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Es martes, me despierto al escuchar que alguien golpea mi puerta, miro el reloj,  nueve de la mañana.  Me levanto de mi cama,  voy al baño,  me cepillo los dientes, lavo mi cara y me peino,  luego me dirijo a la puerta,  la abro y vi que ahí  estaban mis amigos,  todos tenían el uniforme.  Nos saludamos.  Les dije que se sentaran en el sofá si querían,  ellos respondieron que si y se sentaron. Uno de mis amigos,  llamado Nathan,  vio  mi ojo,  el cual seguía un poco morado y preguntó  por él en frente de todos mis amigos. Yo respondí contándoles todo.
Cuando terminé  de hablar,  se miraron entre ellos y otro de mis amigos,llamado Nicolas, me preguntó si podía hablar conmigo, yo le respondí que si.

-¿Vos le hablaste a una chica ayer en la parada de colectivo?

-Si, ¿Por qué  lo preguntas?

-Para saber nada más-

Nos volvimos al grupo. Miré  la hora, ya eran las once,  me fui a mi habitación,  me puse el uniforme del colegio, luego me fui a la cocina preparé cinco panqueques. Yo no comí,  ya que no tenía  hambre. Ellos se fueron a las doce y media. Salí de mi casa con lo mismo de siempre,  mi mochila,  una campera negra puesta y con las llaves esta vez en el bolsillo de mi pantalón. 
Al llegar a la parada de colectivos me senté  en el banco que estaba al lado.  Escuché como alguien venía corriendo,  miré a mi izquierda,  era Nelida y justo llegaba el colectivo que teníamos  que tomar.  Ella se subió primera que todos y yo la seguí. Se sentó  en el mismo lugar que ayer. Hoy esta mucho más frio que ayer,  ella sólo tiene una campera. Se veía triste.  Le pregunté que le pasaba,  ella me dijo que no era nada e hizo una sonrisa muy falsa. La tomé de la mano,  ella con un tono tímido me dijo que la soltara,  le hice caso, su pelo le tapaba un ojo, le corrí su pelo, ella se puso toda roja,  me miró a los ojos.  Nos quedamos así un rato. La verdad, no sé  por qué,  me gusta mucho el color de sus ojos. Me empujó haciendo que cayera del asiento. Me levanté agarrandome del asiento, el colectivo frenó y volví  a caer.  Nelida rió y me ayudó  a levantarme. Salimos del colectivo,  me sentía un poco mareado, Nelida me llevo a un banco que había al lado de la puerta del colegio. Le agradecí, me levanté de aquel banco. Nelida está conmigo, veo que adentro del colegio está Nicolas, Nelida paró de caminar,  su cara de tranquilidad se convirtió en una cara de miedo.  Al volver a ver adentro del colegio, Nicolas no estaba. Le pregunté que pasaba, pero ella no quiso responder. 
Seguimos caminando y llegamos al aula.  Pase el día con mis amigos. Al salir Nelida estaba en la puerta esperándome. Corrí hacia ella, al verme sonrió,  no tenía su campera puesta.  Le pregunté como le había ido hoy,  respondió  con un "bien" medio apagado. Seguimos hablando todo el camino, me contó  que vive con sus padres y con su hermano. También me contó que los padres no están casi nunca porque viajan por su trabajo. Al llegar a mi casa la invité a quedarse,  eran las siete y media de la tarde, ella aceptó. Dejó su celular en la mesa de la cocina y su mochila en el sofá del living. Le pregunté  por su campera,  me dijo que su hermano se la llevo. Luego me dirigí a mi habitación a ordenar, a eso de las ocho entró a mi habitación  y me vio ordenando. Comenzó a hacerlo ella también.  Cuando terminamos de ordenar agarré un colchón que había de más  en la habitación de mis padres y lo puse al lado de mi cama.

-¿Ahí duermo yo?- Preguntó  Nelida.

-No, vos vas a dormir en mi cama.  Es más cómoda que este colchón - Dije pateandolo.

Ella sonrió y salió de la habitación. Preparé las camas. Al salir de mi habitación, sentí el olor de la comida.
Miré el reloj,  las nueve. Fui a la cocina,  estaba Nelida haciendo arroz con atún. Nos sentamos a comer,  ella apoyó sus brazos en la mesa, tenía muchas pulseras, entre ellas se veían como lineas marcadas en la piel de Nelida, pregunté  por qué  tenía tantas pulseras, me miró y me dijo que era porque le gustaba. No hice otro comentario.
Se hicieron las diez y llegaron mis padres. Le dije que se vaya a mi habitación. Mi madre me preguntó quién era ella,  mi padre dijo que seguro era mi novia,  yo respondí  diciendo que es sólo  una amiga y que se va a quedar hoy. Ellos me miraron extrañados. Me fui a mi habitación , Nelida tenía un pantalón blanco,  una remera negra con circulos violetas y estaba usando su celular el cual tiene una funda con una luna y nubes.
Al entrar ella me miró y dijo que en lo que tardé en venir se cambió  y fue al baño,  luego soltó  una risita. Agarré  mi pijama,  que es todo negro y me fui al baño. 
Me cambié,  volví a la habitación, cerré la puerta al pasar y me acosté  en la cama del piso.

-¿Por qué  no me dejaste presentarme a tus padres?

-No son muy buenos... Pero no importa, ¿Si?

-Okey

-¿Qué  le pasó a tu brazo?-

Luego de decir eso hubo silencio por un rato.

- Preferiría no hablar de eso... Buenas noches.

-Perdón, buenas noches -

Eran las once,  no podía dormir.  Me arrodille en la cama,  miré  a Nelida y parecía estar dormida. Tomé  su brazo y dejé  un beso en el.  Su piel se sentía suave, ella estaba despierta y preguntó  que estaba haciendo. Yo me quedé callado,  mirandola, veía como se sonrojaba y como se ponía nerviosa,  sentía sus latidos cada vez un poco más acelerados. Moví  la cabeza,  respondí  diciendo que no estaba haciendo nada.  Me acosté y me dormí, me dormí pensando en ella...

Mi hermosa raritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora