09.

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¿Qué quería decir "Min YoonGi está muerto... yo lo maté? No se puede haber suicidado, digo, no creo que sea tan tonto como yo... ¿o si?. La duda me mataba, así que con sumo cuidado asomé la mitad de mi cuerpo por la ventana, esperaba poder ver al menos el cuerpo moribundo de YoonGi y así al menos tratar de salvarlo, pero no vi el cuerpo ni sangre, nada. Quizá dejó la carta, el collar y la rosa antes de matarse a unas cuantas millas de aquí; no podía, no quería imaginar que había hecho o por qué. O quizá, solamente se refería a que iba a cambiar... ya no me atreví a salir a buscarlo, en esos momentos la tensión había subido nuevamente.

Al día siguiente, salí de casa desde temprano, tenía que ir a la escuela para ver si podía "regresar" después de todo ese mes que no asistí; me dijeron que me habían dado de baja, así que me quedé un rato en las sillas en el exterior de la dirección en lo que merecían si era posible darme de alta de nuevo; veía pasar a todos, a TaeHyung -o como le llaman sus amigos "V"- con quien solo hable una vez y para que me ayudara a bajar un libro en la biblioteca; a Park JiMin, quien es muy famoso entre las chicas; el presidente de clase Kim SeokJin, Jung Hoseok -Mejor conocido como "J-Hope"- quien hace reír a medio salón con todo lo que dice y hace; al grupo de chicas populares que hace mucho me dejaron de molestar; al conserje que se dirigía a los baños para limpiarlos; nunca miré pasar a Soo y Nam, lo más lógico es que también los hayan dado de baja; y en medio de toda la multitud, vi aquella cabellera despeinada negra que con el fleco cubría toda la frente de ese rostro pálido que reconocería en cualquier parte... Suga.

Pareciese que lo llamé con la mirada, ya que enseguida si giró completamente para verme; en aquel rostro sorprendido pude notar una sonrisa casi invisible, noté que sonrió después de ver el colar que me había regalado, en mi cuello. Ya no lucía enfadado, triste y frío como pensé que seguiría, incluso su piel pálida había tomado cierto color; sus ojos brillaban de una manera muy sutil; simplemente lucía... con vida. No tuvo intención alguna de acercarse a mí, solo me mostró una sonrisa tan bella y sincera que me hizo revolotear por los cielos y que para cuando reaccionara, él, ya se estuviera alejando para entrar a una de las aulas.

Después de salir de la dirección (en donde por cierto, no me ayudaron en nada) y de la escuela, no lo volví a ver.

Regresé a casa, me había quedado varios días en la casa de Soo debido a que ella literalmente me llevó para allá, ya que mi padre ha estado abusando bastante del alcohol y la última vez que estuvo aquí, fue testigo de una de las peleas diarias entre mis padres. Mamá se dirigió a mí para abrazarme suavemente, recostar su cara entre mi cuello y mi hombro derecho y comenzar a llorar.

-¿Mamá?

-Lo siento, ____.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Por mi culpa te has ido nuevamente con Soo para no estar aquí, en este lugar tan asfixiante que ni con nuestras pocas connivencias en familia se le puede llamar hogar. -Musitó estrujando un poco.

-¿Nuevamente? -No entendía por qué decía eso, a pesar de que mi amiga sabía como eran las cosas en mi casa, nunca me había sacado de ella ni yo me había salido

-Si, ya te has ido antes, incluso ni nos avisaste. Te fuiste todo un fin de semana.

Ahora comprendía todo, fue aquella vez que Suga me llevo a su casa, cuando apenas empezábamos a salir. Actué como si hubiera ya recordado y enseguida intenté cambiar de tema

-Ah es cierto... mamá, sabes que yo no tengo problema, sabes que estoy acostumbrada a ello.

-Eso es lo que no me gusta, que ya estés acostumbrada y que lo tomes ya como parte de tu vida cotidiana.

-Má. -Tomé sus mejillas en mis manos y la miré cara a cara. Era la premiare que miraba tan detalladamente de frente a mi madre, sus moretones que apenas y se alcanzaban a ver por el maquillaje que usaba; sus ojeras y bolsas en los ojos por todas esas noches en vela que ha pasado esperando a mi padre o llorado por algo que este mismo le ha provocado; sos os llorosos y rojos; su nariz respingada y a la vez "chata"... era tan parecida a mí, era como verme en un espejo, literalmente estaba hablando conmigo misma, con una clase de mi yo interior; debía aprovechar esta oportunidad para charlar conmigo, para decirme todo lo que sentía y debía de hacer en, para hacer las paces conmigo. Aclaré mi garganta y esbocé la sonrisa más sincera y llena de emociones que pude, entonces, comencé a hablar.- Sé que todo esto no te gusta, sé lo mucho que te preocupa verme en este estado y que en vez de detenerlo cada día lo fomentes más y más por la vida que llevamos, y sí, a mi tampoco e gusta y es una de las más grandes preocupaciones que tengo... temo que algún día la bomba de emociones reprimidas explote y cometa alguna estupidez en contra mía, tema acabar con esta historia antes de saber el verdadero final. Por suerte, no sé si buena o mala, he conocido a alguien que me ha enseñado otro lado de la vida, me ha hecho sentir viva nuevamente, pero a base de querer ayudarse a si mismo también... -Paré, estaba hablando de más, además de que el nudo en mi garganta comenzaba a cortar mi voz.- Tenemos muchas cosas de que platicar, má, mientras tanto, vayamos derribando este gran muro de desconfianza que hay entre las dos, ¿si?

Bring me to life [Imagina Suga y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora