La Invasión T.

-11-

-Leon, estás loco.-dijo Derek.
-Tenemos que ayudarlas, ¿te gustaría que nos hicieran lo mismo que nos hicieron a nosotros?.
Derek, resoplando, guardó los machetes.

-¿De qué estarán hablando?-dijo África susurrando.
-Ni idea.-dijo Emma.
Los chicos se aproximaron a ellas.
-Podéis bajar las armas, no vamos a haceros daño.
África cedió, pero Emma no.
-E, no van a hacernos daño. Puedes bajar el arco.
Lentamente, Emma bajó el arco.
Los chicos se acercaron a ellas con las armas ya guardadas.
-Apestais-dijo Leon tapándose la nariz.
-Quien diría que sois chicas-dijo Derek.
-¡Oye con nosotras no te pases!-dijo Emma apunto se saltar encima de Derek.
África la sujetó.
-Tienen razón, E. Olemos a mierda.
-¿Nos vais a decir vuestros nombres? ¿qué es eso de A y E?
-dijo Leon
-Yo soy África, África Sánchez.
Emma dudó unos instantes.
-Emma Álvarez.
-Si queréis comer y ducharos, nuestra casa está al lado de la hoguera que África vio antes.
África y Emma no se lo creían. Comida y ducha al fin.
-Yo voy.-dijo África mirando a Leon.
-Yo también.-dijo Emma.
África y Emma siguieron a Leon y Derek hasta la casa.
Para estar en guerra la casa estaba bien cuidada, aunque escondida entre la vegetación para no ser vista.
-¿Dónde estamos exactamente?-preguntó Emma a Derek.
-En Myrtle Beach, Carolina del Norte.-dijo Derek sonriendo.
Leon, al fin, abrió la puerta.
-Pasen y duchense-dijo Leon riéndose.
-¿Quién entra primero?-dijo África.
-Yo misma-dijo Emma corriendo hacia la ducha, cerró la puerta y se oyó el agua.
Mientras Emma se duchaba, África estaba sentada en una silla con Leon y Derek.
-¿De dónde venís?-preguntó Leon.
-Somos de España-dijo África nerviosa.
-¿Emma también?-preguntó Derek.
África y Leon miraron a Derek extrañados.
-¿Qué pasa? Es curiosidad.-y dicho esto se dio la vuelta y salió de la habitación.
-¿De qué parte de España?
-De Valladolid-dijo África sonrojada.-¿Derek y tú sois de aquí?.
-Sí, pero no de este estado. Somos de Los Ángeles.
África sonrió y dijo en bajito "me encanta Los Ángeles"
Leon se dio cuenta y sonrió también.