the end

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— Mi, no puedo dormir.

Aquella noche, Miles se había quedado a dormir en la casa de Alex. Luego de un hermoso día, ambos se dijeron buenas noches y se acostaron, cada uno en una cama. Por simple costumbre, porque ambos hubieran preferido dormir juntos.

Miles no respondió, pero en su lugar miró hacia la ventana. La noche estaba silenciosa, la tranquilidad reinaba en aquel cielo repleto de estrellas.

— ¿Te gustaría salir a ver las estrellas? — Miles murmuró con pudor, como si estuviera haciendo la propuesta más extraña de todas.
Alex no respondió instantáneamente; él también volteó su cabeza para mirar por la ventana.
— Está bien, vamos — finalmente respondió.

°•°°•°

La noche estaba completamente despejada, las miles de estrellas que iluminaban el cielo nocturno reemplazando a las luces de la ciudad brillaban más que nunca.

Ambos chicos en ese momento se supieron extremadamente afortunados. Para ellos, el simple hecho de estar sentados junto al otro, admirando esas pequeñas bellezas de la naturaleza, era lo mejor que se podía pedir. 

— Mira esa estrella de ahí — Miles señaló a la más brillante de todo el firmamento — parece como si te mirara.
A

lex sólo pudo soltar una pequeña risa ante lo absurda pero hermosa que era la idea. Miles río con él, pero continuó hablando.
— Es verdad — hizo un segundo de silencio, y abrazó al chico, como si con sus brazos pudiera arreglarlo — mira cómo brillan para ti. 
Alex se acurrucó en los brazos de su amigo y cerró los ojos. Así, pensó en todo lo que hasta ahora había vivido. Y vaya que no era poco.
Trató de encontrar entre todos sus recuerdos uno más hermoso que aquel que en ese momento estaba creando, y decidió que tal vez nunca lo encontraría.

Al fin y al cabo, aquel sweater amarillo mostaza que se había puesto para cubrirse del frío de la noche ya no le quedaba tan grande, y todo gracias a Miles.

fin.

yellow [milex]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora