El encendido de las luces

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El encendido de las luces

22 de diciembre.

En un pequeño pueblo llamada Nogwartons, una joven chica llamada María Spark, junto a su esposo José Spark, caminaban por las oscuras calles de aquél pueblo tratando encontrar un lugar donde vivir, ya que ambos habían recorrido muchos pueblos en una casa rodante tratando de encontrar una buena casa donde quedarse y vivir ahí.

-Deberíamos regresar -dijo María mientras caminaban.

-¿Estas cansada? -preguntó José.

-Un poco.

-Entonces, regresemos.

En otro lugar de aquel pueblo, estaba Felix Durca, un joven enamorado de diecinueve años al cual la timidez se lo comía cada vez que veía a su amor platónico, Elisabeth Jaén. Aquel joven estaba enamorada de ella desde los doce años. Felix estaba en su trabajo de medio tiempo como cajero del puesto de helados "Ice C". Elisabeth trabajaba del otro lado del pasillo en una tienda de música.

-Felix ,la vas a matar con la mirada -dijo Spencer Ford, un joven que trabaja junto a Felix.

-No debes trapear el suelo.

-Es tu turno, Felix.

Felix salió del mostrador y buscó en trapeador y comenzó a limpiar el suelo, con la mirada clavada en el suelo, escuchó a un cliente entrar.

-Cuidado con el piso, está mojada, ya advertí -dijo Felix. Levantó la mirada y era Elisabeth -ho-ho-hola -tartamudo.

-Hola, ¿estan atendiendo? -preguntó Elisabeth.

-Yo, yo, yo.

Spencer vió la situación y salió de su puesto.

-Es mi hora de salida. Felix, atiende a la muchacha -dijo Spencer.

Felix caminó al mostrador con trapeador en mano.

-Bu-Buenas, ¿en que le puedo servir? -dijo Felix asustado y un poco sudoroso.

Elisabeth se acercó y comenzó a ver los menús del lugar.

-El número siete -dijo Elisabeth.

-Listo.

-La navidad está cerca.

-Es cierto.

-En dos días harán una fiesta de nochebuena, aquí mismo.

-¿En serio?

-Sí, ¿te gustaría...

-Sí -respondió Felix rápidamente, ilusionado con que Elisabeth le pediría una cita.

-...cuidar a mi primo menor?

Felix cambió su sonrisa por un gesto de infelicidad rápidamente. Lo que parecía ser la primera vez que saldría a una cita con Elizabeth, pasó a ser simplemente un favor para ser un niñero de medio tiempo.

-¿Puedes? -preguntó Elisabeth.

-Claro...

-Gracias, eres el mejor. Este es mi numero de celular -dijo Elisabeth mientras sacaba un bolígrafo y tomaba el brazo de Felix para escribir sobre él.

Felix no se molestó en darle su brazo para escribir, hasta le gusto, tanto que no sentía la punta de aquél fino y puntiagudo bolígrafo.

-Listo. Mil gracias.

-Tranquila. Tu pedido.

-Cierto.

Elisabeth espero mientras Felix preparaba el pedido número siete-el cual consistía en un triple cono con helado de vainilla y chispas de chocolate- pensaba en que tal vez cuidar a el primo de Elisabeth sea bueno. Podría ser que cuidar al primo de ella sería la oportunidad perfecta para conocerla.

Un milagro para navidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora