... y mi vida cambió

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Disclaimer: Los personajes de esta historia no me pertenecen, son propiedad de Adam Horowitz, Edward Kitsis y la producción de ABC. Mi único propósito con dichos personajes es hacerlos víctimas de mis locuras para diversión, gusto propio y de quien lo lea.

Capítulo 14: ... y mi vida cambió

Después del incidente de Emma los meses parecían volar. Henry se estaba adaptando a vivir con Regina, cosa que no se le hacía tan difícil debido a que la mujer había hecho que la experiencia fuera lo más tranquila posible. Regina estaba aprendiendo a compartir su vida, las veinticuatro horas al día y los sietes días de la semana, con una pequeña persona que dependía de ella.

Un sentimiento de Deja Vu rodeaba a Regina. Se encontraba en el café, Henry estaba entretenido hablando con Terry, mientras ella conversaba con Malena, su agente de Bienes Raíces, sobre la idea de conseguir un lugar más grande y cómodo para ella y Henry. Tenía ahorrado un dinero que quería utilizar para comprar un local para vender sus tartas y demás postres de manzana, pero podía dejar eso a un lado por el momento, el bienestar de Henry y ella era lo primordial.

Ella había decidido no decirle a Emma hasta que hablara con Malena. Las cosas entre ellas iban de maravilla. Estaban tomándose su tiempo y no podía negar que sentía que cada día se enamoraba más de Emma. Poco a poco la confianza perdida regresaba. Habían aprendido de sus errores y esta vez Regina sentía que iban por el camino correcto.

Con la promesa de llamarla para planificar qué día ir a ver los lugares que Malena le había recomendado, Regina se despidió de ella. La morena se levantó de su silla con la intención de sentarse junto a Henry y pedir algo de comer pero la voz de una mujer llamando su nombre hizo que se parara en seco. Reconocía esa voz, se giró velozmente para enfrentar a la dueña de la misma.

─ ¿Qué haces aquí Zelena?─ preguntó la morena a su hermana.

─ Gracias al cielo que te encontré aquí. Llevaba horas esperándote en la entrada de tu edificio.─ respondió la mujer con tono reclamador.

─ Eso no responde mi pregunta Zelena.─ la pelirroja entornó sus ojos y suspiró irritada.

─ Robin quiere quitarme la custodia de mi hija. Tienes que ayudarme. No puedes permitir que el hombre que te traicionó aleje a tu sobrina de nuestra familia.─ Regina miró perpleja a la mujer y sintió unas infinitas ganas de reírse en la cara de su hermana.

─Tienes problemas serios Zelena. Si mi memoria no falla, la única persona que me ha traicionado una y otra vez eres tú. ¿Por qué debería ayudarte?

─Porque soy tu hermana y porque aunque lo niegues, esa niña te importa.

─Y porque ella me importa es que pienso que lo mejor que le puede pasar es que Robin sea su encargado.─ Zelena miraba con ojos incrédulos a su hermana y por un momento Regina pensó que ella la golpearía.

─Me niegas ayuda porque al fin tengo algo que tú no.─ Regina puso los ojos en blanco al escuchar las palabras de su hermana.

─¿Cuándo entenderás que esto no es ninguna competencia? Eres muy buena en un juego al cual yo nunca quise participar pero me arrastraste a él. Siempre dejaba pasar lo que me hacías pero lo que le hiciste a Robin fue lo último que soporté.

─¿Lo que le hice a Robin? Por favor Regina, yo solo le di el empujón porque claramente él no era feliz contigo.

─¿Qué sacaste con drogarlo y acostarte con él? ¿Una hija a la cual estás a punto de perder porque vives con la idea de querer lo que los demás quieren? Creo que deberías mirarte en un espejo y reevaluar tu vida.─ dijo Regina con voz entrecortada y con unas infinitas ganas de llorar.─ ¿Qué ganaste con lastimarme a mí, una persona que a pesar de las peleas, te quería?

Solo fui por un café...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora