XIV final. P1

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JUSTIN'S POV

Ya había pasado varios meses, por un momento pensé que la relación con Leah estaba bien, sé que no lo hice bien en un principio, pero no creo merecer la vida que llevo.

No es que me pegue o que me sea infiel, solo es que la mayor parte del tiempo esta de mal humor, ni siquiera podemos tener intimidad porque aún sigue pensando en que le miento, le he demostrado de muchas maneras que todo está bien, pero creo que no funciona.

Sin mencionar que el maldito trabajo es un infierno, mucho y mucho esfuerzo por una miseria de dinero, además de que tengo que aguantar los malos tratos de las personas, sus malas caras y los gritos que ponen cuando te equivocas en algo, definitivamente esas personas son escoria.

Había recibido una llamada de Leah, me dijo que tenía que comprar la cena ya que no había podido prepararla, no es que sea mi sirvienta o algo por el estilo, pero es su día de descanso, y habíamos quedado que en el día de descanso de ella o el mío nos tocaba hacer la cena y esta es la quinta vez que no lo hace.

En fin tampoco es que sea algo malo así que esto lo dejare pasar.

Decidí comprar pizza, en estos momentos es la mejor opción. Cuando llegue a casa me di cuenta que Leah no estaba, y justamente eso también había pasado cinco veces, como he dicho no me molesta, pero cada vez que hablo de eso Leah se pone furiosa, pero cuando hago algo tengo que aguantar sus gritos y su mal humor.

― ¿Dónde estabas? –pregunte cuando Leah entro al departamento, sabía que no debería preguntar ya que se enojaría, pero para mi sorpresa esta vez no dijo nada, simplemente se fue a la habitación.

Mi corazón decía que debía seguirla pero mi cerebro me dice que debía esperar, sinceramente estoy muy cansado como para empezar una discusión, así que mejor me quede mirando televisión.

Había pasado un buen rato de que Leah había llegado y seguí sin decir nada, ya tenía sueño así que no me quedo de otra que enfrentarme cara a cara con Leah, definitivamente entraría a esa habitación y me prepararía para ir a dormir sin decir nada, creo que estoy mal, solo ya quiero dormir y descansar de todo.

Justamente eso hice, sin hacer mucho ruido entre a la habitación, vi a Leah acostada, no podía distinguir si estaba dormida o no, pero parecía estarlo, así que entre sin hacer mucho ruido, me puse mi camisa para dormir y me quite los pantalones, fui directo al baño y me cepille los dientes, cuando termine fui directo a la cama y apague la luz y me acosté.

Creí que estando en la cama caería dormido pero al parecer no fue así, realmente me preocupaba y al mismo tiempo me sentía culpable por no preguntarle nada a Leah y dejar que se durmiera así.

― ¿Por qué no me preguntas nada? ¿Acaso no te importo? –pregunto Leah con una voz quebrada, no sé porque estúpidamente creí que hoy sería un día tranquilo y vamos sé que eso se escucha muy egoísta de mi parte, pero es que no entiendo porque siempre debe de haber muchos rodeos, si le fue mal, si le paso algo, simplemente que me lo diga, si no quiere hablar de eso, lo acepto y que cuando esté lista lo diga, pero no.

―Lo siento Leah, pensé que era mejor darte tu espacio.

―Pues creíste mal, necesito que te preocupes por mí y no solo por ti.

―Siempre me preocupo por ti, pero cada vez que te encuentras mal y te pregunto me dices que no te pasa nada y que te deje en paz, al final solo terminamos peleando, así que hoy pensé que era mejor dejarlo.

―Claro, porque no te importo.

―Sabes que no es así, me importas y mucho.

― ¡PUES NO PARECE JUSTIN!

Lo menos que quería era terminar gritando y en estos momentos todo estaba mal, Leah estaba gritando.

―Tranquila, no quiero pelear, mejor dime ¿Qué es lo que te paso? –dije en un tono suave.

―Nada Justin, no me pasa nada, duérmete.

Me quede callado, solo por esta situación ya no puedo conciliar el sueño, sé que parece egoísta de mi parte dejar que Leah este así y no insistir, solo que hoy no estoy de humor para nada.

(...)

Por temporada toda la tienda estaba en rebaja, así que hoy teníamos más gente de lo normal, se llevaban muchas cosas y el trabajo era un poco tedioso, era como una carrera entre más rápido se haga mejor, pero parecía no tener fin.

―Joven eso no es mío, por favor haga bien su trabajo.

―Lo siento señor. –no me quedo más que aguantarme, claro que era de él si lo puso ahí.

A la hora de cerrar se hacia el corte de caja y hoy era más pesado ya que hubo más personas, así que no me quedo de otra que aguantarme.

―El dinero no cuadra con lo que vendiste. .dijo el gerente un poco molesto.

―Creo que se equivocó, no hay manera de que se me haya pasado algo.

― ¿ósea que yo me equivoco pero tú no muchachito?

―No quiero decir eso, pero he estado al tanto de los productos y del dinero, muy bien sabe que nunca me ha pasado esto.

―Siempre hay una primera vez chico, además no hay tiempo de volver a revisar, así que tienes que pagar el faltante.

―Yo no voy a pagar nada, podría hacerlo yo si usted no quiere.

―Eso es imposible, el único que puede hacer el corte soy yo y si te digo que falta es porque falta, así que tienes que pagar lo que falta.

― ¿Sabe qué? Quédese con su trabajo de mierda, renuncio, estoy harto de ver su estúpida cara y la de los clientes, métase su puto dinero por el ano, no necesito nada de este maldito lugar.

Sin más salí de ese lugar de mierda. Trate de decirlo con calma, aunque probablemente las palabras que use no fueron las correctas, pero ese viejo, solo se la pasaba buscando excusas para tratarme mal.

(...)


Tell me: GigolóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora