Capitulo 7 Resolución

288 22 7
                                    

Todo lo que empieza tiene un final, y la lucha de Richard por pasar su examen médico llegaba a su fin ese mismo día.
Aquella mañana a las 10 horas el Teniente Coronel Richard Castle se enfrentaba al peor de sus enemigos, los médicos que decidirían si continuaba en activo o era licenciado con honores.

Pese a la súplica por parte de Kate de ir con él, Castle se presentó solo ante el tribunal.

Las pruebas eran simples, tenía que demostrar que era capaz de corres, subir y bajar escaleras, saltar, escalar y hacer todo eso con sus armas.

Tras realizar cada prueba los resultados fueron enviados al General J.F. Dunford Subcomandante del cuerpo de marines quien una vez leído el informe tomaría una decisión.

Castle llegó al cuartel general del cuerpo de marines a las 16 horas, el sargento McCallan le hizo esperar mientras avisaba al Subcomandante de su llegada.

Castle jugaba con su anillo de marine, mientras esperaba repasaba su vida. Pese a todo lo vivido podía decir alto y claro que le gustaba lo que hasta entonces había vivido, los malos momentos habían sido compensados por los buenos. Quizás éstos eran menos pero hacían que en conjunto su vida hasta la fecha hubiera merecido la pena.

-Teniente Coronel Castle, el Subcomandante Dunford le está esperando – dijo el sargento.

-A sus órdenes, se presenta el Teniente Coronel Castle – decía cuadrándose nada más entrar al despacho.

-Descanse Teniente Coronel Castle, tome asiento – contestaba el subcomandante.

-Sí Señor – obedecía al instante.

-Tengo ante mí el resultado de su último examen médico. Lo primero que debo decir es que me alegra saber su grado de compromiso, me gusta que nuestros hombres no se den por vencidos, usted es un ejemplo para los jóvenes marines – el subcomandante se quedaba callado esperando la respuesta de Castle.

-Gracias señor. La rendición nunca es una opción señor, mientras haya esperanza de lograr el fin hay que perseguirlo, señor.

-Bien dicho. Y ahora será mejor que nos centremos en su evaluación. Ha mejorado muchísimo desde la vez anterior. Ha alcanzado notas impensables hace tres meses. Usted sabía que esta era su última oportunidad – Castle asentía- lamentablemente y pese a su ostensible mejora, el tribunal ha concluido que usted no es apto para el servicio.

-Entiendo señor. Acepto la decisión porque sé que es lo más adecuado para el cuerpo en general y para mis hombres en particular, pero no por ello me cuesta menos asimilarlo.

-Es una pena que hombres como usted deban ser licenciados, desde su llegada al cuerpo demostró una predisposición sin límites, demostró desde el primer día ser un gran soldado. Valiente, fiel, responsable, con enormes dotes de mando. Hombres como usted son los que necesitamos en este cuerpo.

-Gracias señor. Sólo di lo mismo que me dieron a mí.

-Salvó la vida de varios de sus hombres varias veces, cumplió cada misión encomendada de la mejor forma. Por todo ello el Secretario de Defensa ha decidido condecorarle con la Estrella de Plata por su demostrado valor en la acción frente al enemigo. La entrega de la misma se llevará a cabo el día 26 de Abril.

-Será un honor recibirla, pese a no creerme merecedor de ella, señor.

-Se la merece Teniente Coronel, ese mismo día recibirá su licencia pasando a ser un civil. La próxima semana se pondrán en contacto con usted desde la secretaría de defensa para concretar hora y lugar. Hasta entonces, queda usted liberado de cualquier tipo de servicio, disfrute de su nueva libertad. Puede retirarse soldado.

Historia de lo nuestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora