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«Ojalá que no cueste tanto el envío, así podría enviar más seguidas mis cartas para él. Que lindo está el clima, ojalá pudiera estar con él ahora disfrutando de ello. Pero no puedo estar pensando en eso ahora, no, no quiero deprimirme. Oh, ya llegamos». 

No había ninguna cola de gente, por suerte. Wen Junhui se acercó a una de las ventanillas donde había una señorita de apariencia agradable. 

—Buenos días, ¿en qué puedo ayudarle?—preguntó con una sonrisa. 

—Sí, me gustaría hacer  un envío a China. Anshan, para ser exacto. Pero primero quisiera saber el costo de envío.

—¿Me podría enseñar cuántas cosas son?

—Solo es una carta. 

La joven solo asintió y le dio referencias sobre el envío. El costo no era mucho puesto que solo era una carta y ya no mandan muchas de esas últimamente. Junhui sonrió en mente y a la misma vez estaba muy feliz porque así podría enviar más cartas seguidas. Aceptó el precio, llenó las fichas que tenía que llenar y listo. Su carta en la que solo contenía una hoja se estaba enviando a Anshan, China. Y había un esperanzado hombre lleno de emociones indescriptibles en ese momento. 

«Bien, Hui. Ahora solo queda esperar a que te responda».

  ☆  

Junhui llegó a su departamento y se fue directo a su cama. No fue a dormir, solo a relajarse después de todo lo que había caminado para llegar a la agencia porque no sabía exactamente donde quedaba y no tenía auto, lo que era más importante. En fin, ahora estaba recostado en su hermosa cama de sábanas blancas y un edredón negro. Abrazó su almohada y por un momento se acordó de él. Hasta la almohada lo hacía recordar a él, y eso era por lo suave que era. Recordó ese cuerpo tan delgado; esos dedos largos y esa sonrisa tan tierna que tenía. Recordaba todo a la perfección. Era tan hermoso pensar en él. Le hacía sonreír como nunca. Pero empezó a extrañarlo más, hasta que soltó una pequeña lágrima. No quería llorar. Sabía que él estaba bien ahora, ¿pero cómo estar seguro de eso? ¿Y si ya no lo volvería a ver? ¿Y si se olvidaba de él? 

Siempre era así: Lo recordaba y se ponía contento; luego lo extrañaba más y se deprimía un poco. Era algo extraño. A veces se preguntaba si en verdad estuvo bien haberlo dejado; otras veces creía que estaba bien porque así lo había decidido él; y otras veces pensaba que el que lo había dejado era él. Todo muy confuso. Pero algo estaba muy claro: Junhui estaba enamorado. Al principio solo pensaba que era un simple novio, así como las demás relaciones que tenía, las cuales solo eran para saciar sus deseos. Pero, cuando él se fue, se dio cuenta que no era así. Nunca había sentido ese cosquilleo en el estómago y jamás había tenido esas ansias de querer ver a alguien. Y quizás era por la distancia, pero eso le hizo darse cuenta de todo lo que se había perdido. Todo lo que hubiera hecho cuando él todavía estaba acá. Y así estaba Wen Junhui; abrazando una almohada, arrepintiéndose de todo lo que no hizo.

« Te extraño, Minghao. Eres lo único que necesito».

for minghaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora