Kise chilló de emoción como niño con juguete nuevo cuando Tetsuya le comentó lo sucedido esa tarde. Tetsuya todavía no podía creer que tuviera una cita con alguien como ese hombretón, había estado de pie en la sala por incontables minutos y cuando sus piernas cedieron a la emoción se había puesto a brincar como loco... lo cual había sido mala idea. Se había quedado sin 3 de sus vasos favoritos.
-¿entonces mañana? Tenemos que desempolvar del closet una de tus camisas nuevas... hay que buscar una que te quede bien, bajaste mucho de peso cuando estuviste en el hospital... incluso sería buena idea ir a comprar algo bonito... tu cabello... hay que peinarlo, ¿quieres que te dé un poco de una de mis lociones?... –
Mientras Ryota seguía parloteando lleno de emoción con respecto a la cita de mañana Tetsuya se arropó más en su cama, había sido un día cansado, lleno de emociones y su sedante ya estaba haciendo efecto en él.
Ryota acarició el cabello de su amigo al verlo dormir con una sonrisa en su mirada. Si alguien merecía ser feliz definitivamente era su pequeño amigo. Apagó la lámpara de buró, tomo el vaso donde le había dado su medicamento a su amigo y salió de la habitación. Verificó que todo estuviera desconectado y cerrado y salió del departamento de su amiguito para subir las escaleras y subir al propio, donde vivía con su esposo y cómplice de cumplir una paternidad auto adquirida cuando eran más jóvenes. Daiki estaba en la terraza, fumando tranquilamente, una playera y una bermuda delineaban su majestuoso cuerpo.
A Ryota se le hizo agua la boca al verlo ahí, sentado con total parsimonia.
-¿ya se durmió?- le cuestionó apagando su cigarro e indicándole con un gesto mudo que se acercara a él y se sentara en sus piernas.
-si... estaba tan excitado que le tuve que dar un poco más de su sedante, ¿puedes creerlo? Hace poco más de un año nuestro amigo se nos estaba muriendo y ahora esta emocionadísimo por que mañana va a tener una cita.-
Daiki bufó con mofa.
-hace tres meses también tuvo una cita.-
Ryota le trono los dientes irritado. –ni me recuerdes a ese imbécil... Tetsuya ya le había dicho que había sido operado y mira que hacerle el feo a nuestro amiguito por una cicatriz-
Aomine acaricio la espalda y los hombros de su esposo para relajarlo un poco. Aquel infeliz había hecho que su amigo ya tímido se retrajera aún más y desconfiara de su belleza.
-¿y ese tal Bakagami es de confianza? ¿Crees que Tetsu estará bien?-
Ryota sonrió tranquilo, se inclinó, besó los labios de su esposo con apreciación y después permaneció recargado en su hombro.
-supongo que puedes llamarlo... ¿instinto materno?- se rió de sí mismo –él lo mira como... como cuando tú me miras a mi... como cuando nos conocimos... como si de antemano supieras que esa persona te pertenece y tú le perteneces...-
Daiki reanudó el beso con mayor énfasis, ¿así que esa impresión le daba a Ryota? ... él normalmente era despistado y muy extrovertido... pero definitivamente nunca se equivocaba con su impresión de las personas.
-bien...- interrumpió el moreno el beso mientras colocaba un brazo bajo las piernas del rubio y otro atrás de su espalda y se ponía de pie con él en brazos.
-puesto que nuestro "hijo" tiene una cita mañana y también descanso supongo que los papis pueden hacer cosas de grandes... me has tenido muy abandonado y temo que tengo cierto ardor que solo tú puedes quitar.-
El rubio enredó sus brazos en el cuello del moreno y comenzó a besarle sensualmente.
-si... supongo que los papis tienen que hacer cosas de papis... -
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siempre contigo.
Romancela vida siempre te da segundas oportunidades... una nueva familia... un corazon que atesorar un nuevo amor...