VIII

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JUSTIN'S POV

Sentí la humedad de su boca una vez más y como al mismo tiempo como sus manos acariciaban mis testículos, deje escapar un gemido cuando las manos se cerraron con algo de presión entorno a ellos. Para ser su "primera vez" realmente no lo hace tan mal, realmente tiene habilidad. Ante este gran placer que sentía no hice más que dejar que ella continuara con su trabajo, me permití atrapar mechones de su cabello para acariciarlos.

Cuando sentí que estuve a punto de correrme, no hice más que incorporarme junto con ella para besar sus hermosos labios.

Nunca nos habíamos besado de esa manera, generalmente los besos tenían un deje de dulzura, este era más apasionado, lleno de necesidad, necesidad que sentíamos uno del otro, era fantástico. En un movimiento rápido la tome entre mis brazos y nos dirigí a su habitación, hice desaparecer su ropa, la mire por un momento y la volví a besar, repartí besos de su boca bajando poco a poco, por su clavícula, su cuello, su hombro, después me centre en basar sus pechos, eran perfectos, en realidad muy perfectos, mis dedos la invadieron "ella estaba bastante húmeda", instintivamente ella empezó a arquearse bajo mi cuerpo, un momento después sentí como clavaba sus uñas en mi espalda, definitivamente estaba a punto de llegar al orgasmo, ante ese acto deje los pechos de Leah, baje por su vientre hasta saborear el líquido que empapaba sus sexo.

Una de mis manos acariciaba su muslo y la otra estaba en sus pechos, no tardó mucho en que Leah llagara al orgasmo y con mucho gusto recorrí con mi boca las pruebas del orgasmo y la libere de mi agarre.

Con un hábil movimiento me deshice de toda la ropa que tenía todavía, y sin más preámbulos me coloque en medio de sus piernas e introduje mi nueva erección en su húmedo e hinchado sexo.

Leah dejó escapar varios gemidos, ella acariciaba toda mi espalda, yo enterré mi cara en su cuello, acelere un poco el ritmo, buscando el placer para los dos, entre jadeos deje varios besos en el cuello de Leah, ella temblaba bajo mi cuerpo ya que en un momento no me pude contener e incremente la intensidad de mis embestidas.

Después de unos minutos, sentí como estaba a punto de correrme y en ese preciso momento me acorde que no me había puesto condón, ella me miro un poco confusa ante el cese de mis movimientos, pero no tardó en darse cuenta de que era lo que estaba pensando, sin más ella solo dijo "no importa, tomare la pastilla", en otras situaciones definitivamente me detendría, pero no sé porque con ella eso es diferente, volví con mis embestidas y minutos después los dos llegamos al orgasmo al mismo tiempo.

(...)

— ¿Dónde estabas Justin? Simoneta está muy enojada contigo, se supone que deberías de haber ido con una clienta hace más de dos horas y tu ni te apareces –dijo Chaz cuando entre al vestidor.

—Ese no es asunto tuyo, ya hable con Simoneta, así que todo está bien.

—Desde que tú y Leah son novios has cambiado mucho –interrumpió Liam —no puedes seguir así.

—Eso no es de tu incumbencia Liam, yo hago lo que quiera y no tengo porque darle explicaciones a nadie.

—No te pongas en ese plan Justin, si realmente quieres a Leah, deja este trabajo, así no tienes que poner excusas absurdas con Leah y con Simoneta.

No hice caso al comentario de Louis, porque muy en el fondo sé que él tiene razón, me limite a dejar mis cosas cambiarme y arreglarme, tenía una clienta y tenía que cumplir ya que he estado rechazando a algunas clientas solo para estar con Leah.

Ya han pasado varios meses desde que Leah y yo somos novios y cada día es mejor que el anterior, no entiendo que es lo que pasa pero esta chica es la mejor del mundo, gracias a ella he podido ver a mis hermanos de nuevo, ya que según las palabras de mi madre "es la mejor chica que hay en el mundo" y concuerdo con ella.

FLASHBACK

—No creo que mis padres me dejen ver a mis hermanos, ellos ni siquiera quieren que me acerque.

—Todos cometemos errores Justin, lo bueno de esto es que ya cambiaste, ahora eres responsable de ti mismo y tienes un buen trabajo.

—Ya lo sé, pero no creo que sea tan fácil.

—Ya veras, yo sé lo que te digo, si te acompaño será lo mejor.

La mire por un segundo y eso basto para que me convenciera. Es como si Leah fuera otra chica diferente a la que conocí en aquel taxi, es muy tierna y muy dulce, tiene muchos detalles conmigo y definitivamente hace que quiera dejar ese trabajo de mierda, pero no sé si en algún lugar ganare lo mismo que allí, es un dilema porque de verdad quiero hacer bien las cosas con ella, pero por otro lado ese trabajo es lo mejor del mundo, aunque estando con Leah me siento el más estúpido del mundo. Pero en fin por el momento solo tengo que concentrarme en lo de mis hermanos.

—Bueno tu ganas –dije sin mucho ánimo, pero ella me abrazo, me hizo sentir un poco más relajado.

—Veras que todo va a estar bien.

Después de ir a por unos regalos para mis hermanos, nos dirigimos a la casa de mis padres, estaba muy nervioso, después de cómo me hablaron ese día yo no quería ni verles la cara, pero estando al lado de Leah me hace querer tener a mi familia de nuevo y aunque con mis padres vaya a ser difícil por el m omento solo me acercare a mis hermanos.

Cuando llagamos Leah me tomo muy fuerte de la mano.

—Todo va a estar bien –me lo repitió por séptima vez.

Toque el timbre, en ese momento quería echarme a correr, pero al mismo tiempo estaba tan nervioso que no podía ni mover un dedo, así que solo me quede esperando a que alguien abriera la puerta, pasaron unos minutos y nadie salía, por un momento me sentí aliviado, aunque a Leah parecía dolerle más que a mi este intento fallido de volver con mi familia, hasta que escuchamos a nuestras espaldas las voces de personas y acto seguido unos niños diciendo mi nombre.

— ¡JUSTIN! –Gritaron al unísono —Por fin vienes a vernos –sentí como se estrujaba mi corazón, aunque eso sonó un poco gay, no me importa ya que son mi familia.

— ¿acaso creyeron que los había olvidado? –pregunte y ellos empezaron a reír.

— ¡No! ¿Cómo crees eso? –dijo Jazzy

— ¡Qué bueno que viniste! Compramos pizza para comer, y de tu favorita –agrego Jaxon.

—Niños... -dijo mi madre pero al verme se quedó callada, unos segundos después apareció mi padre pero con él fue diferente.

— ¿Qué haces aquí? Creí que te había quedado claro que no te quería volver a ver.

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Tell me: GigolóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora