Capitulo 2: Conociendo a Ciel

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La mente de la joven iba entre el baile que le intrigaba y la junta de negocios con Ciel, esperando que él no fuese un prejuicioso como todos con los que trabaja y que fuera cierto aquello de que era un prodigio con los negocios. Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la voz de su sirvienta anunciando que el carruaje estaba listo para partir

El viaje fue ameno, no le molestaba el viajar, más si tenía algo con que entretenerse, en este caso era un viejo libro de su gran biblioteca, no lo había leído así que tenía su completo interés, al cabo de una hora habían llegado a su destino, la imponente mansión se alzaba a la distancia, un hermoso y pulcro jardín les recibía

Bajo del Carruaje con ayuda de Alyssa y fue ella la encargada de tocar la puerta, en cuestión de segundos la puerta se abrió, parecía que el mayordomo detrás de esta estaba esperándolas desde hace mucho

— Bienvenidas a la mansión Phantomhive el joven Ciel la espera señorita Dunnet— Obtuvieron una reverencia de parte del educado mayordomo de peculiares ojos, este las guiaba en la inmensa casa, se notaba cuidada, pulcra y ordenada, un excelente trabajo y de un gusto exquisito

En el centro se encontraban unas grandes escaleras de las cuales venia bajando el Conde, lo curioso era el parche que llevaba en su ojo, no sabía mucho de él, solo que cuando era joven su casa había sufrido de un terrible incendio de donde sus padres no habían salido con vida, solo él se había salvado, haciéndolo más enigmático

—Buenas tardes señorita Dunnet— Saludo amble y formal, como estaba acostumbrada, pero era raro viniendo de una persona tan joven como ella misma

—Oh puedes decirme solo _____ no me gustan las formalidades en exceso— Prefería ser llamada por su nombre por sus conocidos 

—Como usted prefiera, me acabo de dar cuenta de una coincidencia—

—¿Cuál?— Pregunto con curiosidad ya que a su mente no se venía algo que fuera una coincidencia entre ambos más allá de su edad y de ser huérfanos, esperaba y no se refiriera a aquellas dos cosas o el momento se volvería incomodo

—Ambos vestimos de azul— Aclaro señalando con su mirada a los atuendos de ambos, la elección de color venia de su acompañante Alyssa, quien había sugerido usar un azul marino profundo ya que era lo suficientemente serio para tratar asuntos de trabajo y a la vez elegante como para conocer a un conde

—Oh es cierto, no me había dado cuenta de esto— Se preguntó entonces si su mayordomo también habría escogido el azul por las mismas razones que Alyssa

—Bueno, Si quisiera acompañarme a la sala de té— Indico con su brazo a la sala que debían dirigirse, así que le siguió el paso mientras seguía observando la mansión, no tenía un exceso de objetos, pero si los suficiente para lucir armoniosa, lo que noto fue la falta de retratos una vanidad común entre las altas sociedades, que Ciel parecía no seguir

Al llegar a la sala, noto que la tetera estaba lista junto a una mesa llena de delicados bocadillos que inundaban sus sentidos, solo esperaba y él te no estuviera frio

Ambos tomaron lugar en las sillas disponibles, mientras que su mayordomo misterioso servía él te, sorprendentemente este seguía caliente, como si estuviera recién hecho, se permitió beber primero de este, notando que era un té dulce, pero ligero, perfecto para la situación

Ya después de haber probado aquel se te acomodo permitiéndose hablar sobre a lo que había sido convocada —Y bueno usted me ha llamado para hablar de negocios— Dio una rápida mirada al joven, se le notaba sereno y confiado, talvez creía mucho en lo que quería de ella

—Como sabrá mi compañía es de juguetes, esperaba poder colaborar con sus pastelerías para primeramente una donación— Ciel sabía que todos los condes adoraban las donaciones, les hacía quedar bien ante sociedad y no dudaba en que ella también quisiera donar un poco de su fortuna

Ella sera mia (Ciel o Alois X Tu/Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora