Tras una larga búsqueda de varias cosas por el navegador, Jun encontró lo que realmente buscaba y sonrió gracias a eso. Hace tiempo que Jun no sonreía. Cerró su notebook y apagó la música. Realmente fue un día de tristeza y felicidad a la vez para él. Y aun seguía impactado por el trato de Minghao hacia él. Minghao no era así, nunca fue así. Algo le estaba pasando como para que se porte de esa forma, pero, ¿qué era? Junhui se empezó a preguntar eso. Y su voz temblorosa del menor lo hizo preocuparse aún más. ¿Y si algo malo le estuviera pasando a Minghao? No quería ni imaginarse eso.
«¿Tan molesto estás conmigo, Ming?»
Jun quiso hacer memoria de lo que había pasado hace 2 meses con Minghao; lo que había causado que él se fuera a China sin siquiera una despedida. Jamás habían tratado así a Wen Junhui. Claro, él era el chico guapo de Shenzhen que estaba ahora en Seúl y casi todos se morían por él. ¿Quién lo iba a dejar? Nadie. Pero Minghao fue la excepción. Por eso Junhui se sentía tan devastado, y no solo era por ese hecho, sino que en serio estaba enamorado del pequeño y ya nada le importaba, solo él.
«Alguien como Minghao no vas a encontrar en otra parte»—recordó las palabras de su amigo Joshua. Y sí que tenía razón.
Minghao no era de los chicos que veías en la calle, te parecían atractivos y causaban un rápido interés en ti. Minghao era de los chicos que pasaban desapercibidos de la gente y no todos tenían la oportunidad de conocerlo, porque como él no había nadie. Era de las pocas personas que estaban con una hermosa sonrisa a pesar de las adversidades y eso le gustaba mucho a Junhui. Pero el pequeño también tenía sus límites y no tuvo nada más que hacer que irse a China. Junhui había roto su corazón en mil pedazos.
«¿Cómo pude tratar a una persona como tú de esa forma?» —se preguntó Jun.«Porque eres un idiota»—respondió su subconsciente.
Ahora solo le quedaba seguir adelante y recuperar el corazón del pequeño Minghao. Aunque no pareciera, Minghao era un chico difícil y más cuando le hacías algo.