Capitulo 25

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Luego de comer y de haber dejado la conversación hay, pues no tenía muy claro que decirle, nos fuimos a otro lugar, esta ves más lejos, pues tardamos casi media hora en llegar, aunque culpa más del tráfico, cuando llegamos no me costo mucho ubicarme, pues conocía los alrededores un poco, Estábamos en el museo de bellas Artes, después de pagar los 10 dolares que costaba entrar, subimos hasta arriba y me quede maravillada con la gran vista de la cuidad, se veía espectacular, a pesar de no hacer muy buen tiempo, pues aunque la primavera este a la vuelta de la esquina, el frío sigue.

Miro a Justin que parece gustarle las vistas y siente mi mirada pues enseguida me clava la suya, yo le sonrío con ternura y el hace lo mismo pero sin mostrar los dientes.

- ¿Te gusta, no?- me pregunta

- Me encanta. Gracias Justin- digo y lo rodeo por el cuello y el a mi por la cintura.

- ¿Por qué?

- Lo sabes. Quizás ahora tus amigos estén vueltos locos buscándome- digo haciendo una mueca.

- No son mis amigos- dice serio- estaba drogado ¿sabes? No me estaba dando cuenta en realidad de que eras tu. De que era a ti a quien amenazaban.

- ¿De verdad? Si tan malo es, ¿Por qué no lo dejas?

Justin me toma de la mano y nos sentamos en el suelo mirando al frente, las vistas no se ven tan nítidamente como de pie, pero algo se aprecia, nos quedamos en un rincón, en donde no molestar a nadie, sé que se viene la conversación que evitábamos.

- Porque no es fácil, no considero que este tan enganchado como otros, de la Cocaína te aseguro que no, de hecho, era la primera vez que la probaba- bufa- y encima me pillaste tu- dice sonriendo- pero de la marihuana eso es otra cosa.- dice haciendo una mueca

- ¿Desde cuando?

- Desde que tengo 16 años, no era adicto, era solo de vez en cuando, para que mis colegas no me llamen cobarde, parecer gay, no lo se- dice resoplando- pero luego ya era por mi. Me gustaba, me enganche. Si no fumo un día, no me siento bien.

- Bueno… al menos lo aceptas.

- Si- dice sonriendo

- ¿Por eso tienes problemas con tus padres? - le pregunto susurrado, sin estar segura de hacerlo, él parece pensárselo antes de responder

- No. Las cosas con mis padres siempre han estado mal. Pero se podría decir que la droga llego a influenciar- dice encogiéndose de hombros

- ¿No vives con ellos, cierto? Digo, perdóname, si no quieres hablar del tema yo…

- ¿Escuchaste todo, no?- hace una pequeña mueca y yo asiento con timidez- pues no vivo con ellos desde hace unos tres o cuatro meses. No podía más, hay muchos problemas, muchas diferencias con mi padre.

- Entiendo- digo asintiendo con la cabeza y aunque me muero de ganas por seguir interrogándole no lo hago. Me ha costado mucho sacarle esas palabras y no quiero que se moleste o piense que soy una chismosa.

Yo me levanto y me siento en su regazo, él sonríe sorprendido pues no esperaba que lo hiciese. Le doy un suave beso, que me encantaría que no terminase nunca, él no duda en corresponder y me rodea por la cintura para intensificarlo. Luego me separo de él por falta de aire y a los segundos el vuelve a atraer mis labios a los suyos para morderlos. Yo sonrío, me siento en un sueño irreal y fantástico y me recuesto en su pecho, solo escuchando los acelerados latidos de su corazón. Y sé que es por mi.

Entro al pequeño departamento con mi madre, es más bien un Estudio. Hay una pequeña cocina amueblada, un salón algo más amplio, al menos lo parece por lo vacío que esta, tendremos que traernos el juego de sofás de casa y la estantería; el baño es pequeño también, un espacio muy justo, lo que menos me gusta es la bañera porque es realmente pequeña, en esa no te puedes recostar ni nada, todo de pie, con una puerta corrediza; y dos pequeñas habitaciones, las dos del mismo tamaño, en la habitación hay una tele, si nos quedamos con el piso se pondrá en el salón, para así traer las nuestras a cada habitación.

- ¿Qué les parece?- nos pregunta la dueña del piso

- Esta muy bien, creo que es lo que estamos buscando. - responde mi madre, yo solo sonrío pero más bien me sale una mueca

- Bueno, pues si le parece firmamos el contrato y mañana mismo puedes comenzar con la mudanza- dice con una sonrisa

- Me parece bien, entonces ¿Cuánto es al final de entrada?…

Desconecto totalmente de la conversación, mi mente viaja a las últimas horas, cuando estuve con Justin, toda la tarde. Fue definitivamente la mejor tarde de mi vida. Me llevo las manos a los labios, ¿Cuántos besos me dio? Son incontables. Todos y cada uno de ellos los recuerdo, los pienso, los revivió y un hormigueo me pasa por la tripa y otras partes de mi cuerpo. Justin es… increíble.

También pienso en los problemas que me contó, me dio la sensación de que no lo había hablado con nadie, y me gusta saber que me ha tenido confianza para decirme, sé que no me contó del todo, que hay cosas, muchas cosas más que se guarda para él: ¿Por qué la mala relación con sus padres? ¿Dónde esta viviendo, con quien? ¿Cómo se mantiene? ¿es que acaso trabaja? ¿Qué problemas ha tenido con la policía de aquella vez que lo hospitalizaron? Todas esas preguntas sobre él rondan mi cabeza y muchas más. Pero ya tendré tiempo de saberlo. Lo se.

Escucho a mi madre terminar el trato con la dueña de la casa, así que me obligo a volver a la realidad. Le entrega la llave de la casa y nos marchamos a la nuestra, por suerte no esta tan lejos de la de antes, apenas unas calles más abajo, así que no será muy difícil la mudanza, aunque ahora me queda algo más alejado del instituto pero más cerca del hospital donde esta mi padre, quien sigue exactamente igual.

- ¿No te gusta, verdad?- me pregunta mi madre cuando entramos a casa

- No mucho- digo haciendo una mueca- es que… es muy pequeño, o sea este no es una mansión, pero es más amplio

- Bueno, pero aquel es más acogedor. Es lo que hay cariño, tenemos que aguantarnos - dice suspirando con pesadez- cuando papa se recupere…

- Cuando papa se recupere la cosa seguirá igual, mama. Lo se, soy consiente de todo. - le interrumpo- antes del accidente, hable con papa, me dijo que le habían quitado el dinero, que había muchas cosas que pagar en casa, así que entiendo que tengamos que irnos porque no has podido pagar, entiendo que no pueda irme de compras, entiendo que lo máximo con lo que ando en el bolsillo son con 2 dólares, que no tengamos ciertos privilegios. Entiendo perfectamente bien la situación. Otra cosa es que me guste, o que no enfade como no tienes idea todo esto.

- Hija… lo siento- dice aguantando las lagrimas

- No lo sientas, mama. No es tu culpa. - digo abrazándola- es este mundo, que esta muy jodido.

- Oye, no hables así- me regaña con cariño- pero tienes razón- me dice sonriendo - vamos a empaquetar algunas cosas para adelantar, mañana mismo en la tarde nos vamos de este piso.

- ok, deja que me duche y me ponga el pijama para ayudarte.

Después de hacerlo, me pongo enseguida a envolver platos en periódico y guardar toda mi ropa salvo la que me pondré mañana. Espero que ahora que nos mudamos la suerte cambie.

Holaaaaaa

Perdon por no subir antes capitulo, no tuve mucho tiempo en esta semana pero ya esta aquí el capitulo :)

Si gustan pasense por mi otra novela se llama "Everything has changed" Esta muy hermosa de verdad :3

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Entre el amor y el peligro "Justin y tu"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora