Tres

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Me senté al fondo del salón; nadie notó que entré, excepto tú.

Me saludaste con señas para que el profesor no te regañara, y entonces me dí cuenta de que había sido estúpido sentirme celosa; tú aún me querías a mí.

El módulo de clases fue aburrido, como siempre, pero yo sólo me dediqué a ver tu rojizo cabello moverse al compás de tu cabeza al escribir, eras muy hermosa.

Siendo SuplantadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora