¡Maldito hospital!

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-Bueno, señorita Bethany, hoy puede regresar a su hogar. -me dice el doctor Ross entrando en la habitación, junto a la doctora López.

ESTO NO PUEDE ESTAR PASANDO.

¡No quiero regresar a casa! No quiero estar con la mujer dragón.

Por primera vez estoy de acuerdo contigo.

Pues ya era la hora.

Lose, pero que no se te vaya a pasar que con esto forjaremos una  amistad eterna.

Claro que no.

Entonces estamos bien.

-Bethany....¿me estas escuchando? - me dice la doctora López con una mueca graciosa.

-Si, si...

-¿Entonces, que dijo? -me interrumpe el doctor Ross con una sonrisa picara amenazando sus labios. Mich...

- Mmmm... ¿Sobre los huesos? - respondo o mas bien pregunto, insegura. Ambos doctores sueltan una carcajada.

-No, Bethany, te decimos que debes tratar de no hacer fuerza ni acción que conlleven dolor para ti. Vas a tener que estar en reposo, tu costilla sanara en un par de días, tu cabeza ya se ha recuperado de los golpes, tu nariz también se ha arreglado con la operación,tu ojo ya esta normal  y sobre tu tobillo.... Vas a tener que utilizar una bota por un mes. -concluye la doctora.

Ah ya, estamos bien... Esperen... ¡dijo bota!

¡Un mes!

MIERDA. Eso significa que tendré que estar en la biblioteca de la escuela, por un santo mes.

Ay no mames.

-Claro, doctora. -digo con una sonrisa forzada hacia la doctora López.

-Genial, Beth, espera un momento. Iré a buscar tu bota. -dice el doctor Ross.

¿Y si mejor no?

-Tranquila, es solo una bota. ¿Que cosa podría pasar? - me calma la doctora pulpo.

-Nada, nada...

¡Claro que pasa mucho! Ya se, ustedes dirán ¿no es mejor la biblio que la clase de deportes? Claro que si, pero lo malo es que se que la bibliotecaria Vania le gusta que la ayudemos a ordenar los libros, a pintar  como si tuviéramos tres años, a que hagamos la tarea, y un sin fin de tareas estúpidas.

-¡Aquí esta! Fue muy difícil encontrar la bota indicada para ti, Bethany. - dice el doctor haciendo su presencia en la habitación con una bota negra y grande. Ay no.

Luego de que los doctores me pusiera la bendita bota y me dieran  una serie de indicaciones, ( que no me memorice ninguna) se despidieron de mi. ¡Al fin! ¡Ya era la hora!

Qué cruel,  Bethany.

¿Ahora yo soy la villana?

Yep.

En tal caso ..... Muajajaja.

Uh, ¡mira como tiemblo! ¿Really? Sabes que déjame descansar.

Bueno, después de todo tengo mejores cosas que discutir con mi mente.

¿Ah si? ¿Como cuales mija?

Mmm...

Lo sabia,  ¡adiós!

-Maldita mente. -digo en voz baja, pero la enfermera  me escucha. Ups.

-¿Que dijiste cariño? - ya tía, no soy  lesbiana. Naa... Se que es broma lo de "cariño" pero igual siempre me gusta malinterpretado.  

Eres rara...

Gracias.

-Nada,solo hablo con mi ....¿mente? -balbuceo avergonzada.

-Ay, esta juventud de hoy. - dice la enferma negando suave mente con la cabeza.

Ella es rara...

Lo se.

Acompaño a la enfermera rubia teñida hasta la sala de espera, donde se supone que esta mi familia. Debo verme como el perrito faldero de la rubia. Mientras camino, me fijo en los pequeños pero grandes detalles del hospital. Todo está perfectamente construido, nada fuera de lugar. Doblamos a un pasillo a la izquierda y encontramos el ascensor. La rubia marca el botón de subir, y segundos mas tardes, las puertas del elevador se habré, dejando ver el interior. Espejos, espejos y mas espejos. Guau, Hillary estaría encantada de estar aquí.

Al entrar en el ascensor, me dedico a ver mi imagen. Pareciera que no me he roto la nariz. Pero si se nota que tengo un ojo hecho mierda. De partida, esta mas azul, y decir que mis ojos no son  azules. Segundo, se ve mas grande. Tercero, ¡parezco todavía más Simpson! Lo mas gracioso de mis ojos, es que como soy  mas pálida que una muerta, se me notan todas las venas alrededor de los ojos. Eso me hace recordar las palabras de mi tío Christian.

Flashback

-Oye, Ethan, hermano,  ¿jamás has pensado llevar a Beth con un doctor? -pregunta mi tío Chris, mirando su celular.

-No, ¿por? - responde y pregunta mi papi.

-Es que se le notan mucho las venitas de los ojos....

-Tal vez porque es demasiado pálida, Christian. - dice mi papi como si fuera obvio.

-Si, tal vez...

Fin Flashback.

Al llegar al cuarto piso, nos espera una gran sala de estar, en la cual busco a mi familia. No esta. Y yo que pensaba que al menos se esforzarían en pedir disculpas. Pero no. Ignorantes. Bueno, no ignorantes, pero no se me ocurre una peor palabra.

Te regalare un diccionario.

Ya tengo.

Entonces... Ocúpalo.

-Bueno, Bethany, veo que tu familia no esta aquí. Pero no te preocupes, vendrán luego a recoger a su pequeña, por mientras espera aquí, ¿bueno? -me dice la enfermera en tono amable con sus cálidos ojos, a lo cual yo asiento.

Luego de eso la enfermera se despide y se marcha, dejándome con un montón de desconocidos. Busco el baño con la mirada, porque siento que mi vejiga va a explotar. ( y pensar que fui al baño hace veinte minutos) Es muy pequeña. Cuando encuentro el baño, pasa lo que no debe volver a pasar. Nunca jamás. Al pararme tropiezo con mi propia bota y caigo al piso, golpeándome el brazo derecho. ¡Auch!

¡Maldito hospital!

Entre un millón de amigos (BEFF#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora