocido. Já, así menos contestó. Lo apagué mientras un idiota maldecía creyendo que el tráfico disminuiría. Las cosas han estado algo ajetreadas últimamente sobre todo sí no dejo de pensar en aquel sexy...Espera, ¿sexy?. Ni en sueños, Mellisa McBride no cae tan fácil, no señor. Ugh que cliché ha sonado eso, en fin. Pero en realidad no podía negar que era guapo, ojos cafés, cabello negro como el carbón, una barba que le hacía ver más calien...Bueno, basta.

-¡¿NO PIENSAS MOVER TU MALDITO AUTO?! ANDA QUE NO TENGO TODO EL MALDITO DÍA PARA VER COMO PIENSAS EN TUS MALDITAS COSAS- Gritó una persona dándole un puño a mi auto. Respiré profundo y baje la ventanilla lo más tedioso posible.

-Oye, “amigo”. Pero llevá esto con calma porque de igual manera no tengo todo el maldito día para ver tu cara de culo y oir tus gritos. Así que o te callas o me obligas a bajar y darte una buena patada en el culo- al terminar sonreí como si del guasón se tratase. El tipo me miró perplejo para luego irse a su auto. De acuerdo, este día no podría ir peor.

El reloj de mi consultorio marcaba las 8:35 cuando entré tirando mi bolso a no sé donde. Mi secretaria entró con un café y una pequeña caja, seguramente analgésicos. ¿Ya dije que es la mejor?.

-Buen día doctora McBride ¿qué tal se encuentra?-me entregó el café y luego sacó dos pastillas de la caja- el señor Jones confirmó su cita, así que sí valdrá la pena haber venido hoy sábado al trabajo.

-Claro, con lo emocionante que es escuchar a un anciano hablando de las diferentes marcas de viagra que ha consumido para "reanimar su pasión"- mi acompañante soltó una gran carcajada- No sabras lo que pasó ayer en el club, Amanda.

-Dime, ¿Casi te violan?, ¿Te acosaron?, ¿Reventaste algunas erecciones?- la mire divertida y camine para buscar mi típica bata blanca- Nunca es nada fuera de lo común, al menos que hayas visto a un dios griego como los de las revistas de la sala de espera.

-En realidad sí -me miró expectante- y baile suciamente con él, ya sabes como es eso.

-Wow, ¿tú bailando con un hombre que no conoces y suciamente? Con razón hoy traes esa cara de alma en pena -rodé los ojos y empecé a reír, mentiras no eran- Muy bien, te dejo. En unos minutos llegan tus pacientes.

Mi día continuó de la manera mas monótona posible. A la hora de irme, invité a Amanda a un café. Guarde mis cosas y aseguré la puerta del lugar mientras charlaba con Amanda sobre las posibilidades de lograr tener una relación con alguien, yo sólo negaba mientras ella seguía diciéndome los pros de aquella tortura llamada "noviazgo". Tomé mi celular y lo encendí. 10 llamadas perdidas del número desconocido de esta mañana, que extraño. Normalmente solo recibía llamadas de mis pacientes, mis padres y hermanos, Amanda y Alessa. Lo sé, soy una renegada social. Yo misma lo prefiero así. Marque a ese número esperando que fuera el amor de mi vida. Nótese el sarcasmo.

-¿Hola?-nadie habló, solo escuchaba respiraciones- ¿Alguien? Si es una broma juró que te voy a pate...

-Que histérica -por fin se dignaron a hablar, pero no conocía la voz- Alguien tan linda no debería tener ese carácter.

Amanda me miraba como si fuera una loca. Decidí colgar y bloquear al admirador secreto. Estoy muy grande para esas estupideces. Subí a mi auto junto a Amanda y miré hacia la entrada del hospital donde trabajó. Aquel chico del club. Estaba saliendo de allí, me quede estática por unos segundos pero alejé la mirada y encendí el auto.

-Menudo hombre se esta subiendo en aquel auto-dijo Amanda, vi donde ella señalaba y era él- es un Zeus de la era moderna.

-He visto mejores- solté el aire que sin darme cuenta había concentrado en mis pulmones- No es la gran cosa.

-Muy bien, tu debes de ser lesbiana o una de esas feministas, lo he dicho ya. -le di un pequeño golpe en el brazo y ella alzó los brazos en son de paz- Esta bien esta bien, no diré nada más. Ahora arranca porque parecemos del FBI y el Zeus moderno nos esta viendo.

Luché para no voltear y retrocedí para salir del estacionamiento. Juró que no podría tener una secretaria mas desvergonzada, estaba saludando al hombre del club como la propia chica enamorada ¿Qué rayos sucede hoy?. Salí de allí lo más rápido posible hacía el café. Al llegar pedí un trozo de pastel y una soda. Amanda pidió un mocca.

-Ahora sí, cuentame con detalle. ¿Por qué casi mueres infartada al ver a ese hombre? -preguntó Amanda con mucha curiosidad- eso es raro en mi jefa la feminista.

-Primero, eso no sucedió -le di un sorbo a mi soda- Segundo, no soy ninguna feminista.

-Claro, como digas. -vi que sacaba su teléfono y tecleaba algunas cosas- Creó que he visto a ese hombre en algún lado. Pondré "sexy hombre de cabello negro y tatuajes" en google.

Reí y empecé a comer mi pastel. New York era una linda ciudad, a pesar del tráfico y el ruido. El cual encontraba algo tranquilizante cuando no logró dormir en las madrugadas. Muchas personas pasaban y otras entraban a la cafetería, era acogedora. Tenía una vista preciosa sobre todo si ya esta por anochecer, como ahora. Salté de mi asiento cuando Amanda gritó, haciendo que los presentes la miraran algo extraño.

-¡LO ENCONTRÉ!- La miré con el ceño fruncido y tomé su teléfono- Se llama Zayn Malik.

-Pero...¿Cómo? - miré la pantalla del teléfono. Era una foto de aquel hombre del club. Estaba algo ¿asombrada?. No, claro que no- Seguro como tienes grandes habilidades de "stalker" encontraste hasta su instagram.

-No es difícil, querida. Es un empresario muy conocido. -dijo algo emocionada. La llevaré al un loquero un día de estos. ¿Acaso me debe de interesar?- Te envidió.

-Como sea Amanda. Sólo baile con él. -dije desinteresada, pero por dentro algo asombrada. Un poco. Tal vez- Además, no tiene mucha pinta de ser importante.

Ella sólo se limitó a mirarme y siguió viendo fotos de aquel hombre. Dios me salve de las preguntas que me hara Amanda de ahora en adelante.

HER •| Zayn Malik |•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora