- ¿Sango ha llegado al mar...?
Inuyasha asintió mientras veía a los barcos llegar al puerto.
- Esto es Ekos, es una cuidad famosa por su playa y por sus barcos... a Miroku le encanta esta ciudad. Cuando no tenemos nada que hacer y tenemos permiso para viajar a la tierra, siempre pasamos por aquí.
- Sango se marea en cuanto ve a un barco. – puntualizó.
Su acompañante se rio
- Vale, vayamos a esa posada, necesito pensar en los sitios favoritos de Miroku en esta ciudad que no tengan nada que ver con la zona roja.
- Z-z-z-zona roja... Sango no estará por allí, ¿verdad?
- ¡No, claro que no!
Observó el holgado vestido que llevaba su acompañante, guardando su espada con una correar atada a su muslo. Él llevaba unas botas altas junto a sus ropas cubiertas por su capa. Se sentaron en una mesa de una posada intentando pasar desapercibidos...
- Hemos perdido tres días para llegar aquí...
- Lo tengo, sé dónde está Miroku con Sango...- susurró y agarró su mano tirando de ella.
Se alejaron de la pequeña posada, recorriendo calles estrechas, llegando a una gran y colorida plaza para terminar en el mercado, frente a una carnicería.
- Aquí fue donde nos conocimos...- explicó mirando a Kagome.
Ella sonrió y miró a una pareja que caminaba hacia aquella carnicería
- Sango...
- ¿Kag...? ¡Kagome!
La joven corrió a abrazarla. Y Miroku miró a Inuyasha con una sonrisa
- Kagome, te presento a mi marido, Miroku...
Sango agarró la mano de su esposo.
- Sois...marido y mujer...- dijo suspirando
El peliplata agarró su mano para tranquilizarla.
- También hemos encontrado la cura al contrato de Miroku e Inuyasha-sama
-¿Que habéis encontrando el qué? - preguntó Kagome
- Una mujer llamada Izayoi ha dicho que fue ella quien les echó el maleficio - contestó Sango- Ha aceptado quitar el maleficio.
- Vale, vale, vale... Miroku, ¿cómo se te ocurre casarte con ella y fugarte? - preguntó la azabache- Nos teníais preocupados - dijo y los abrazó
Miroku sonrió mirando a su amigo
- Por cierto, Kagome... ¿por qué le estás dando la mano a Inuyasha-sama?- preguntó la morena
La chica solo se sonrojó y apretó la mano de su acompañante.
- ¿Dónde está esa mujer?
- En una pequeña tienda en la última esquina de la calle.- explicó Miroku
- Pues vamos hacia allí, ¿cierto?
Los cuatro se pusieron en marcha. Las calles estaban llenas, muchas personas compraban otros vendían y algunos estafaban o comerciaban con distintas mercancías.
- Esta es la tienda...
Inuyasha se fijó en la fachada, intentando averiguar si había visto esa tienda antes mientras Kagome solo se fijaba en como Miroku abrazaba a Sango y esta sonreía feliz
- Sango, tú estás embarazada.
Los dos hombres abrieron los ojos sorprendidos
- ¿Cómo lo sabes? -preguntó la morena sonrojada
- Una chica lo nota - sonrió- felicidades
- Sí, felicidades, campeón - se burló el ojidorado.
Kagome abrió la puerta de la tienda y una dulce voz se escuchó
- Buenos días...os estaba esperando.
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Guardianas De La Perla De Shikon
Fanfiction¿Sacerdotisas? Bueno, algunos podrían decir que eran ángeles provenientes del cielo. Otros dirían que son demonios del mismísimo infierno. Pero, ¿qué pensarían los dos Dioses que cuidaban de ellas?