-¿Theo? - le miré, me obserbava con miedo y detenimiento, como si no supiese que hacer. Me sentía mal, demasiado, pero no haría que Theo me lleváse en brazos hasta la Mansión.
Como pude me intenté poner de pie y Theo se hizo para atrás, sentía que mis piernas no resistirían si seguía parada, me sentía muy débil. A tal extremo, que ni siquiera podía mantener mis ojos abiertos. Ni mi mente fija en ningún pensamiento al azar. Volví a caer de rodillas. Pero antes de tocar el suelo, Theo, quien ya estaba de pie, pasó sus brazos por debajo de los míos y me intentó mantener estable, para no caer, me apoyó en el arból que estaba detrás mío y me tomó la barbilla con la mano.
-Dana - dijo moviéndome levemente el rostro - Dana, mírame - suplicó. pero su petición era imposible de cumplir - Dana porfavor. Te necesito. - se acercó a mi oído - Aquí, ahora y conmigo.
Abrí los ojos y Theo tenía una expresión muy aflijida y de hambre. Pestañie, pero los párpados me pesaban tanto que no pude volver a abrir los ojos, era como si al juntarlos se me sellaran con alguna especie de pegamento.
- Perdóname - dijo Theo en mi oído. Lo siguiente que supe es que me retiro el pelo del cuello en forma delicada y me bajo un poco el cierre del polerón para hacer una especie de ademán de querer quitarmelo, pero no llegar a completar la acción en si. Se aproximo a mi cuello y sentía su respiración agitada chocando contra este. Me dio un beso tan delicado que apenas y lo sentí. Así siguió, con besos tiernos y románticos, y de un momento a otro sentí una punzada. De algún modo se me vino a la cabeza que esto era solo un sueño. Que esto simplemente no era real, que Theo no existía y que yo estaba en casa. Pero sentía su mano en mi cintura y la otra reteniendo mi cabello fuera de mi cuello. Esto en realidad estaba sucediendo y Theo me estaba mordiendo. Era un sensación de sentimientos encontrados, por un lado sentía pasión y deseo. Y por el otro nostalgia y dolor. La molestia que producían sus colmillos en mi piel era como tener una espina clavada. Pero no una espina que te hiere con malicia. Si no que lo hacía con sutileza y parsimonia. A un ritmo lento y despreocupado se comenzó a alejar de mi. Ya no sentía nada incrustado en mi quijada, pero la debilidad se volvió mucho mas intensa y agresiva. No se de donde saque las fuerzas pero abrí los ojos. Theo aún estaba a escasos centímetros de mi y observé su rostro. Era todo un placer mirar su rostro en momentos como este. Tenía la mirada cálida y confundida. Su gesto transmitía ternura y en su boca se encontraba posada una sonrisa de placer y completación.
- Theo! - escuche ese grito y sabía quien era el dueño de la voz. Vi a Devin acercándose a nosotros con el rostro de lleno de incomprensión y desesperación - ¿Que acabas de hacer? - le escupió a Theo en la cara, y lo hizo de tal forma que pensé que había descargado todo su odio en esa simple pregunta.
- Verificalo tú mismo Devin. - dijo Theo haciéndose a un lado.
Devin se acercó a mi con inseguridad y asco. Me tomo agresivamente la barbilla y me hizo la cabeza a un lado para dejar al descubierto mi cuello lleno de mi propia sangre derramándose cuál helado expuesto al sol.
- Eres un jodido idiota Theo, ella me pertenecía y lo sabias. - le espetó Devin con repugnancia e indecencia.
- Ella no te pertenece - dijo Theo, y esa fue la gota que hizo estallar el vaso medio lleno de desesperación de Devin. Porque en cuanto Theo término de hablar Devin, con mucha rabia, hizo aterrizar su mano cerrada en un puño contra el estómago de Theo.
ESTÁS LEYENDO
Devin [Congelada.]
Dla nastolatkówDevin es la historia de una muchacha que sufre un accidente, el cuál no puede recordar en absoluto, tendrá que permanecer en la "Mansión Black" porque no recuerda dónde vive. Devin es el chico que la rescata y el cuál tiene una actitud muy alegre y...