Capítulo 1

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Bufé. Asome mi cabeza fuera de la fila y vi como esta se extendía por todo el pasillo del banco. Estaba impaciente, tanto que mis pies golpeaban contra el suelo.

-Alex, deja de golpear-.Mi mejor amiga, Lizzie, me reto. Ella estaba delante de mí y ambas esperábamos para retirar nuestra plata y así viajar juntas.

-Mierda -Susurre -.Lizzie esta fila no avanza más, dios. ¿Qué carajo hacen los cajeros?-Estaba molesta. Odio esperar.

Bufé nuevamente, mientras mi amiga reía. Ella podía esperar todo el tiempo del mundo pero ¿yo? Antes prefería hacer tarea. Luego de unos minutos, la fila siguió su ritmo. Escuche detrás mío la puerta abrirse pero no preste atención hasta que...

- ¡TODOS AL SUELO, ESTOS ES UN ROBO SEÑORES!-

En menos de un segundo estaba en el piso, mire hacia arriba procurando ver el panorama del banco. La vi a Lizzie como una estatua, era la única idiota parada. La tome del jean y de un manotazo la hice caer. Mire a los atracadores: Llevaban mascaras negras (lo sé, soy idiota. ¿Qué ladrón iba a entrar sin mascara?) Y eran cuatro.

Parecíamos una fila de domino caída. Todos al piso con las manos en la cabeza y obviamente mirando la escena. Los enmascarados llevaban armas (No, no eran ametralladoras tipo GTA) y se dirigían hacia las cajas. Pude ver a una rubia tras el mostrador temblando y posiblemente mojando sus pantalones del miedo.

<<Métele la plata en un bolsa y entrégala, rubia hueca. >> Pensé. Por un momento repare en levantarme, ir al mostrador (tal vez, golpear e insultar a la rubia sin capacidad de reaccionar) y darle la plata yo misma.

- ¡DAME LA PLATA, FLACA!- Grito uno de ellos. Era flaco y había podido ver sus ojos celestes bordeados por la tela barata de la máscara.

- ¡Ya, ya...voy, Espe...Espera un minuto!-Dijo la "flaca"

Yo la puteaba por dentro. Entiendo que estaban armados, que se hizo en los pantalones pero... ¡ENTREGA LA PLATA ASÍ SE VAN!

Aun así por más que la maldijera una y otra vez, los atracadores estaban impacientes y sus dedos comenzaban a temblar en el gatillo del arma. Deje de mirar a los hombre y la a vi a Lizzie, no hacia ruido ni se movía pero estaba segura que estaba llorando. Había estado mucho tiempo en el piso, y déjenme decirles que no es muy calentito, al contrario mi abdomen comenzó a sentir hipotermia. Asique, junte todo el valor que venía guardando desde la secundaria y medio temblorosa me levante.

- ¡Ey, ustedes enmascarados!-Las personas que estaban en el suelo se dieron vuelta para ver el escándalo y los señores sin capacidad de proceder un robo me miraron- ¡Si, bueno...lo de enmascarados no se lo tomen mal, era un chiste...!-Trate de bromear y hasta algunos cajeros soltaron risas pero me quede paralizada, viendo como uno le hacía seña al de ojos celestes. <<Bien hecho, boluda. Ahora nos matan acá nomas>>Pensé. El "ojos de príncipe" (Sí, no es un buen apodo pero los ojos eran tremendos) se acercaba a mí con el arma a su lado.

-Es muy lenta la rubia ¿No?-Me susurró. Tenía la voz de un chico de veinte. No sabía muy bien que responderle porque el arma me ponía nerviosa. - ¡JIM, DECILE A LA RUBIA QUE SE APURE PERO NO LE APUNTES CON EL ARMA!-

El tal Jim era grandote y forzudo. Asintió y dejo el arma en el suelo, habló con la cajera y está en menos de diez segundo le lleno un bolsa con la plata. No veía sus rostros pero sé que una sonrisa apareció tras esas mascaras. Los tres atracadores volvieron y abrieron la puerta del banco. Miraron el desastre que habían provocado y soltaron algunas carcajadas. Para mi sorpresa, "ojos de príncipe" volvió hacía mí, levantó la máscara hasta que solo su boca estuviera descubierta y me besó.

-Nos volveremos a ver. Lo prometo -.Me dijo luego de retirar sus labios carnosos de los míos. Jim le entrego la bolsa de dinero y atravesaron la puerta del banco, hundiéndolo en un silencio incómodo.

Después de unos minutos, todos se levantaron. Lizzie tenía el deliñador por la rodilla y sus ojos estaban hinchados. Algunos hombres hablaban por celular asegurando a sus esposas que todo estaba bien, y las mujeres puteaban a la falta de seguridad en el banco.

Lizzie me pregunto si el beso había estado lindo (Me podría haber pegado, herido o matado pero a mi amiga solo le importaba si el atracador besaba bien) pero no le respondí. Ya era tarde y al día siguiente debíamos ir a la universidad asique la tome de la blusa y le suplique que nos fuéramos. Estaba por abrir la puerta cuando la cajera rubia pasaba al lado mío. Traía una plaquita enganchada en su uniforme: Puta. Perdón, Giselle.

-Ay, perdona pero te quería decir que reaccionaste re bien ante los ladrones-Mentí como nunca pero valía la pena escuchar la babosada que me iba hacer creer.

-Gracias, cariño. Estaba aterrada pero me dije "Gise, tienes que enfocarte y controlar tu miedo. Contrólalo, tu puedes"-. La muy cara rota me había dicho eso. No sabía si reírme o llorar de lo idiota que era.

-Bueno, ahora tienes experiencia si vuelve a suceder. Si tenemos suerte, por ahí te atrapan...digo, por ahí atrapan a los ladrones -.Puse mi sonrisa más falsa y me fui, dejándola pensando lo que había dicho.

Amor CriminalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora