8

1.1K 88 5
                                    

Viajaríamos en "bussines class". No había volado mucho, pero no tenía nada que ver con la clase turista. Los asientos eran mucho más amplios y el espacio entre filas también. Podías sentarte y estirar las piernas sin problemas. Nuestros asientos daban al lado de ventanilla. Norman entró primero y se puso a mirar por ella, yo me senté entre los dos y Andrew se sentó en el asiento que daba al pasillo.

El vuelo duraría casi 3 horas, así que nos pusieron una de esas películas para toda la familia para hacernos más ameno el viaje.
No sé cuanto tiempo tardé entre ponerme los auriculares y caer en un sueño profundo.


Noté como alguien movía mi hombro con cuidado intentando despertarme. Al abrir los ojos me perdí en el azul más intenso que había visto nunca. Norman me estaba despertando de la manera más sutil posible.

- Ya casi hemos llegado. Pronto dirán que nos abrochemos los cinturones. Más vale que te coloques bien.

- Si, claro - por lo visto me había quedado dormida apoyada en su hombro, mientras mis piernas estaban encogidas encima del asiento - Vaya... me he quedado dormida.

- Ya te dije que dormirías en el avión. Aunque no eres la única.

Señaló con la cabeza hacia Andrew y pude ver como dormía con un antifaz para que la luz le molestara lo mínimo. No pude evitar soltar una risita.

Me coloqué bien en el asiento y empecé a mirarlo todo. Realmente no era un sueño. Todo esto era real. Estaba llegando a Atlanta junto con dos hombres famosos. Y lo que más me sorprendía era que fueran tan naturales. Quizás si se hubieran encontrado con una fan histérica, la cosa hubiera cambiado, pero me encantaba lo bien que se llevaban y lo fácil que habían hecho que me sintiera agusto. Había notado un cambio en Norman desde que me habían recogido en casa esta mañana. De nuevo empezaba a ganar puntos.

La azafata empezó a avisar a la gente de que estábamos apunto de aterrizar. Pasaba pasillo por pasillo para avisar a quien estuviera dormido. La chica puso especial atención en despertar a Andrew. Se agachó un poco para quedar a su altura y movió un poco su brazo.

Mi sorpresa fue ver la reacción de mi acompañante. Con solo tocarle el brazo se incorporó de golpe mirando para todos lados con el antifaz aún puesto. La pobre azafata casi se cae al suelo del susto y mi cara era un poema, mientras Norman no hacía más que reír.

- Por eso no le he despertado yo.

- Tomo nota.

El avión aterrizó pero Norman seguía riéndose de lo que había pasado minutos antes. Bajamos del avión y pisé por primera vez Atlanta. De aquí a Georgia habían como casi 300 km más. Eran casi las 12 del medio día y solo tenía en el cuerpo los dos cafés que me había tomado por la mañana, y al dormirme en el avión no pude disfrutar de ningún tentempié ni nada parecido. Realmente estaba hambrienta.

Recogimos nuestras bolsas de la cinta y fuimos de nuevo a una empresa de alquiler de coches. Esta vez conduciría Andrew, ya que había podido dormir en el avión y Norman se pidió el asiento trasero para poder dormir un poco más agusto. No me opuse a su decisión y le hice compañía a Andrew desde el asiento del copiloto.

Teníamos por delante otras casi 3 horas de coche hasta llegar al destino. No pensaba que esto iba a ser tan largo. Se estaba convirtiendo en toda una aventura. Mi móvil sonó sacándome de mis pensamientos. Era Eli.

- ¡Hola!

- ¡Hey! ¿Que tal el viaje? ¿Ya habéis llegado?

- Pues estamos en ello. Ya nos hemos tragado 3 horas de avión y vamos a por otras 3 en coche. Y estoy hambrienta.

IN THE BACKSTAGE (Norman Reedus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora