El tiempo dirá {Louis Tomlinson y tú}

Capítulo 2.

La primera en llegar a la entrada de la universidad fui yo, luego Alexandra y finalmente Carlota. Venía acompañada de un chico que me sonaba bastante... ¿Era el vecino de enfrente?

-Carlota: Chicas, mirad, el vecino de enfrente, que va a ser compañero mío…

+Austin: Hola, soy Austin. -Por la pinta era americano, se le notaba el acento.

-Alexandra: Yo soy Alexandra, encantada.

+___: Hostia, ya me parecía conocido a mí... Hola, yo soy  ___

El chico, bueno, Austin, nos dio dos besos a cada una. Nos fuimos los cuatro andando hacia casa. Austin nos contó que era de Miami, pero se había venido a vivir aquí por el trabajo de sus padres. Todos contamos como fue nuestra presentación, y yo le estaba contando lo del chico que me tiró al suelo cuando llegamos a nuestro portal, y delante nuestra entraban los chicos de arriba, los cuales nos vieron, para desgracia nuestra. 

-Xxx: Vaya, así que somos vecinos eh, mira tú por donde…

+___: Ya, que pena, compañeros de clase y además vecinos. 

''Si es que me pasa todo lo malo'' -pensé

-Xxx: Por cierto, soy Louis.

+___: Ah, pues yo soy ___ -Dije con muy poco interés

-Louis: Ya nos veremos en clase, estoy viendo que nos vamos a llevar genial.

+___: Si, yo lo intuyo. –Ironicé

Sus amigos simplemente se rieron y subieron en el ascensor y esperamos un poco a que el ascensor bajara otra vez, ya que con este calor era un poco duro subir tres pisos.

-Carlota: Yo también veo que os vais a llevar bien.

+Alexandra: Oye, pero lo que no nos has dicho es que fuese tan guapo.

-___: Será guapo, pero gilipollas también.

Las tres nos fuimos para nuestro piso y Austin se fue para el suyo, hicimos la comida y comimos. Hoy por la tarde teníamos pensado ir a comprar ropa, ya que el sábado queríamos salir por ahí, y también necesitábamos ropa para ir a la universidad. Dormimos la siesta durante una hora, para no perder la costumbre, y luego nos fuimos.

Nos pasamos la tarde probando cosas y al final nos compramos mucha ropa: shorts, camisetas, vestidos, alguna ropa para el otoño, ropa para salir… Y luego, como no, fuimos a comprar calzado: converse, vans, tacones… Quizás nos hubiéramos pasado, pero un día era un día. Al salir de allí estábamos tan cansadas que cogimos unas pizzas y las comimos en casa. Pero claro, como no, los vecinos de arriba estaban cantando. Eran las 11 de la noche, que horas eran esas, ¿eh? No es que fuera tarde pero estábamos tan agotadas que nos queríamos ir a dormir ya, pero claro, no callaban.

-Carlota: A ver, subid a decirle algo…

+Alexandra: Si hombre, yo no subo.

-___: Ni yo, que me encuentro con el gilipollas este y…Carlota sube tú que tienes más mala ostia.

+Carlota: Si hombre, si subimos, subimos las tres, trabajo en equipo

Las tres salimos de casa con nuestros peculiares pijamas y subimos a timbrarle. Abrió un chico moreno de ojos marrones.

-Xxx: Hola chicas.

+Carlota: ¿Hola? A ver, callaros ya por favor, cantáis muy bien y todo lo que sea pero…

-Alexandra: Queremos dormir.

+Xxx: Zayn, ¿quién es? –Dijo una voz ronca desde dentro

-Zayn: Las vecinas de abajo.

Entonces llegó Harry, si no recordaba mal ese era su nombre.

-Harry: Hey Alexandra, ¿os unís tú y tus amigas?

+___: Y por encima cachondeíto…

-Louis: ¡___, amiga mía!

+___: Bueno, ya está el otro…

-Zayn: Louis calla –miró a su amigo riéndose – lo sentimos, ya nos callamos.

+Carlota: Pues ale, chao.

-Zayn: Chao chicas

Y las tres nos marchamos ante la atenta mirada de esos tres chicos, los cuales no sabíamos que pronto iban a desempeñar un papel importante en nuestras vidas…