3: Camille

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Camille

Los reporteros se empujan unos con otros, por Dios, deberían tener más consideración con los practicantes, ¿no se supone que aquí se muestra la parte buena de la carrera? Nos mintieron, es todo lo contrario

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Los reporteros se empujan unos con otros, por Dios, deberían tener más consideración con los practicantes, ¿no se supone que aquí se muestra la parte buena de la carrera? Nos mintieron, es todo lo contrario. El sol de verano choca como espinas contra mi piel y el sudor corre por mis sienes sin medida, nunca antes me había sentido así, si lo hubiera imaginado,  habría escogido trabajar en algún burdel, allí estaría divirtiéndome, mientras ganó mucho dinero, es increíble que paguen por ser zorra.

—Ya que no podemos irnos a la buena por arriba, hagámoslo por debajo, a la mala —antes de que Becca pueda asimilar la propuesta, ya estoy gateando por el suelo, haciéndome espacio entre los pies de los reporteros y camarógrafos, quienes refunfuñan al sentirme invadir su espacio. Siento como Becca avanza detrás de mí a trompicones y al llegar, estamos en primera fila frente a donde el gobernador ofrecerá su alocución, aprovecho la puerta abierta e ingreso al sitio antes de que el seguridad logre identificarme como un individuo non grato. Becca llega trompincones detrás de mí y la espero un rato para respirar, oh sí, adrenalina en estado puro.

—Estás loca —me dice entre largos suspiros tratando de llenar sus pulmones—. El tipo de la entrada llamó refuerzos.

—Por marica, por no venir el mismo  a tomar a unas niñas corriendo hacia dentro, es que voy a lograr lo que quiero —el gobernador pasa por el lobby—. ¡Mierda!  ¡Allá está! —detrás vienen los agentes trotando tras nosotras.

—¡Gobernador! —grito. El señor Stewart da la vuelta al escuchar el apelativo. Siento que mi corazón me saldrá del pecho, sin embargo, sigo corriendo hasta alcanzarlo, respiro un poco frente a él y pone una mano en mi hombro.

—Señor, hicimos todo lo posible para evitarlo —se excusa el que estaba en la puerta.

—Mentira, él me vio entrar y solo se ocupó de que otros hicieran el trabajo que le correspondía —lo delato. Me mira de reojo y el gobernador sonríe.

—No se preocupen, me pueden hacer un par de preguntas, solo un par —enfatiza.

—Señor Stewart, según el análisis de la información que nos proveyó la unidad de libre acceso a la información, durante el período 2008-2010, estuvo usted involucrado en asuntos de lavado de activos y se le fue abierto un proceso el cual se encuentra archivado judicialmente. ¿Cómo pudo usted resultar ser el candidato electo por su partido para participar por una de las gobernaciones más importantes de toda la Unión de Estados Americanos? —su expresión es indescifrable, su nuez de adán se mueve en su cuello antes de abrir la boca para esbozar su respuesta.

—Se nota, señorita que no ha sabido más del caso luego de eso —responde con acritud—. En el año 2012, fui descargado por insuficiencia de pruebas y es obvio, ya que no estuve jamás involucrado en temas de lavado, allí están las auditorías de cada año mientras estuve en la gestión. Los fondos fueron pulcramente utilizados en beneficio de una buena porción del sector.

Polos Opuestos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora