El color favorito de Alex era el amarillo. Y el sol era amarillo. También lo eran los girasoles, y la parte de adentro de las margaritas. Miles se preguntó si sería casualidad que tantas cosas bellas fueran del mismo color.
Cuando Miles le dejó una margarita y una nota en su casillero, Alex volvió a sentir miedo. Pero esta vez, cuando regresó a su casa y puso la flor en un vaso con agua, leyó la nota mientras miraba aquella obra de la naturaleza, y se preguntó si lo que estaba escrito ahí con una letra desprolija sería verdad.
“Alex: sé lo mucho que te gustan las margaritas. Y quiero que sepas que así como a ti te parece que esa flor, en toda su simpleza, es hermosa, a mí me parece que tú eres hermoso;
sinceramente, Miles”
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yellow [milex]
Short Storydonde alex está roto, y miles cree que aún así él merece ser amado [capítulos cortos]