Soundless Voice °•RiLen•°

→°●Iniciación●°←

—¡Pero! ¡No pueden cortar ese árbol! ¡¿Por qué?! —Rin no paraba gritar con ira y melancolía.

—Dijieron que era peligroso, que las personas se podían caer así que deben cortar la parte de arriba —comentaba Len con tranquilidad, no quería alterar más a la rubia.

—Mis recuerdos están en ese árbol —murmuró—. ¡Vamos a protestar! —salió corriendo.

—No tiene caso ya se decidió desde antes —Len tomó con rapidez su mano.

—No interesa incluso si es un desperdicio ¡Ire! —soltó su agarre de ella.

Por alguna razón cuando salimos el árbol ya estaba tirado.

—No, no —ponía sus manos sobre sus oídos.

—Rin ¿Estas bien? —tocó su hombro preocupado.

—¡Claro que no! —gritó fuerte asustando a Len .

—No estés triste Rin, no se podía evitar.

—¡Cállate! ¡era el único lugar para mi! Es demasiado para mi... Para mi un parte de mi murio, no quería que le hicieran daño — se sentó sobre la nieve, ocultando su rostro sobre sus piernas—. Aquí es donde yo tenía mis recuerdos y quería que tu estuvieras una parte de mi cuando me muera Len. Lo siento ¡Lo siento Len! Ahora te quedarás solo sin una prueba de que viví feliz a tu lado.

¿Prueba?

—Te dejaré sólo como Kaito y Miku me dejaron a mi ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué estoy tan triste?! ¿Por qué lloro tanto? ¡Dime porque! —la rubia sollozó tratando de ocultar sus lágrimas en sus manos—. ¡Dime porque siento lo mismo que Kaito! ¡Dime porque siento lo mismo que cuando Miku murió! ¡DIME PORQUE LEN!

—Lo que pienso es, ¿Cuál es el punto de llorar? —observó a Rin.

—Len.

No lo había notado pero él se encontraba a unos metros de ella recogiendo unas semillas ocultas entre la nieve.

Yo... No se porque pero.

—Rin yo no se por que sientes eso pero —se sentó a su lado con una mirada triste—. Mientras tú recuerdes a Kaito y a Miku de esa forma, este árbol habrá cumplido su deber como prueba de felicidad. Ellos murieron y este árbol fue cortado, pero tú los recordarás jugando en este árbol. Siempre. Así que no estés triste Rin.

—Len —estiró su mano hacia Len para que la tomará.

—Rin —sonrió depositando pequeñas semilla en su mano.

—¿Pero que...? — lo miró sorprendida.

—Este árbol aún no ha muerto y tus recuerdos tampoco ¿ves?
Aquí tienes tu prueba de una vida feliz y también tienes tus recuerdos de Kaito y Miku. Quizás no sea tan grande ahora, pero crecerá poco a poco y tu verás como crece junto a ti, será más especial porque será tuyo siempre —le dedicó una sonrisa tranquilizadora—. Esa es nuestra prueba de una vida feliz juntos ya no estés triste Rin.

—¡Si! —limpió sus lágrimas.

Por qué, todavía me tienes a mí... Y a ellos.

°•♦•°
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Semanas después←

—Todavía no ha salido —suspiraba viendo la pequeña maceta frente la ventana.

—Vaya, tardará mucho en brotar —ríó.

—¡¿Eh?! ¡Acaba de brotar! —señaló la ventana emocionada—. Oh, muy pequeño pero no importa seguro que será grande.

—Si.

—Será enorme —dijo extendiendo sus manos hacia los lados.

Unos minutos después estaban afuera.

—¡Enorme! ¿Crees qué quepa? —fijó su vista hacia los de Len con felicidad .

—Si —levantó su mirada viendo el cielo y sentir la fría brisa de aire recorrer su rostro.

Me pregunto si sigues pensando en la muerte de esa forma.

El rubio se distrajo un momento cuando sólo unos segundos después un golpe seco pudo escuchar; fijó a su alrededor y corrió. Rin estaba tirada boca abajo.

—Rin!—esto no era bueno.

Kaito cayó el primer día de nevada.

...

—Pero él tuvo unos días saludables y era muy estable — contestaba con tranquilidad Rin, quien se hayaba en la cama. Había sido solo una caída y eso lo mantendría Len en su mente.

"No era grave.." O eso pensaba.

—Quizás solo sea un resfriado —comentó mientras tapaba el cuerpo de Rin con una manta—. Así que te tapare bien y me llamarás cuando colapses o te sientas mal ¿si? —beso su frente con tristeza y preocupación. Algo no iba bien pero no quería pensar en cosas horribles.

Rin dirigió su mano hacia él, quería que la tomara, ella quería sentir su calor uniendo sus manos y no preocuparlo.

—Si —sonrió forzadamente.

Tú sonrisa tenía tanto dolor.

—Siente mis manos Len, sigo siendo muy cálida - comentó alegremente Rin.

—Si... —mencionó dándole una sonrisa cariñosa. Era todo lo que podía hacer.