yellow [milex]

seven

— ¡Miles basta! — dijo Alex entre risas
— ¡No hasta que confieses la verdad! — el castaño continuó haciendo cosquillas sin piedad en el cuerpo del otro — ¡Dime! ¿Te gusto, verdad?
— ¡Si! ¡Si, me gustas Mi! — confesó Alex dejándose llevar por la euforia de la situación. Instantáneamente Miles lo soltó, y ambos se quedaron sentados en la hierba fresca, con sus respiraciones agitadas y mirándose fijamente a los ojos.
— ¿Enserio te gusto? — preguntó Miles con un tono más serio ahora
— S-si, Mi, me gustas — las mejillas de Alex se tornaron de un suave color rojo
— A mi también me gustas — dijo el chico menor
— No entiendo como puedo gustarte... — murmuró Alex con algo de pudor
— Yo sé que te cuesta creerme, Aly, lo sé porque te conozco. Pero quiero que ya no tengas miedo. Confía en mí, en lo mucho que te quiero — las manos de Miles acariciaban el pelo de Alex suavemente. No podían despegar la mirada de los ojos cálidos del otro.
— Yo confío en ti, Mi — habló el mayor — y también te quiero, mucho, mucho — Alexander sonrió.

Alex le dijo a Miles todo lo que le gustaba de él. Sus manos, su cabello, sus ojos, sus mejillas, y finalmente, sus labios. Aquellos labios que besó por primera vez en esa soleada tarde de otoño.