1

28 5 25
                                    

Mi cabeza dolía de manera insoportable, mis párpados estaban tan pesados que me costó un montón lograr abrir los ojos, pero me arrepentí inmediatamente al ver donde me encontraba.

-¡¿Que chingados pasó anoche?!

-¿No lo recuerdas?- Preguntó de vuelta un muchacho  que está como par violarse, esos ojos verdes, esa sonrisa radiante y ese cuerpazo, andaba en toalla y su cabello mojado caia sobre su frente -¿No recuerdas nada?

-¿Qué? No, no, nada, ¿Quien eres?- ¿Quien mierdas es este semejante papasito, y qué diablos hago yo en su cama? 

Esperen un momentico... Stop.

¡¿Y quien soy yo?!

-Soy Patric- Respondió unos segundos después -Nos conocimos en la cena de trabajo de la empresa de nuestros padres anoche.

-¿Cena de trabajo? ¿Empresa? ¿De que me estás hablando?

-Esto es malo, muy malo, Dani debo llevarte a casa.

-¿Dani? ¿Ese es mi nombre?

-De hecho es Daniela, no puedo creer que ni de eso te acuerdes, oh, ya sé, ¿Me estás tomando del pelo cierto?

-¡No! No, para nada, es enserio, no recuerdo... Nada

-¿Y ahora que voy a hacer?- Susurró él  para si mismo con mucha preocupación.

-¿Podrías decirme por lo menos que pasó anoche?

-Pues... Cuando Ayelen, mi hermana, se aburrió de estar sentada en aquella mesa, sugirió salir del lugar, tu aceptaste de inmediato, eres temeraria chica; Ayelen nos llevó al bar de mi tio, nos sirvió algo de vino y luego mi hermana le pidió que nos diera algo de... de...- Suspiró y apretó los ojos -De droga, nadie se animó a probar, excepto tú...

-Entonces, te aprovechaste de mi porque estaba drogada- Dije mirándole fijamente

-En lo absoluto, tu me dijiste que te trajera. Después de probar el vino combinado con esa... Cosa, te encantó, empezaste a reír, la pasaste bien, y luego te invité a bailar

-Pero yo no se bailar

-No, no sabes, y aún así aceptaste

-Oh...- Eso significa que bailé en frente de todo el mundo como una foca, y de repeso drogada. Bellísimo.

-Mientras "bailábamos"- Hizo comillas con los dedos en la palabra bailábamos -Te acercaste a mi y me susurraste que querías sexo... Si... así me dijiste.

-¡Pero si soy virgen!

-Ya no, que conste, tu me lo pediste, espera... si no recuerdas nada... ¿Como sabes que no bailas, y que eres/eras virgen?

-No lo se, solo, lo se y ya- inmediatamente un dolor en mis muñecas me hizo retorcer, cuando las miré estaba llena de rasguños o cortadas, que se yo, tenía tres en cada muñeca, ah no, eran tres cortes en la derecha, y dos cortes y una cicatriz  en la izquierda.

-¿Que tienes Dani?

-Me empezaron a doler las muñecas y vi esto ¿Como rayos me pasó esto?

-Anoche no estabas así, no tengo idea.

-¿Como que no tienes idea? tu eres el que estaba conmigo, ¡debes saber!

-Cálmate chica, cuando nos dormimos después de... ya sabes... no tenías esas cortadas. De hecho lo haces muy bien, me encantó, podríamos repetirlo si quieres, cuando estés consciente.

-No idiota, no se ni quien soy, no tengo tiempo para pensar en sexo. Bueno tal vez después- Culminé mientras me levantaba, la sábana se calló y noté que estaba desnuda, Patric me miraba fijamente de manera que me incomodaba demasiado, pero me hice la que no me importaba y me puse lo que encontré de ropa de mujer, supongo que es la mía. 

-¿Y que harás ahora? No sabes a donde, no puedes irte sola, algo malo puede pasarte

-Dices que nuestros padres trabajan en la misma empresa, ¿no sabes de pronto donde vivo?

-Soy el hijo del jefe y es la primera vez que interactuo con los hijos de los empleados, de hecho no conozco a nadie.

-¿Que voy a hacer ahora?- Susurré con frustración -Sabes que, muchas gracias por, lo que sea que haya pasado, yo me voy a buscar de puerta en puerta a alguien que me conozca.

-No puedes irte así como así

-Si, porque quiero, puedo y no me da miedo.

-Que infantil

-Pues búscate otra perra si te parezco infantil- Con eso cerré la puerta de un fuerte golpe y salí a explorar. 

Por donde empezar... Ay, nada me parece conocido, por allí.

Es una casa de tonos pasteles aparentemente acogedora, toqué timbre y escuché unos pasos que parecen bajar las escaleras, la puerta fue abierta con una señora bastante adulta de blancos y enrolados cabellos.

-Hola señorita ¿Que se le ofrece?- Preguntó ella en tono amable

-¿Usted me conoce?- Pregunté así sin más

-No preciosa, no tengo idea de quien eres, ¿Porque la pregunta?

-No, por nada, gracias.

-Está bien- Me miró con preocupación -Si necesitas algo solo ven ¿Si?

-Gracias señora, por lo pronto ¿Podría decirme la hora?

-Son las- hizo una pausa para mirar al reloj de su sala -10:23 preciosa

-Muchas gracias- y me di la vuelta con rumbo a la siguiente casa, pregunté de puerta en puerta si alguien me conocía, pero nadie respondía afirmativamente, hasta que llegué a un lugar bastante... raro a decir verdad, era muy gris y el jardín era solo tierra. Bueno, no tengo nada que perder.

Toqué el timbre y esperé un rato, volví a timbrar y no había señales de vida. Me iba a a ir cuando escuché que abrieron.

-¿Que quiere?- Dijo un señor gordo y de aspecto asqueroso con un todo de voz desagradable. Estaba adormilado y apenas podía estar de pie aún recostado en el marco de la puerta. 

-Perdón  señor, ¿usted me conoce?-  Indagué esta vez pidiéndole a Dios que el no me conociera.

El hombre abrió los ojos y me inspeccionó de pies a cabeza.

-¡Oh querida sobrina, tanto tiempo!- Un tío... Algo es algo -Ven pasa, pasa chiquita, ¿Que hacer por aquí?

Me invitó a pasar, empujándome y...





De ahí en adelante no recuerdo más.


Daniela [NTP#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora