Capitulo 15

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- Tranquila, que no lo sabe nadie más- me dice Marcie dándome un codazo, pues claro somos amigas. No vamos por ahí contando cosas de las demás- dice como si hubiera adivinado mis pensamientos.

- Lo que me molesta, es que no hayas confiado en nosotras- dice Nora cruzándose de brazos- yo si vi algo raro aquel día, ya sabes, cuando lo de Ryan, tu saliste corriendo detrás suyo y él te beso.

- ¿Cómo? ¿No se los contó Alice?- pregunte mirándola.

- Bueno, haber, yo solo lo confirme- dice con inocencia.

- Si. No estaba segura de haber visto bien, estaban lejos de mi.

- ¿Y cómo es que me vienes a hablar ahora del tema? Eso paso hace como un mes.

- Si, bueno lo que pasa es que no hemos vuelto a ver acercamiento entre ustedes… además Alice nos dijo que no hay nada entre ustedes. Así que dijimos, ¿pues para que preguntarle? - explica Ana encogiéndose de hombros.

- Bueno, no les conté, por eso mismo, no hay nada. Además me da mucha vergüenza - digo sonrojada, ellas comienzan a burlarse de mi e imitan como fue el beso que vio Nora.

La cosa es que no saben que han habido más.

Cuando llego a casa todo está en silencio. Llamo a mi madre, para ver si está en la habitación, pero nada. Me voy a la cocina y busco algo de comer, frunzo el ceño, pues para hoy que llego más hambrienta que nunca a mi madre se le ocurre salir sin dejar nada hecho. Encima que me quede más tiempo explicándole al profesor de Biología que sí, que Justin y yo si hicimos el trabajo juntos a última hora. Sé que no me creyó, pero no me importa mientras me ponga la nota que merezco.

Llamo a mi madre varias veces y luego hago lo mismo con mi padre. Y nada. Ninguno responde. Ya son las diez de la noche y no es normal que no hayan dejado ni una notita para mí. A menos que los dos hayan encontrado trabajo, algo pasa. Y presiento que algo malo. Intento comunicarme con ellos por última vez antes de irme a la cama, pero los teléfonos siguen apagados. Con el nudo en la garganta me voy a la cama.

Pero no pego un ojo en toda la noche.

Son las siete de la mañana y me ducho, me dejo mi pelo ondulado y cuando salgo al salón veo a mi madre sentada en el sofá. Sonrió y suspiro aliviada. Soy una paranoica, yo pensando que había pasado algo malo. Cuando voy a la cocina a por una manzana, la escucho sollozar.

- Mama, ¿Qué pasa?- le pregunto mientras me acerco a ella, cuando la tengo enfrente, veo que tiene el rímel corrido y los ojos rojos - mama- murmuro.

Me lanzo a sus brazos y la envuelvo en un abrazo, no sé lo que pasa, pero quiero consolarla, hacer que pare de llorar y sin saber todavía la razón por la que esta así, rompo a llorar yo también. Nunca la había visto, ni siquiera cuando murió su hermana. Ella se tranquiliza un momento y me mira a los ojos con pena. Y es cuando me asusto de verdad.

Miro a los lados, buscando, y me paro corriendo, voy a la habitación que comparte con mi papa. Y entonces lo sé. Le ha pasado algo. Y es grave.

- ¿Dónde está, mama?- ella no me responde- ¿Dónde está?- le grito, ella reprime sus lagrimas y me intenta acariciar el pelo, pero yo me alejo- ¿Dónde está mi papa? - le grito histérica

- Ha sufrido un accidente, mi amor.

- ¿Qué?- artículo con dificultad

- Ayer en la mañana, un coche lo atropello- dice con la voz en un hilo- está muy grave hija. Los médicos dicen… que es poco probable que se salve, lo siento cariño, lo siento tanto- y rompe a llorar de nuevo.

Y es cuando me derrumbo.

Esto no puede estar pasando. Es mi padre. No puede estar entre la vida y la muerte. Me paseo de un lado a otro en la sala de espera del hospital, mi madre no quería que yo viniese pero he insistido, no podía estar en clases, no me concentraría en nada.

Mi madre me intenta tranquilizar y aparenta estar más serena, pero sé que por dentro se está muriendo de preocupación. Miro a mi alrededor hay más gente con la preocupación marcada en la cara, pero ni siquiera puedo llegar a sentir interés por que le habrá pasado a esa persona que quieren. Solo pienso en mi padre. Y en lo injusto que es esto. Mi padre es una buena persona. ¿Es que no hay suficientes hijos de p*ta por el mundo a quien cobrarles al menos un poquito del daño que hacen a los demás?

- Ven mi niña, siéntate- me habla mi madre después de alrededor de una hora esperando allí, yo niego con la cabeza y reprimo las ganas de llorar- vamos, mi amor. - me toma de la mano y me obliga a sentarme a su lado.

- Es tan injusto, mama. Yo no quiero que se muera- digo con la voz en hilo- no quiero que se muera- repito en un susurro limpiando mis lágrimas

- No lo hará, cariño. Tu padre es un hombre fuerte, saldremos de esta, ya verás.

- ¿De verdad? - pregunto sorbiéndome la nariz

- Si. Ya verás como en unos días lo tendremos en casa, peleando por el mando de la tele contigo - dice con una sonrisa triste, yo sonrío a medias

- ¿Me lo prometes, mama? ¿Me prometes que mi papa se pondrá bien?- le pregunto mirándola a los ojos. Ella parece pensárselo un momento y suspira profundamente.

- Te lo prometo, cielo. Te prometo que tu padre se salvará. - dice con la voz quebrada..Ver más

Entre el amor y el peligro "Justin y tu"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora