Solía reconocerse a sí mismo. El reflejo del espejo decía que algo había cambiado en su interior, como si con tan sólo unos días que habían pasado desde la partida de Jannis él se hubiese vuelto más viejo. Ciertamente no reconocía al ojeroso hombre que reflejaba aquel ingrato espejo.
      Desconocía todo a su alrededor, aunque sabía que todas las cosas cambiaban para algo, pero simplemente no podía asimilar aquello.
     Jannis, sin pudor alguno lo había dejado, después de dejar las sábanas esparcidas por el piso, haciéndole creer que esta vez sería diferente. Pero no lo fue. Fue incluso peor que la primera vez, esta vez Jannis no solo hizo añicos su blando corazón, sino que además de todo le robó una grosera cantidad de dinero, el cual se enteró, fue a derrochar con un estudiante de la universidad de Princeton.
      Hay cosas y personas que simplemente no cambian ni porque los años los traten mal.
      Había cosas que simplemente no iban a cambiar en su vida. Sobre todo el amor. Él siempre seguiría siendo el mismo idiota al cual todas podían manipular a su antojo.
      Jannis le había prometido la seguridad que él simpre había querido. Pero pronto esa seguridad se desparramó por el suelo, haciendo una caída estruendosa.
      《Eres demasiado aburrido》. Le había dicho la noche en que la encontró con ese chico de Princeton en la cama, en su cama.
      —¿Enserio creíste que podía llegar a amarte?
      Sonrió.
      —Oh, lo creíste. ¡Eso es dulce! ¡Enserio! Pero eres mucho mayor que yo. Y lo que yo necesito es alguien viril, joven, que me llene hasta el fondo, y no hablo prescisamente de sentimientos —dijo—, ese hombre no eres tú.
      —Creí que teníamos algo. —Habló él.
      —Por favor, James, déjalo. Solo... déjalo. No te atormentes pensando que esta relación vale la pena, porque no es así. No soy yo. Eres tú.
      Y con eso entró al baño envuelta en la sábana blanca de seda, que él mismo había colocado esa mañana sobre su cama, mientras aquel estudiante a quien reconoció como Ben, el chico becado de Princeton en su editorial, salía ya vestido del apartamento.
      Eso había pasado hacía tres años, pero aún seguía intacto en su memoria como si bubiese sido ayer.
      Lo último que supo de Jannis fue el día que la vio por última vez.
      Le había contado que vivía en el caribe y que había dejado al estudiante por un empresario rico mucho mayor que ella e incluso mucho mayor que él. Demasiado irónico.
      Esa mañana, hacía seis meses, había despertado de un buen humor, el cual decayó al ver a Jannis en el umbral de su puerta. Pensaba que se había librado completamente de ella. Pero no fue así.
      —¿Qué haces aquí? —Le preguntó él, severo.
      —Vine al funeral de un amigo y decidí pasar a verte. —Dijo.
      —No sé qué haces aquí. —Habló de nuevo.
      —Solo quería saber cómo estabas. —Le dijo ella.
      —Eso no debería importarte, ¿no crees?
      —Solo vine a ver si estabas bien. Digo, mi amigo acaba de morir por cáncer cerebral. Estoy afectada. —Agregó ella entrando el departamento examinándolo a detalle, pero guardándose su opinión. —El funeral fue un caos total. Esa chica no paraba de gritar y llorar, parecía una puerca en el matadero. —Habló mirando hacia algún punto inexistente. — Parecía que se iba a arrojar a la tumba con él en cualquier momento. Simplemente denigrante. Estoy muy afectada y toda llorosa, necesito que alguien me consuele y por eso he venido.
      Lo miró con una sonrisa.
      —Deberías decirle a Ben que te consuele, imagino que él es mucho mejor que yo en estas cosas. —Dijo él mirándola de forma dura.
      La sonrisa de Jannis decayó.
      —James, cielo, el amigo del que te habló, el difunto, es Ben. —Le dijo ella seriamente.
      James la miró asombrado. No podía dar crédito a lo que escuchaba.
      —No te pases—. Le dijo.
      —Estoy hablando enserio, James. Después de irme de tu lado viví con Ben un tiempo, pero él me dejó por otra chica. Nunca la conocí. Imagino que es esa dramática chica del funeral. Pero no entiendo cómo me pudo dejar por alguien así—. Dijo Jannis haciendo una mueca. —En fin. Después de separarnos, Ben me ayudó a encontrar un departamento y un trabajo. Ahí conocí al que ahora es mi esposo y el dueño de la empresa donde trabajaba.
      》Ahora vivo en el Caribe y soy muy feliz. Anthony me gana veintiséis años, pero me hace muy feliz. —culminó.
      —¿Él te hace feliz? ¿O su dinero te hace feliz? —Preguntó James. —Si mal no recuerdo fue por eso por lo que me dejaste. Porque no era nadie y porque era muy... ¿cómo dijiste?... "viejo" para ti. Y yo solo te gano cinco años. —Dijo él acentuando la palabra viejo con un ademán de comillas.
      Ella lo miró con falsa indignación.
      —No debí venir aquí.
      —Estoy de acuerdo contigo.
      Jannis caminó hacia la puerta.
      —Hasta pronto, querido. —Dijo con esa voz chillona que seguía irritándolo a pesar de todo.
      —Espero no volver a verte—. Le dijo.
      —Ya verémos.
      Dramáticamente, Jannis salió de su vida. De nuevo. Pero al menos esta vez no hubo gritos ni vasos de vídrio aventados en la puerta. Además, fue menos dramático que la vez anterior.


Hola a todos.
Este es el segundo capítulo. El primero y el segundo son algo cortos para presentar a los personajes más influyentes de la historia.
Espero que les guste. Y si de verdad lo hace, ayúdenme con su voto o un comentario. De verdad que quiero que esto funcione. Y es es lo que me ayuda a continuar con mis novelas.
Gracias,
Melissa 🍉.

Melissa's Playlist:
Gravity - Sara Bereilles

     

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 30, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Amar, Comer & Rezar (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora