11.

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Desde ese día, me he estado reuniendo con Suga en el mismo callejón a escondidas de mi amiga y su amigo o bien, alguien que les pueda decir a ellos que nos hemos estado viendo, sé podría decir que tenemos "citas clandestinas", qué, de alguna manera, me resultan más interesantes que las citas normales; además de que no sé que es lo que pasa en ese callejón, pero nuestros temas de conversación casi siempre tienen que ver con nuestras pasiones y sueños que hemos tenido a través del tiempo.Él me ha contado sobre su más grande pasión, y no, no es matar personas como en algún momento lo llegué a pensar, si no, es la música, el piano, incluso me atrevo a decir que le tiene más cariño a su piano que a mí, y no me molesta, sé que de algún modo, es con lo que logra llenar el vacío de su corazón sin necesidad de hacer mal a terceros, incluso me dijo que me compondrá aun que sea un pequeña balada, y si no lo logra, se aprenderá un cover por mí. Me contó que desde niño le tuvo un gran interés al piano, a cada cuerda, cada tecla, cada pedal; nunca lo hizo saber ya que sería que no tendría mucha importancia, por lo tanto, no fue a clases ni nada por el estilo desde el principio, solo solía tocarlo cuando ya no tenía nada que hacer, de manera autodidacta, quizá no aprendió como tal las notas, la posición básica de los dedos, el nombre de las teclas, pero de que sabía tocar, sabía; así hasta que un día, su hermano mayor le escuchó tocar, quedó maravillado de ternura; le preguntó qué quién o donde había aprendido a tocar así, el solo respondió "El piano me guió"; su hermano, le ayudó a pagar unas muy sencillas, baratas pero suficientes clases con lo que ambos juntaban de los domingos que los padres es solían dar, ya que ambos sabían perfectamente que los padres no invertirían dinero en algo que para ellos no fuera indispensable; y esas varias clases, fueron suficientes para que él lograse a aprender a tocar el piano correctamente, desde como posicionar los pies en los pedales hasta como posicionar los dedos en las teclas. Para los cumpleaños de cada integrante de su familia, solía tocar el "Feliz cumpleaños" o alguna otra canción, aun que sus padres no lo apreciasen mucho. Después del asesinato que cometió su padre enfrente de él y el resto de su familia, comenzó a tocar el piano de manera diferente: solía ser más violento y paranoico, como si se desquitarse de todo en el piano, hasta que un día, azotó la mano en la teclas, arto de todas sus emociones reprimidas, y 6 teclas se rompieron... dejó de tocar por un tiempo en lo que lograba reparar el piano o conseguir uno nuevo, y, también, en lo que su mano sanaba, ya que debido a la fuerza del impacto, unos cuantos trozo se le enterraron en la mano. Desde entonces tiene un extremo cuidado con cada piano que toca, los trata con más cariño, como si de una chica se tratase.

A decir verdad, hace unos años a mi también me encantaba tocar el piano, fue a finales de primaria, escuché a alguien tocar tan hermosamente el piano en alguna tienda de música y su sonido aromático me enredó completamente, y más al ver a esa persona tocar el piano tan apasionadamente, como si fuera su pareja y le estuviera haciendo el amor; sus teclas negras y blancas finamente talladas de marfil -Para ese entonces, aun era legal fabricarlas con marfil.- y tan ligeras que con penas recargar tu dedo, lograbas percibir un leve sonido de la nota... fue entonces cuando me enamoré del piano; rogué a mis padres porque me llevaran a clases de piano, y con tal de mantenerme fuera de casa y sus peleas, aceptaron y me inscribieron a la Academia Estatal de Artes Barrocas, en donde aprendi a tocar, no exactamente el piano, sino, el clavicémbalo, un instrumento bastante parecido. Estuve varios meses practicándolo, se había vuelto en una casi adicción para mi, de alguna manera, me hacía recordar a mi hermano, y no de una manera triste, todo lo contrario, lograba encontrar en mi mente todos los recuerdos que atesoraba y atesoro de él y mi corazón se aceleraba haciendo que entrara en un extasis de inmensa felicidad, y más a eso, agregarle el sonido de las notas que mi pequeños dedos solían sonar... era tal como una droga. Sin embargo, lo dejé, lo abandoné... fue en un recital de música de la Academia en donde solía estudiar, cada quien presentaría un solo con su instrumento, una mini orquesta y un acompañamiento musical; yo participé cada uno de dichas categorías completas: Hice el acompañamiento musical de una niña que tocaba el violín, en la orquesta fui el segundo piano en la orquesta, pero al llegar el tiempo de mi solo, todo se arruinó, nunca he sabido con exactitud que fue lo que pasó, simplemente dejé de coordinar mis dedos con la melodía que ya tenía aprendida, mi mente me llevó a algún otro lugar distrayéndome de la sinfonía y a mitad del numero, me desvanecí... desde entonces le dejé, fue como si en mi interior se formara algún tiponde temor hacia aquel instrumento, tanto que hace un año, el simple hecho de ver o escuchar alguno, me aterraba...

Bring me to life [Imagina Suga y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora