lost dad + i.jaebum

19. XXX

Siempre creí que mi vida sería un pozo de depresión del cuál nunca podría salir y seguiría allí por el resto de mi vida.

O eso era lo que pensaba que pasaría.

Olas de tela color rosa pastel caían por su cintura.
El paisaje me recordaba a nuestros años como simples personas que no tenían ni una gota de dolor en su vida.
Sus ojos volvían a tener ese típico brillo que tenían cuando nos conocimos.
Hablamos sobre ella, sobre mí, sobre nosotros. Sólo hacíamos tiempo para la gran ceremonia que esperábamos.
Hasta que por fin él salió de la iglesia que tenía años sin visitar por afanarme en mis propias cosas que ni me hacían bien ni me hacían mal porque ya lo había dejado.
Se veía preocupado, pequeñas gotas de sudor caían por su frente. Sonreí.
Ella se levantó y le colocó un pañuelo en la mano diciéndole en un susurro "no te desmayes".
Era ella la que casi se desmayaba hace unas horas cuando ya no le quedaba ni una sola gota de tranquilidad en el cuerpo, las había llorado todas.
Culpa, tristeza, más culpa y una pizca de pena llenaba su ser en esos momentos tan duros pero a su vez felices
Aunque yo la amaba y seguía protegiéndola ella lloraba y lloraba sin parar. Quería parar pero no podía.

A pesar de todo nos encontrábamos los tres dentro de la enorme iglesia junto a muchas más personas alrededor.
Hasta que ella llegó. Caminó hasta él con su enorme vestido blanco y pequeñas ondas color marrón oscuro que caían sobre sus pequeños hombros un poco descubiertos.
Y para finalizar esta trágica, amorosa y depresiva historia con un final feliz: aceptó.
Nuestras vidas por fin empezaban a tener un poco de verdadero color.
Nunca volvería yo a ser el mismo de antes.
A pesar de todo logramos salir adelante.
Nos obligaron a madurar, nos vivieron antes de nosotros poder vivir.
Después de tantas lágrimas, tantas noches sin dormir, tantas desilusiones, tantos corazones rotos.
Después de todo eso había una luz tan fuerte que quemaba el lienzo sin color y lo pintaba de colores brillantes como el fuego.
Ahora me doy cuenta de que todo ese sufrimiento valió la pena.
Y ya es hora de empezar otra pintura.

fin.

+I.J