Scorpius y Albus fueron los primeros en despertar esa mañana; ambos se cambiaron en silencio, y, después de un rato, bajaron a desayunar al Gran comedor.
Era raro, Scorpius pensó, el hecho de que se encontraran en completo silencio, ya que por lo general solían sacar tema al instante, divagando en todo momento.
Se sentaron uno junto al otro en la mesa de Slytherin, sirviéndose la comida al instante, al momento justo en que la profesora a cargo de ellos pasaba junto a la mesa entregando los horarios.
Scorpius comprobó con alivio que la primer clase era Pociones. Albus, al parecer, también lo notó, ya que sonrió un poco; esperaba que eso ayudara a levantar el estado de ánimo de Albus, que habia estado callado y calmado, lo cual no era muy común en él, desde ayer por la noche.
--¿Tres horas seguidas de Historia de Magia?--murmuró Scorpius, indignado, deseoso de romper aquel incomodo silencio.
--Casi prefiero volver con mi tío Ron y sus comentarios del partido de Cudley.
--Chudley, Albus, los Chudley Cannons.
El otro sonrió, a punto de replicarle, cuando un carraspeo detrás de ellos llamó su atención. Rose les saludó a ambos con un gesto, sentándose inmediatamente entre ellos y besando a su novio en los labios.
--Buenos días--saludó Scorpius, algo nervioso, a diferencia de Albus, que se quedó callado.
--Hola, amor--le saludó de vuelta su novia--, ¿Qué clase tienen?
--Pociones--contestó Albus con un gruñido.
--Igual que yo, ¿quieren que vayamos juntos?--aunque había dicho "vayamos", en plural, le dio la espalda a Albus y lo miró solo a el, con los ojos brillando misteriosamente.
Scorpius captó la indirecta;--Pero Albus...
--Descuida--el otro contestó, antes de dejar de lado su comida y salir del Gran Comedor sin siquiera despedirse.
Scorpius suspiró--Bien, vamos.
La mazmorra estaba, inusualmente, llena de vapores y olores extraños. Por lo general, el profesor era vago lo suficiente como para no hacerlos trabajar mucho, a excepción de alguna simple poción para dormir, pero hoy, al parecer, no estaban en su día de suerte.
--Bien, y bien, y bien--dijo Miglash, sacudiendo su túnica al entrar y sintiéndome a lo grande--. Hoy haremos una poción que se está haciendo bastante conocida en el mundo mágico--al ver que algunas quejas comenzaban a alzarse entre alumnos, levantó una mano para acallarlos--. No, no, tranquilos, pajarillos--era una costumbre extraña y perturbadora el hecho de que los llamase "pajarillos", siendo chicos de más de 14 años. Además de que, bueno, le daba un toque medio raro a la situación--, es bastante sencilla, si siguen las instrucciones al pie de la letra.
Scorpius miró hacia atrás, a donde Albus se había sentado junto a un desconocido compañero de casa y, sintiéndose terriblemente traicionado, miró de reojo a Rose, la cual se sentó junto a él, deseando que fuese su mejor amigo.
--Los libros están junto a ustedes--señaló a una mesa, que se encontraba unos metros más allá, repleta de libros de texto. El profesor continuó;--. Tienen no más de media hora.
--Scorpy...,¿empezamos?--murmuró Rose, al ver que su novio no le prestaba, exactamente, atención.
--Seguro.
Albus
Siguiendo las instrucciones al pie de la letra, así como había dijo el profesor, Albus se sintió terriblemente satisfecho. Se lamentó un poco por el compañero con el que se había sentado, poción del cual había comenzado a husmear de manera extraña, pero éste lo olvidó completamente cuando la suya comenzó a adquirir un color púrpura claro, tal como el libro indicaba: para el final de la clase, el profesor había denominado que la poción de Albus fue, definitivamente, la mejor que había visto en el día; salió de allí con una sensación de felicidad estallando en su pecho, lo que se intestificó aún más cuando su mejor amigo se acercó.
--¡Bien hecho!--le dijo Scorpius, una vez que se reunieron al salir del aula.
--Gracias--Albus contestó, y, con cierta satisfaccion, observó como Rose chasqueaba la lengua malhumorada.
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El amor que llevo dentro (Scorbus)
FanfictionAlbus está enamorado de Scorpius desde todo aquel caos que sacudió al mundo mágico en el Legado Maldito. Y, ahora, ambos cursando su último año, cuando su mejor amigo comienza a salir con su prima, se le es imposible ocultar lo que realmente siente...