Capítulo 5

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CAPÍTULO 5

Después de varias copas ya me sentía un poco mareada, pero aún seguía bailando junto a Harry. Harry posó una de sus manos en mis caderas, pero no me importó, hacía años que no me divertía así, en estos momentos me sentía libre, cómo hacía años que no me sentía, era la misma sensación que tenía cuando mi hermano y yo nos íbamos las largas noches de fiestas y era lo más cercano que había sentido desde hace mucho tiempo a lo que sentía cuando corría en las carreras. Era así, a mí me divertía esto, pero hace años que no lo hacía, y creo que por ello me volví aburrida, no, no soy una aburrida, claro que no, simplemente, no me dejo llevar como antes. Harry tiró de mi cintura haciendo que pegase mi trasero a su cuerpo, retiró un mechón de cabello de mi cuello y depositó un beso en la parte que dejó al descubierto, sonreí ante su tacto y continué moviendo mis caderas.

–Te mueves genial, preciosa– Susurró en mi oído y se me erizó la piel, después de unos segundos estábamos frente a frente, pegados completamente, podía sentir su respiración cerca de mis labios, aunque su altura impedía que estos pudieran llegar a tener algún encuentro. Bebí lo que quedaba de mi copa y Harry tomo el vaso y lo dejó en algún sitio donde no molestaba.

Sentí como Harry acariciaba mi muslo hasta mi culo, pero no me importaba en estos momentos, solo quería disfrutar. Lo miré directamente a los ojos y él quedó a mi altura mágicamente, supongo que se habrá agachado, fruncí el ceño para mí misma por haberme perdido en una estupidez tan grande como esa.

Harry subió su otra mano a mi mejilla y se acercó a mí lentamente, tenía su mirada clavada en mis labios. Cuando nuestros labios estaban a punto de colapsar los míos, mis labios se entreabrieron inconscientemente, en cuanto nuestros labios se estaban rozando Harry se paró de golpe. Levanté levemente mi mirada a sus ojos, pero Harry sigue mirando mis labios fijamente, como si estuviese en una especie de trance, creo que ni tan siquiera se dio cuenta de que yo, estaba observándolo con atención.

–Tenía tantas ganas de hacer esto– Murmuró y sentí como pegó sus labios con los míos, yo seguía mirando sus ojos que en milésimas de segundos después de juntar nuestros labios se habían cerrado. Cerré mi ojos lentamente y lleve una mano a su mejilla y la otra a su nuca, Harry bajó la mano que tenía en mi cintura hasta la parte posterior de mi muslo y consiguió levantarme hábilmente obligándome a rodear su cadera con mis piernas. Harry comenzó a adentrar su lengua en mi boca y yo rápidamente la acepté. En cuanto la dejé pasar el beso pasó a ser un beso de desesperación y pasión. Sentí una pared en mi espalda. Harry me había apoyado en ella con cuidado, ni siquiera me di cuenta de que nos estábamos moviendo de sitio. Harry se separó lentamente y mordió mi labio inferior con suavidad, sinceramente no sé si intentaba que el beso fuese tierno o excitante. Pero el me trataba como si fuese una muñeca de porcelana fina, que se puede romper fácilmente. Cuando soltó mi labio de su agarre lo miré a los ojos un poco confundida y él me miró de vuelta. Con una sonrisa de lado, levantó una ceja mirándome, sinceramente no entendía mucho su actitud, ya que hace como cuarenta y cinco minutos estaba quejándose de mi presencia en esta fiesta.

–¿Sigues creyendo que no soy romántico?– Dijo acabando con el silencio entre nosotros y rodé los ojos con una actitud juguetona.

–¿Sigues creyendo que soy una aburrida?– Le levanté una ceja retándolo.

–Creo que no quieres escuchar la respuesta– Lo miré desafiante.

–Si que quiero escucharla– Dije firme.

–Sí, si me sigues pareciendo aburrida– Dijo con tono juguetón.

–Pues acabas de besarme– Rodé los ojos.

–Sí, bueno, eres una aburrida sexy– Sonrió de lado encogiéndose de hombros y fruncí el ceño.

–Pues enhorabuena machote– Intenté separarme de él pero me fue imposible deshacerme de su agarre.

–¿Me vas a negar que te ha encantado?– Me levantó una ceja.

–Sí– Lo miré obvia. –Bájame– Le pedí mirando directamente a sus ojos.

–Bésame– Exigió y negué con la cabeza. –Si me besas, te soltaré– Se encogió de hombros.

–Tendrás que bajarme tarde o temprano– Lo miré desafiante.

–Podemos tirarnos así toda la noche si quieres, yo estoy cómodo y de seguro tú también–

–Espero que algún día dejes de tomar tanta droga– dije irónica.

–Y que tú algún día admitas que te gusto– Dijo rápidamente. –Después de estas pequeñas confesiones– Añadió. –Me vas a dar mi beso– Se podría decir que lo estaba afirmando, más que preguntando.

–Está bien pero bájame primero– Harry sonrió satisfecho, aproveché y me colé por el hueco que quedó por debajo de su mano pero rápidamente tomó mi brazo y me giro haciéndome quedar frente a él.

–No tan rápido bonita– Dijo acariciando mi mejilla con su mano y acercando sus labios a los míos. –Antes tienes que besarme– Dijo sin separarse ni un centímetro, nuestros labios se estaban rosando. Será mejor acabar con esto lo antes posible, me dije a mí misma y junto nuestros labios, hundiéndonos de nuevos en un largo beso, aunque no tanto como el anterior, me separé y lo miré.

–¿Contento?– Le dije levantando las cejas.

–Mucho– Sonrió de lado como siempre lo hace y rodé mis ojos.

–Pues me alegro– Me separé para irme.

–¿Te irás ya?– Me miró intrigado, parecía que realmente le interesaba la respuesta y asentí.

–Sí, mañana tengo que practicar– Le contesté rápidamente.

–¿Quieres que te acerque a tu casa?– Negué con la cabeza. –Tengo mi moto en la puerta– Añadió y negué de nuevo.

–No, no– Dije un poco nerviosa. –Será mejor que me dé un poco el aire– Realmente me aterraba el pensar que debería subir en una moto, no creo que aún esté preparada.

–Al menos ¿puedes avisarme cuando llegues?– Me miró a los ojos. –Es tarde y es peligroso–

–No pasará nada, tranquilo– Lo miré. –Pero te avisaré cuando llegue no te preocupes– Harry sonrió y me dió su número para que pudiese avisarlo más tarde.

Salí de la gran casa y vi el coche de mi amiga, ni siquiera me había acordado de ella. Volví a entrar a la casa y con mucha suerte la encuentré rápidamente. Me acerqué a ella y tiré de su brazo.

–Hey! Samantha! ¿qué pasa?– Dijo sonriente, tenía que descifrar si aún estaba en sus facultades para conducir.

–Tengo ganas de irme a casa– La miré. –Por favor– Añadió para que se compadeciese de mí.

–Está bien– Dijo. –Vamos– Andamos hacia su coche, un modelo antiguo blanco, pero se veía muy bien cuidado. Nos subimos en el coche y al cabo de un cuarto de hora más o menos llegamos a mi casa.

–Gracias por traerme– Le sonreí y salí del coche. –Nos vemos– Andé hacia la puerta y entré a mi preciosa y acogedora casa. ¡por fin! me quité los zapatos y los cogí en mi mano, tenía unas ganas enormes de dormir, hacia demasiado que no salía de fiestas y siento que tendré una gran resaca mañana, eso me pasa por dejarme llevar, subí a mi habitación y me quité el vestido, seguido del sujetador y me puse una camisa de Liam. Me tiré a la cama y en cuestión de minutos quedé dormida.

___________________________________________Actualizada 25/12/2017

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