Lo Siento

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-¿Que crees que estabas haciendo? -exclamó el Tío Vernon cuando Harry y él estaban lo suficientemente lejos de los pelirrojos «Ron, Ginny y su madre» los oyeran-. ¿Qué acaso en esa estúpida escuela primaria que tuve que pagarte no te enseñaron que no debes hablar con extraños?

-Lo siento, Tío Vernon -respondió Harry con la cabeza gacha-. Vi algo extraño y decidí acercarme.

-¿Y no te he dicho que trates de ser lo más normal posible, que te alejes de toda la rareza que encuentres? -volvió a decir el Tío Vernon, subiéndo ya el tono de voz.

-Ellos son magos también, Tío Vernon.

-¡¿QUÉ?! -casi gritó. Al darse cuenta de que algunas personas se volteaban a verlo, siguió hablando, pero con un tono de voz más bajo-. Con más razón debes alejarte de ellos ¿No renunciaste a convertirte en uno de ellos hace mes y medio, lo cual fue, por cierto, la única buena decisión que has tomado en la vida?

-Perdón, Tío Vernon.

-Cariño, el tren ya va a partir -escucharon ambos que decía la Tía Petunia.

-Tienes suerte de que ya te tengas que ir -dijo el Tío Vernon mientras caminaban en dirección al andén-. Si no, sabes muy bien que te daría una paliza.

-...y ya sabes que si el cerdo hace alguna estupidez, lo golpeas y luego lo acusas -estaba diciéndole la Tía Petunia a Dudley cuando llegaron Harry y su tío-. Te amo, mi pequeño. Buena suerte en tu nueva escuela.

-Ya no soy pequeño, mamá. Te go once años. Y no voy a necesitar suerte -respondió Dudley con tono arrogante-. El cerdo es quien va a necesitarla. Seguro no podrá evitar meterse en problemas tan pronto tenga habitación. Si es que encuentrala habitación antes de meterse en problemas.

-Gracias, Dudley -dijo Harry sarcásticamente-. Agradezco tu fe.

-De nada, Harry Pigtter -respondió Dudley con el mismo tono.

-Ya vayanse -dijo la Tía Petunia-. Los quiero, mis ni... -se interrumpió-. Te quiero, mi Dudley. Pórtate bien Harry.

-Adiós -se despidió el Tío Vernon.

   Y Harry y Dudley entraron al tren.

Harry Potter y La Escuela StonewallWhere stories live. Discover now