No podría llamarse nuevo comienzo, sino hasta abrir los ojos en un día nuevo.
― Buenos días.
Los labios que chocaron casi de inmediato contra su frente lo tomaron por sorpresa.
― ¿Estabas mirándome dormir?
― Es solo que desperté sintiendo emoción en el estómago.
― ¿Por qué?
― Estamos casados.
…
La primera semana se trató realmente de ordenar, aunque no tenía un exceso de cosas, desempacar y acomodar era verdaderamente tedioso.
Cuando las cajas recién llegaron, el señor Leroy y sus hijos―porque si, el menor también quería ayudar―fueron inmediatamente por ellas.
― Ellos las traerán bien a casa, Yuri. ―La señora Leroy junto a su hija estaban de pie junto a él observando a los chicos irse.
―Yo también podía ayudar.
Escuchó a su pequeña cuñada reír detrás de él y volteo a verla confundido. ¿Estaba burlándose?― ¿Pasa algo?―la chica en realidad le agradaba, pero a veces resultaba igual de irritante que su hermano en un principio.
―Las reinas no cargan cajas, Yuri.
…
El apartamento es perfecto, una cocina, y comedor. Una hermosa sala, y un cuarto de lavado, y tres habitaciones.
Tres.
Dos estaban vacías.
― Para cuando quieran ampliar la familia ―Había dicho su suegra, antes de que él escupiera la limonada, Jean se atragantara y su cuñada le guiñara un ojo desde la cocina.
La habitación principal era hermosa, con suficiente espacio para sus cosas y las de JJ, incluso para el pequeño castillo de Misha, quien únicamente lo usaba para dormir cuando ellos estaban fuera porque por la noche se acurrucaba con ellos en la cama.
Lo único que podía poner irritado a Yuri en ese lugar, era el molesto espejo delante de la cama.
― Es… molesto. ― Aunque el primer día, Yuri ni siquiera se había percatado de él, no pudo evitarlo al levantarse y toparse con su reflejo mirándolo. Aún si se dijo que podría acostumbrarse, no pudo evitar decirle a JJ mientras estaban preparándose para dormir.
― ¿Eh? ¿Por qué? ― JJ se había sentado junto a él para observarse a ambos en el espejo.
― Es incómodo despertar y verme ahí.
― Puedes verme a mí.
―Jean, estoy hablando en serio.
―Yo también, gatito.
…
Cuando las cosas se acomodaron totalmente, fue extraño para Yuri ver sus cosas junto a las de alguien más. Aunque en su antiguo apartamento había ropa de Jean dentro para cuando le visitaba, ahora no solo eran mudas provisionales. Sino todo.
Incluso en el baño de la habitación sus cepillos de dientes habían sido colocados juntos en un vasito.…
Ahora estaban casados.
Y aunque sonaba sencillo, para ambos era algo realmente increíble. No era realmente diferente a cuando pasaban días juntos, solo que ahora ninguno tendría que irse.
A menos que estuvieran en competencia, entonces se separarían.
― Jean.
― ¿Si?
― No te quites el anillo al competir.
…
― ¿Entonces cocinaras para ambos?
―Mientras no tengamos entrenamiento, sí.
― ¿Yo me encargo de?
― El coche, y algunas cosas de la casa.
― ¿Y la niña?
― ¿Misha?
…
Suspiró cerrando el armario. Ahora las cosas serían realmente diferentes. De inmediato se topó con su reflejo.
El jodido espejo estaba colocado sobre las puertas del armario, en realidad eran dos, que al cerrarse las puertas formaban uno inmenso.
En realidad no era tanto el mirarse lo que preocupaba a Yuri sobre ese espejo, pero le incomodaba en diversas situaciones.
― ¿De verdad no te gusta no es así? ― JJ no podía evitar sonreír al ver a Yuri despertar y clavar su mirada molesta en el espejo.
― Es lo único que no me gusta.
―Estaba pensando que deberíamos quitarlo.
― ¿De verdad?
― Si, podría ser incómodo cuando hagamos el amor.
La cara de Yuri fue todo un poema reflejado en el espejo para JJ quien de inmediato rompió a carcajadas.
― A menos que te gusten esas cosas, gatito.
― No seas idiota.
― De verdad, podría intentarlo por ti.
― Basta.
― Incluso podría ser excitante.
― ¡Jean Jacques Leroy!
― Amo cuando dices mi nombre.
…
Entonces estaban casados ¿no?